Desde pequeña me han asustado los ruidos cuando me pillaban por sopresa, por eso aparté a Jaden aunque fuera lo último que quería hacer en ese momento.
- Lo siento, me he asustado. - dije yo.
- Tranquila.- Me dijo el en bajo y volvió a acercarse a mí despacio.
- Espera, ¿Y que ha sido ese ruido? - pregunté yo.
-No lo sé.- Contestó el, encogiéndose de hombros.
Los dos nos giramos hacia donde había salido el ruido y después de un momento vimos salir a unas chicas de detrás de los árboles. Eran Sarah y dos amigas suyas, de las cuales no recuerdo el nombre.
Me quedé quieta un momento ¿Que hacían ahí? Pensé. No iban nunca al lago.
Sarah se quedo mirandome, luego a Jaden y puso una cara de desagrado demasiado sobreactuada. Yo decidí ignorar a las chicas y me gire hacía Jaden de nuevo.-¿Qué estábamos haciendo? - preguntó Jaden, con una sonrisita en la boca.
- Pues... - yo le rodeé el cuello con los brazos, y el a mí me abrazo por la cintura.
Le dí un beso pequeño en la comisura de los labios y cuando escuché:
- ¡Eres una zorra! - me gritó Sarah.
Jaden y yo nos giramos a la vez para mirarla.
- Así que estabas con él, todo este tiempo, mientras estabas con mi hermano, cuando nos vinieron a robar tú estabas con él. - dijo ella indignada.
Yo me quede atónita, procesando lo que me acababa de decir. Salí del lago para encararla. Jaden también salió.
- Oye Sarah, no se quién te crees que eres, pero no puedes hablarme así, y menos insultarme a la cara. No sé que película te has montado en la cabeza, pero no tiene nada que ver con la realidad. - Dije yo una vez que estuve frente a ella.
- Oh, entonces ¿Me vas a negar que te estés follando al rubio este? - Soltó ella.
- Cuidado.- Advirtió Jaden muy serio.
- No si está claro que entre vagabundos os entendéis mejor. - Respiré hondo y fuí a por un cigarro, le dí otro a Jaden porque era o fumar, o matarla, y no me apetecía ir a la cárcel por su culpa. - De todos modos, mi hermano siempre fue demasiado bueno para tí.
Yo me reí.
- Igual que tú siempre has sido demasiado buena para tener un cerebro, por eso nunca tendrás uno. - Dije yo y le eché todo el humo en la cara.
Después me gire hacía Jaden y le pregunté si podíamos irnos. El asintió con la cabeza y nos marchamos de ahí.
Una vez nos marchamos de ahí Jaden me cogió de la mano y me dijo:
- No entiendo cómo pudiste ser amiga de esa chica.
- No éramos amigas, solo la aguantaba por Joe.
- Tampoco entiendo cómo pudiste salir con él.
- Ni yo la verdad.- dije riendo.
Entonces tiró un poco de mi mano para girarme, nos quedamos cara a cara. Se acercó a mi oído y susurro:
— Tengo que irme. — y me dió un beso en la mejilla.— ¿Quieres quedar esta noche? Para ir a dar una vuelta o algo.
Lo pensé un momento. No había salido de noche desde la aquella noche, pero supongo que sí iba con Jaden no iba a pasarme nada malo ¿No?. Así que asentí con la cabeza.
— Si, vale. — Dije yo.
— Guay. Te iré a buscar a las nueve.— dijo, me dió un beso en la comisura del labio y se fué.
Yo me quede quieta pensando en lo que acababa de pasar. Era raro como si llevará queriendo hacer eso desde que conocí a Jaden, pero no me había dado cuenta.
Llegué a casa y no podía parar de sonreír. Sonreí aún más cuando ví que Frank no estaba, mamá tampoco. Supongo que se harían ido a hacer algo juntos. Entré en mi cuarto y ví una nota encima de la cama:
Maeve, te escribo para avisarte de que he tenido que ir a recoger algo. Frank me va a llevar en coche así que no volveremos en todo el día.
Te quiero. Mamá.Seguro que habían ido a comprar muebles o algo, el capullo de Frank los estaba rompiendo a patadas cada vez que se enfadaba.
Yo me pase la tarde escuchando música y comiendo helado. Siempre me daba por comer cuando me ponía nerviosa y mi cita —¿Es una cita? No lo sé— con Jaden me tenía de los nervios.
Estuve un rato eligiendo que ponerme. Al final me decidí por unos vaqueros y una camiseta de Led Zeppelin. Tampoco me quería arreglar mucho, solo íbamos a dar una vuelta.
Me estaba mirando en el espejo cuando llamaron al timbre. Fuí a abrir y Jaden estaba mirando a un lado y tenía un cigarro en la mano. Se giró enseguida cuando abrí la puerta.
— Estás muy guapa. — dijo sonriendo.
— Llevo lo mismo que todos los días. — Dije yo.
— Por eso estás guapa. — Contesto el.
Yo me puse roja.
— ¿Nos vamos? — pregunté antes de que notara que me había sonrojado.
— Sí. — Soltó una risita que me indico que si lo había notado.
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Red lip & summer nights
RomanceLas mejores historias no siempre tienen el mejor comienzo. Jaden y Maeve son la prueba de ello.