3. We are gonna be friends

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Craig estaba casi corriendo. Faltaba menos de un minuto para que empezaran las clases y recién había entrado al colegio. Encontró su salón y justo al abrir la puerta sonó la campana.

Tomo aire y caminó hasta su pupitre. Entonces se dió cuenta que junto a él estaba Stan. Dió un vistazo rápido al salón y encontró la rubia cabellera de Tweek varios asientos más adelante.

Hasta hacía un par de días se sentaban juntos, pero claro, ahora que había terminado con él, era obvio que no querría que se sentaran juntos, aunque eso lo decepcionó un poco.

Algo dentro de él esperaba que Tweek fuera y le dijera que no podían terminar así como así. Y le dolía la soledad y el pensar que a su exnovio no le había importado tanto su relación como para pelear por ella.

Pero, claro, no sabía lo mucho que sufría el rubio por no estar junto a él. Tweek no sabía cómo enfrentarse a Craig, no sabía si pedirle explicaciones o dejarlo tranquilo. Porque ya había terminado con él, y tenía que dar vuelta la página, aunque le doliera.

La clase fue aburrida. Durante el primer recreo, el pelinegro tuvo el impulso de acercarse a Tweek, pero finalmente se contuvo, sobre todo al ver que el chico hablaba con Kyle. Parecía estar algo desanimado y sus tics habían empeorado, casi tanto como cuando recién se habían conocido.

El rubio sentía la mirada de su exnovio y eso lo ponía aún más nervioso y ansioso.

-Vamos afuera -le dijo Kyle, notando el nerviosismo de su amigo.

-Ack, claro -respondió.

-Vamos Kenny -dijo Stan, que estaba junto a ellos, y los cuatro salieron.

En el patio había algunos asientos y eligieron uno que estaba bajo la sombra de un árbol. Era verano y aunque hacía algo de frío, era agradable no tener el sol en la cara.

-¿Qué pasó con Craig? -preguntó Kenny.

-Sí, ¿Están peleados o algo así? -dijo Stan.

Tweek los miró con algo de asombro. Si ellos no sabían era porque Craig no había contado nada el día anterior.

-Ya no estamos juntos -respondió finalmente.

-¡¿Qué?! -exclamaron Kenny y Stan alismo tiempo. Kyle rodó los ojos, pero no agregó nada. Tweek levantó los hombros.

-Dios, siempre pensé que eran la pareja perfecta. Quería que Wendy y yo pudiéramos tener algo como ustedes -se quejó Stan, que había vuelto nuevamente con Wendy el día anterior- ya no creo en el amor.

-No digas eso -lo regañó Kyle, dándole un pequeño empujón en el hombro.

-Lo siento -se disculpó Stan.

-Bueno, ahora podrás ver las bondades de estar soltero -bromeó Kenny rodeando los hombros de Tweek.

El chico se sintió algo cohibido, no estaba acostumbrado a que nadie más aparte de Craig tuviera esa cercanía con él. Pero simplemente asintió con una leve sonrisa.

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-Tierra a Craig, ¿Aló? -dijo Clyde agitando la mano frente al pelinegro.

-Qué quieres -respondió el pelinegro.

-Oye, ¿Por qué no solo vas y hablas con Tweek? -dijo Tolkien, que estaba sentado al otro lado- arreglen lo que sea que haya pasado.

Craig suspiró. No era tan sencillo, pero quizás sí le debía alguna explicación o algo, así que salió a buscarlo. Pero vio que estaba junto a los otros, y que Kenny estaba muy apegado a Tweek. Quizás demasiado. Craig frunció el ceño, pero sabía que no podía ponerse celoso, así que solo botó aire y se alejó del lugar.

-¿Arreglaste las cosas? -quiso saber Clyde al verlo entrar.

-No hay nada que arreglar. Tweek y yo terminamos, así que, por favor, no hablemos más del tema.

Tolkien y Clyde se miraron sorprendidos y luego a su amigo. No podían creerlo, ambos chicos iban tan bien en su relación, no había razón para que cortaran.

Pero decidieron no preguntar nada hasta que el propio Craig decidiera contarles lo que había sucedido.

Mientras tanto, debían tener paciencia, porque su amigo estaba más hosco que nunca.

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Cuando por fin sonó la campana de salida, todos guardaron sus cosas y salieron rápidamente del salón.

-¡Stan! -llamó Wendy, acercándose al chico- ¿Puedes acompañarme un momento?

-Claro -respondió él y se alejaron del grupo.

-Ah, Dios. Aquí van otra vez -dijo Kyle rodando los ojos.

-¿Qué cosa? -preguntó Tweek.

-Wendy va a terminar con Stan y tendré que consolarlo... Otra vez.

-Ja, como si no te gustara... -empezó a decir Kenny, pero el pelirrojo lo calló con una mirada.

Tweek alzó una ceja, sin comprender del todo lo que estaba pasando.

Tal y como había dicho Kyle, a los pocos minutos regresó Stan, cabizbajo.

-Vámonos, chicos -dijo cuando llegó junto a ellos.

Todos vivían relativamente cerca, así que caminaron juntos un buen trecho, conversando de otras cosas, para distraer tanto a Tweek como a Stan, hasta que llegaron a la casa del rubio.

-Hasta mañana -se despidió Tweek. Los otros agitaron la mano y siguieron su camino.

-Hola hijo, qué tal tu día -los saludó su madre al verlo entrar.

-Bien.

-Ven a la cocina, preparé café.

El chico fue a servirse una taza. Aún se sentía algo triste, pero haber estado junto a Kyle y los demás lo había tranquilizado un poco.

Con ellos a su lado, probablemente podría superar la ruptura un poco más rápido.

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El celular de Kyle sonó, y no tuvo que leer la pantalla para adivinar quien estaba llamando.

-¿Stan?

-Amigo, puedes venir.

-Claro.

El pelirrojo cortó y se encaminó a la granja de su compañero. Siempre era lo mismo. Él y Wendy terminaban y Kyle debía ir a consolarlo. No era que le molestara, pero después de tantos años yendo y viniendo, no entendía por qué ambos aún no habían cortado para siempre. No solo era cansino para él, sino que sentía que el corazón de Stan se desgastaba, y su amigo merecía algo mejor.

-Ah, Kyle -dijo Stan apenas abrió la puerta, abrazando al otro sorpresivamente.

-Aquí estoy, Stan -respondió el chico dándole un par de palmadas en la espalda.

Stan lo abrazó aún más fuerte y Kyle decidió devolverle el gesto.

-Esta vez es definitivo, Kyle -dijo el pelinegro entre sollozos. No se había dado cuenta en qué momento había empezado a llorar.

-¿En serio?

-Ya no vamos a volver más. Wendy está enamorada de otro -respondió Stan y comenzó a sollozar aún más fuerte.

A pesar de ver a su amigo destrozado, algo dentro del corazón de Kyle dio un brinco ¿de alegría? ¿de emoción? No podría decirlo bien, pero por alguna razón, lo que acababa de escuchar le hizo esbozar una tímida sonrisa. Por supuesto, no dejó que su amigo la viera y la borró al instante.

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