Red lip & summer nights

Capítulo 2.

Si pudiera cambiar cualquier decisión que he tomado en toda mi vida, sin duda sería ir a ese parque aquel día. Porque aunque allí le conocí a el, fue sin duda el peor día de mi vida.

Cuando ví a ese grupo de chicos acercarse, me di cuenta de que en cualquier otro momento seguramente yo estaría con ellos. Sabía que venían a robar, la mayoría de chicos de mi barrio lo hacían. Incluso yo lo había hecho alguna vez antes de conocer a Joe. En cuanto estuvieron junto a nosotros les reconocí: Jackson, Ben, Tom y Jaden.  Eran chicos de mi barrio pero nunca había hablado con ellos. Así que ellos no me conocieron a mí. Ese día Sarah me eligió un vestido para la graduación, así que supongo que parecía que era una de sus amigas.

—Venga chicos acabemos esto rápido, que ya sabéis lo que queremos. —Dijo Ben.

Y podría haber sido así, podría haber acabado rápido. Pero no. Mike decidío darle un puñetazo.
Y así fue como comenzó la pelea. Todos empezaron a pelearse — lo cual me pareció estúpido ya que eran cuatro contra tres y unos tenían navajas—. Yo me quede ahí quieta, no sabía que hacer.

—Diles que se vayan.— Me susurro Sarah.

—No van a hacerme caso. No he hablado con ellos nunca.

—Pero son de tu zona.

Odié con el desprecio que dijo zona. Como si viviera en una alcantarilla.

—¿Y que? No les conozco, y no parecen muy dispuestos a mantener una conversación ahora mismo.

—Pues yo me voy de aquí.

No me dió tiempo a decirle que esperase, que era de noche y que la acompañaría a casa. Se fue corriendo tan rápido que la perdí de vista.
Solté una palabrota por lo bajo y me fui tras ella.

Y ahí empezó la pesadilla.

—¡Eh tu!, ¿A dónde crees que vas?— Era Jackson.

No me gustó el tono en qué lo dijo. Sabía que iba a pasar algo malo por la sonrisa perversa — y asquerosa— que tenía.
Y así fue. Se acercó a mi muy despacio y yo me quedé muy quieta.

—Venga preciosa, no te vayas tan rápido. Que la fiesta acaba de empezar. — Dijo mientras se acercaba más a mi. Cuando ví que iba a acariciarme el pelo me aparte.

El hizo un ademán de volver a tocarme y yo le dí una patada en la pierna. Volví a correr.
Estaba nerviosa, y tenía miedo no sabía ni a dónde iba.

Y entonces: dolor. Note como me daba con la cara en el suelo y me empezaba a pitar el oído.
Jackson había venido detrás mío y me había empujado por la espalda.
Se puso encima mío y me susurró:
—Esto no tenía porque ser así. Si ahora te hago daño es culpa tuya.

Me dieron ganas de vomitar. Todavía estaba aturdida pero podía notar todo lo que hacía. Me estaba lamiendo el cuello y me había rasgado la parte de arriba del vestido. Sabía lo que iba a pasar y yo no podía moverme, no podía pensar, no podía evitarlo.

Mientras todo esto pasaba gire la cabeza. Y ví a Joe. Le mire a los ojos y supe que el me miró a mi. Vió lo que me estaba pasando y aún así se fue.
Antes dije que no sabía si amaba del todo a Joe. Puede que el tampoco a mí. Pero pensé que al menos si alguien intentaba hacerme daño, el intentaría evitarlo. Pero no, ahí supe que nadie me ayudaría.

Solo quería llorar, apenas podía respirar, fue sin duda el momento más horrible de mi vida. Y rezaba para que acabará rápido.
Note que se quitó de encima mío.
O más bien que alguien le aparto.  Pensé que sería Joe. Que decidió ayudarme. pero no era el, era ese otro chico Jaden. Oi que le gritaba algo, pero no sabía que era. Y tampoco quería saberlo. Solo me importo que podía irme. Me marche corriendo lo más rápido que pude. Lo último que vi fué a Jaden retorcido de dolor en el suelo y ni rastro de Jackson. Me aleje antes de saber dónde fue este.

Cuando me quedé sola, estuve caminando un rato. No sabía a dónde ir. No quería ir a mi casa me harían demasiadas preguntas que no quería contestar en ese momento. Me senté en una acera a llorar y a esperar que pasaran las doce de la noche para asegurarme de que cuando llegase a casa no habría nadie despierto.
No sé ni cuánto rato estuve ahí, cuando oí una especie de grito. Mas bien parecía un quejido de dolor.

Me acerque despacio a ver quién era. Con cuidado de que no me vieran a mí. Cuando asome la cabeza ahí estaba Jaden. Tirado en el suelo y con sangre en la camiseta.