CAPITULO CUATRO

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El de ojos esmeraldas ya estaba llegando a su casa con una pequeña bolsa en manos con el contenido de los supresores dentro de está, así que habré la puerta de entrada y se dirige al cuarto de su hermano, viendo como su padre tenía a Mike en sus brazos.

Sintiendo como pequeños celos burbujeaban por su pecho al ver la escena, así que rápidamente se dirige hacia las dos personas en la cama con rápidos pasos y escandalosos viendo como su padre lo notó.

_Papá aquí está lo que me pedistes_Dijo con falsa alegría el menor de los tres, sonriendo y achinando sus ojos, fué un completo milagro que William no notará éso.

_Muchas gracias campeón ahora con esto tu hermano sin duda alguna se sentirá mejor_William expresó con una sonrisa en su rostro mirando a su hijo pequeño.

Evan al escucharlo rápidamente su atención se concentra en sus querido hermano, mirándolo con gran amor y admiración en sus ojos, William lo notó pero aún así se quedó callado era claro que no podía evitar lo que inevitablemente pasará en un futuro.

Así que agarrando suavemente la barbilla de su hijo mayor tomo la pastilla con su mano derecha y llevándola a los labios entreabiertos metiendo la pastilla adentro y tomando el vaso con agua en la pequeña mesita de noche, dándole así de beber y que digiera bien la pastilla.

Ambos vieron como poco a poco el niño recién presentado regulaba su respiración y los pequeños espasmos que sufría su cuerpo desaparecía lentamente, también que el fuerte olor de las feromonas del celo se desvanecían, ahora notando cómo aún dormido se tranquilizaba, eso sin duda les saco un suspiro de alivio a los dos especialmente el de ojos esmeraldas.

William de manera lenta acomoda a su pequeño en la cama donde originalmente estaba tiempo atrás, se levanta de la cama sin hacer mucho ruido y con la palma de su mano la lleva directamente al hombro de Evan, una indicación de que ya era hora de irse y darle espacio al niño mayor.

Evan se quejó, no queriendo despegarse ni un solo momento de su hermano, deseaba oler más el delicioso aroma que esté desprendía cuando estaban solo los dos, pero aún así tuvo que obedecer y se fué junto a su padre a regañadientes fuera del cuarto.

_¿Papá cuánto tardará mi hermano en curarse?_Evan preguntó aún sin tener un buen conocimiento de lo que le pasaba su hermano pues en su escuela aún le faltaba dos años para abordar ese tema.

_Debido a qué es su primer celo, no deberían ser más de tres días_Respondió William a la pregunta de su pequeño hijo menor.

El castaño oscuro al escuchar la respuesta bufó enojado, haciendo un puchero en sus labios e inflando las mejillas.

_Eso es mucho tiempo_Se quejó en voz alta, William solo lo miraba divertido recordándole a sus tiempos mozos en dónde se quejaba mucho por no ver a su esposa cuando eran jóvenes.

Sin duda alguna será igual a él cuando el niño crezca.

_Ten paciencia, campeón lo verás muy pronto_ Dijo William intentando reconfortar a su hijo ahora llevándolo a la sala para entablar una conversación con éste.

Evan al notar en dónde se dirigían rápidamente su expresión se tornó sería, dando unos pasos más, ambos padre e hijo se sientan en el sillón grande que había en la casa, mirándose fijamente con un William un tanto nervioso por lo que iba a decir.

_Bien, nose como decirte esto de manera en la que me entiendas_Con un suspiro William fue el primero en comenzar a entablar la conversación.

El castaño oscuro solo se quedó callado sin entender muy bien a su padre, lo único que sabía y podía entender era que su hermano la estaba pasando muy mal.

𝕸𝖞 𝕾𝖜𝖊𝖊𝖙 𝕬𝖑𝖕𝖍𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora