11. Labyrinth

59 5 0
                                    

Kyle había sido el primero en llegar. Dejó su regalo en la habitación de Stan y bajó a ayudar a la señora Marsh a preparar todo para el cumpleaños.

Mientras tanto, Stan y su papá estaban en el granero, guardando la última mercancía de marihuana en frascos y éstos en grandes cajas de cartón.

-No es que no confíe en tus amigos, pero no está demás ser cuidadoso -dijo Randy.

-Está bien, somos muy jóvenes de todas formas.

Randy asintió con la cabeza y miró a su hijo. Ya tenía 16 años, y sentía como si fuera ayer cuando apenas había empezado a caminar. Pero ahora era alto, casi tanto como él, y cada día dejaba más atrás su tierna cara de niño. Estaba más cerca de la adultez y eso lo emocionó un segundo.

Además, parecía estar más alegre ultimamente. Cuando se lo había comentado hacía un par de días, Stan solo levantó los hombros y le dijo "me siento más feliz".

Cuando regresaron a la casa, Kyle y Sharon ya tenían todo preparado. Incluso Shelley había llevado algunos comestibles. Ella también había invitado a algunos amigos y Stan lo permitió. Realmente el chico estaba más tranquilo y alegre.

-Gracias, mamá -dijo Stan, abrazándola, y luego se dirigió a su amigo para también darle un breve abrazo- gracias, Kyle.

-Ni lo menciones.

-Guardé todas las cosas que se podían romper, tienes vasos y platos plásticos aquí y la comida y bebida están en el refrigerador -le dijo Sharon.

-Entendido.

-Bueno, nosotros nos vamos -dijo Randy mirando a su esposa de forma coqueta- cuiden la casa, niños.

-Sí, papá -dijeron Shelly y Stan al unísono.

Antes de irse, Sharon esperó a que su hijo se alejara un poco y se acercó a Kyle.

-Procura que no haya alcohol cerca de Stan, por favor. Es obvio que alguno va a traer, pero que mi hijo no beba ¿de acuerdo?

-No se preocupe, señora Marsh. Yo cuidaré a Stan -respondió el chico.

-Gracias, Kyle.

No pasó ni media hora desde que se fueron cuando empezaron a llegar los invitados.

Kenny y Cartman fueron los primeros, luego algunos amigos de Shelly, después Craig, Tweak, Tolkien y Clyde.

Así, poco a poco la casa se fue llenando. Todos comían o bebían refrescos, conversaban o bailaban con la música.

También llegó Wendy junto a Bebe, Jymmy y Nicole.

Tal y como había dicho Sharon, algunos jóvenes llevaron cerveza e incluso whiskey. A pesar de que obviamente le ofrecieron a Stan, Kyle estuvo siempre a su lado y lo convencía de no beber. Y su amigo, con mucho esfuerzo, le hacía caso.

También había algunas parejas que se besaban por aquí y por allá. Craig las miraba de reojo y luego a Tweak, que estaba a su lado, sentado en el brazo del sillón, aunque prácticamente estaba sobre él.

Ignoraba todo lo que conversaban junto a Tolkien y Bebe, porque sentía el peso y calor de su novio sobre su muslo, lo que le provocaba una urgencia de besarlo ahí mismo. Pero sabía que a Tweak no le gustaría.

-Tweek, cariño, ¿me acompañas?

-Claro.

Se levantaron y Craig lo llevó a la cocina, pero antes de llegar, abrió la puerta del baño que estaba junto a ellos, entraron y cerró tras de sí.

-Craig, ¿qué estás haciendo? -preguntó Tweek alarmado- ¿y si alguien quiere entrar? ¿Y si nos ven salir juntos? ¡Oh Dios, qué van a decir!

-Tranquilo, Tweek. No importa.

Craig se acercó al rubio y le dio un beso largo para calmarlo. Luego le dio otro y otro. Hasta que le mordió suavemente el labio inferior a su novio.

Tweak abrió un poco la boca y ambos empezaron a juguetear con sus lenguas. Suavemente, sin apuro, inexpertos, pero qué bien se sentía.

Así estuvieron mucho tiempo o quizás muy poco, no lo sabían. Segundos, minutos, horas, era relativo. Solo importaba que se estaban besando, besando de verdad.

-Hay que volver, nos estarán buscando -dijo Tweak volteando un poco la cara.

Craig asintió con la cabeza, pero lo abrazó otro poco.

-Vamos, Craig. Tenemos mucho tiempo para volver a intentarlo -le dijo Tweek sonriendo.

-Cómo te atreves a usar mis palabras en mi contra.

El rubio le hizo cosquillas en el costado y finalmente salieron. No había nadie en el pasillo y regresaron con los chicos como si nada hubiera pasado.

Pero al volver, vieron que Kyle y Kenny se les habían unido. Aunque Kenny estaba muy concentrado en Bebe, tenía su brazo sobre los hombros de la chica y le hablaba muy, muy cerca.

-¿Dónde estában? -preguntó Tolkien.

-Por ahí -dijo Craig sentándose nuevamente, y se dirigió a Kyle- pensé que estarías con Stan.

-Él está entretenido en otra cosa -respondió el pelirrojo lanzando una mirada hacia una esquina.

Tweek y Craig vieron que ahí estaba Stan junto a Wendy, teniendo una amena charla. Bastante coqueta, al menos por parte de ella.

Tweek miró a Kyle, pero este levantó los hombros. No podía prohibirle a Stan conversar con Wendy ni con nadie. Además, lo que pasaba entre ellos era secreto y no podía hacerle una escena de celos de la nada, aunque eso sintiera en el fondo.

Los chicos continuaron conversando con normalidad hasta que Kyle se puso de pie sin avisar y se dirigió directamente a Stan.

-Oye, no vas a hacer eso -le dijo quitándole la lata de cerveza que le estaba ofreciendo Wendy.

-Kyle, relájate, es su cumpleaños -le dijo la chica con el ceño fruncido.

-Stan, no debes...

-Kyle, relájate -dijo esta vez Stan, rodando los ojos- es solo una cerveza.

-No deberías beber -insistió el pelirrojo.

-¿Acaso eres mi mamá? -replicó su amigo.

-Siempre con tu complejo de superhéroe -comentó Wendy.

-Deja que me divierta, estaba pasándolo tan bien hasta que llegaste a arruinarlo- dijo Stan, pero apenas terminó de decir esa frase, se arrepintió.

Kyle se sintió traicionado. Le lanzó a su amigo una mirada dolida. Le devolvió la lata al chico y murmuró "haz lo que quieras" antes de subir las escaleras a buscar sus cosas al cuarto de Stan.

The Book Of Love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora