Capítulo 7 (3/3) | El descontrol de Jin

68 30 62
                                    

El descontrol de Jin | 3/3


El día de hoy, viernes 12 de octubre del 2103, al levantarse en la madrugada en su casa, en una de las tantas idas al baño que tuvo que hacer de improvisto por sentir que su temperatura estaba elevándose mucho, llegó a notar como el agua se evaporaba al tocar su piel o incluso llegó a entrar en estado de ebullición entre sus manos.

El horror máximo llegó al ver sus ojos en una de esas veces que fue al baño ya en la tarde en la oficina, sus pupilas son color cobre y están dilatadas en una forma extraña como si de una S invertida se tratase, el color del iris es amarillo brillante, siente como las cuencas de sus ojos están muy secas como si estuvieran quemándose, dándole la apariencia a la piel de esa zona como si fueran escamas de tono oscuro, pero sorprendentemente no le duelen. En ese momento da un gran salto cayendo sobre el suelo del baño provocando que dé también un grito agudo.

Vuelve a ponerse de pie después de unos segundos para observar con detalle que lo que vio era real, que no está soñando, casi se desmaya al comprobar que todo lo que está pasando era real.

El motivo de su horror y casi desmayo, Jin y parte de la población de Neyin-Blayang podrían ser ignorantes de cosas básicas de todo el mundo, no podrían saber la capital o historia de tal país extranjero, pero había algo que todo el mundo si sabía, y era el reconocer esos ojos, esos ojos que exactamente se habían convertido los de Jin.

Era conocido por todos en el mundo, incluso en su país, que esos ojos, esa extraña apariencia, esa forma de S, ese color, todo era exactamente como los que alguna vez tuvo aquel dios dragón que salvó al universo.

En un instante llegó a Jin el recuerdo cuando en la escuela por varios años le enseñaron esa misma imagen de esos ojos, no con motivo de estudio sino de advertencia, de precaución, los ojos del dios dragón en Neyin-Blayang fueron enseñados y catalogados como peligrosos, como antinaturales, como causa directa del apocalipsis que se vivió hace muchos años, por esa razón Jin y muchos de su generación crecieron con un natural y enorme miedo al dios dragón, sobre todo, a sus ojos.

Él no lo resiste, ver sus ojos y recordar los días de su niñez que tuvo pesadillas con esos ojos, se desmaya por un momento, cae de espaldas golpeando su cabeza contra el suelo y perdiendo el conocimiento al instante.

—¡Jin-woo! ¡Jin-woo! —Es lo que solamente escucha Jin, no siente nada, ve todo oscuro, al parecer comprende que tiene los ojos cerrados, poco a poco los abre observando a un preocupado Jorge quien le pone un trapo empapado en agua en su frente y golpea su mejilla levemente en repetidas veces—. ¡Si, despierta! ¡Despierta! ¿Qué te pasó?

—No me grites, puedo oírte, ¿Jorge-senpai? ¡Senpai! ¡Descuide estoy bien! —grita Jin sorprendiéndose y levantándose de un solo movimiento.

Rápidamente da una mirada a su alrededor notando que sigue en los baños de la oficina, da también una rápida mirada al espejo notando que sus ojos volvieron a la normalidad, dando un respiro de alivio, para despistar a Jorge se estira por unos segundos seguido de sobar su estómago con una mueca de dolor e incomodidad.

—¡Argh! Sabía que no debí haber salido de casa sin comer. Solo tengo un plátano en mi sistema. Perdón por preocuparlo Jorge-senpai, se me hizo tan tarde que ni tiempo de comer tuve —comenta en un tono confiado pensando que engañará a Jorge.

—¡Hmph! Ya me imaginaba que por andar de responsable ibas a matarte de hambre. Ya te dije que comer es una prioridad, te vas a venir matando subnormal —contesta Jorge con una expresión de desaprobación y a la vez tranquilidad.

—Si, ja, ja, ja, disculpa de nuevo Jorge-senpai, por preocuparte en vano. —Mientras se inclina ligeramente como reverencia de disculpa frente a él.

La tragedia de JinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora