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Aidan:

- Hola - Su voz me despertó con una tranquilidad particular

Abrí los ojos apenas la escuché, ella estaba entrando en mi habitación con cautela y parsimonia, miraba fijamente mi cuerpo aún cubierto por las sábanas y mi cabello sin orden

Había un profundo silencio de mansedumbre, nos mirábamos a los ojos como para transmitir alguna palabra no transmitible con el sonido de la voz pero solamente con el silencio de las miradas

De hecho, las palabras están llenas de falsedad, las miradas son el lenguaje del corazón, solía decir Shakespeare.

- No te escuché entrar - con una fría torpeza pronuncié solamente unas palabras

- Ah... Si - se aclaró la garganta - tengo las llaves de la casa y entrando traté de llamarte pero no contestabas.
Supuse que aún estabas dormido pero, por seguridad revisé - se explicó rápidamente, tanto que se me dificultaba seguirle el paso

- Ah - elaboraba sus palabras en mi mente, comprendiendo cada una de estas - okay

No podía decir más.

No, no, no. Nada

Nada más que : nada

Esta chica tiene la capacidad de hacerme adquirir una torpeza desconocida y peligrosa con una pesada tela de duda.

Sentimiento ya sentido, donde todo parece ser un cielo de primavera, cuando un ligero telo de neblina baja hasta poco abajo del punto más alto de las farolas, corta todo, como una espada blanca.

- Bueno - ___ rompió el silencio que yo no lograba romper - ¿Que te agradaría hacer?

- Cocinar - de mi boca salió un sonido nisiquiera similar a mi usual tono de voz en el momento de dar la más estúpida respuesta que podía dar

- ¿Te gusta cocinar? - incluso a ella le parecía inverosímil

- Si - mis palabras se volvían poco claras

- Está bien - me contestó, nuevamente sonriendo con sus dientes blanquecinos - entonces cocinaremos

En lugar que bajar por la rampa, permití que fuera ella a tomar el control de mis direcciones hasta llegar a la cocina que nunca había visto tan vacía.

No faltaban alimentos, si no vida, como en toda la casa

- ¿Te gustaría cocinar un postre? Como galletas - me distraía facilmente en mis pensamientos sin filtro, pero regresando a ella, asentí - perfecto

Mientras la miraba tomar los ingredientes, me sentía poco útil

Poco útil porque me duele más recordame que soy inútil

- Galletas con chispas de chocolate, ¿Esta bien? - me preguntó

- No soy de comer dulces - confesé - realmente como solamente los chocolates para subir mi presión

- Entonces galletas con chispas de chocolate serán - tomó su celular y tecleó algo - doscientos ochenta gramos de harina

- Primera puerta de la despensa, hasta el fondo - le indiquè donde debía buscar, y ella lo hizo

Realmente no tenía ganas de hacer esto, lo encuentro algo no necesario, pero a ____ le agradaba y supongo que con eso está bien

Supongo que hacía que lo sintiera suficiente

- dos huevos - le indiquè el refrigerador

Y así seguimos hasta que habíamos acomplejado la lista de los ingredientes, que ella comenzó a posar sobre la mesa

- Primero debemos hacer esto - movió su mano hasta tomar la harina

En este momento yo no la miraba, probablemente solamente estaba sumergido en algo que no son ni mis pensamientos ni ella, probablemente solamente miraba a la nada sin pensar en nada, haciendo nada

Su risa fue lo que me hizo concentrar en su persona y en ese momento quise estornudar

- Pe- Perdón - sus palabras se entrecortaban por la risa

Toque el punto de mi rostro el que ella miraba con gracia, dándome cuenta que la punta de mi nariz estaba completamente blanca por la harina

¿Debía reír? No lo sé, pero me gustaba que ella riera y me gustaba la forma en la que lo hacía

La miró atentamente, su dulce voz me parece igual a los dioses
El encanto de su sonrisa

A mí esto me trastorna el corazón en el pecho.

Apenas le veo y ya no puedo hablar

La lengua se rompe, un fuego sutil corre bajo mi piel, mis ojos ya no ven, mis oídos zumban 
un sudor frío me invade, un temblor se apodera de mí, estoy más rojo que tomates y yo mismo me creo a punto de morirme.

Este yo infeliz me quita todos los sentidos todas las partes de mi me invitan a acercarme, sus ojos me invitan a aproximarme

Y parece como si esos nudos en mi garganta que acabo de tragar me dan la fuerza para proseguir

- En cuanto te veo, sabes, no puedo más hablar, la lengua se adormece, un fuego sutil corre bajo mi piel, los oídos resuenan, los ojos están velados por la oscuridad - hablé sin poder parar y arrepintiendome en el instante

Su risa desvanece, como nieve bajo el sol, el silencio que siempre dije amar ahora mataba mis oídos de desesperación y al nuestro alrededor nada más sonaba más que las ramas de los árboles chocar

Su mirada no transmitía nada, ni la mínima gota de felicidad, tristeza o enfado, pero la mia seguramente le transmitía esperanzas

- Creo que me debo ir - me dijo con tono neutral y dejando todo como estaba, se dirigía a la puerta de mi casa

- Las galletas... - no lo dije en tiempo para que ella me escuchara, ya había salido

Con prisa me dirigí a la ventana que daba a la calle por dónde se estaba illendo

Estoy constantemente en el punto para tratar de besarla, no sé si siente lo que hago.

Quisiera saber si este sentimiento viene de ambas partes.

Es difícil verla mientras se va.

Casi pensaba que se quedaría.

𝘗𝘪𝘦𝘭 𝘥𝘦 𝘝𝘪𝘥𝘳𝘪𝘰  ▍Aidan Gallagher [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora