Nuevos horizontes

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Al día siguiente toda la hermandad se encontraba en la salida del pueblo listos para partir, Sofía y su abuelo habían ido a despedirles.

—Siento mucho lo de anoche—volvió a disculparse Sofía—y muchas gracias por salvarme.

—No es nada—le dijo Yugo.

—Seguro que no podéis quedaros más tiempo, me gustaría saber más de vuestra historia—les ofreció Sofía.

—Nos encantaría, pero tenemos que irnos—rechazó Evangelyne.

—Está bien, procurar volver algún día—dijo Sofía a modo de despedida.

Y así vieron como la hermandad se alejaba.

—Bueno, deberíamos volver a la posada—le dijo Sofía a su abuelo.

—Me temo que no puedes, tenemos un problema en la posada.

—¡¿Qué?!¿Qué ha pasado?—Preguntó preocupada.

—Nos hemos quedado sin historias—le respondió su abuelo.

—¿Eh?—dijo Sofía extrañada.

—Y he pensado que podrías ir con ellos para conseguir más—continuó su abuelo.

¿Queeeeeeeeeeeé?—exclamo sorprendida.

—Siempre he querido que vayas a vivir tus propias aventuras—le explicó su abuelo—y está es tu oportunidad, se que quieres ayudar a esos chicos, así ve con ellos.

—¿P-pero y la posada?—le preguntó Sofía.

—Podremos aguantar unos meses sin ti,—le contestó—no dudes más, si hasta te he preparado el equipaje—dijo tendiéndole su antiguo mercasaco.

—Muchas gracias abuelo—le agradeció lanzándose a darle un abrazo.

—Espero que vuelvas con muchas historias—le dijo su abuelo una vez que terminó el abrazo.

—Por supuesto que si—le respondió con radiante una sonrisa— hasta la próxima.

Y así Sofía corrió a la hasta alcanzar a la hermandad.

—¡Esperad!- Gritó Sofía.

La hermandad se giró y vio a como Sofía se acercaba hacia ellos corriendo.

—¡Dejarme ir con vosotros!—les pidió cuando les alcanzó.

La hermandad parecía sorprendida ante la petición de Sofía.

—Esta mañana he terminado de leer vuestra historia—explico— yo no puedo recuperar a mis padres, pero me gustaría ayudarte a encontrar a los tuyos Yugo, además puedo ayudar con los gastos

—Claro—dijo Pin Pan.

Cuantos más mejor- añadió Yugo.

—Pues claro— respondió Ruel al saber que tendría que pagar menos.

—Estará bien tener otra chica—pensó Amalia en voz alta.

—Supongo que no importa lo que yo opine—suspiró Eva, aunque realmente Sofía le había caído bien.

—Muchas gracias—les dijo Sofía emocionaba.

Y así fue como Sofía se unió a la hermandad del tofu y vivió increíbles aventuras junto a ellos.

Continuará en el reino Sadida

Si yo estuviera en wakfu (Una feca peculiar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora