Capítulo 1

10.1K 305 74
                                    

Estados Unidos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estados Unidos

/Nueva York/

Uno...dos...tres...

Cuento las descargas eléctricas junto con las pequeñas contracciones que sufre mi cuerpo dentro de la máquina de laboratorio que me mantiene acostada con poco espacio y encerrada sin poder mirar el exterior. Siento la calidez de la luz como una leve caricia que pone tibia mi piel, la luz blanca que emite la cápsula me deja ver la bata blanca y pies descalzos, mi cabello está recogido en una trenza y en mi boca  sobresale un tubo delgado que les permite a los del laboratorio observarme por dentro.

El tubo empieza a molestarme un poco la garganta y cuando mis ojos se cierran por el cansancio otra descarga hace que mi cuerpo salte provocando que mis sentimientos se pongan a flor de piel. Cada que los científicos tienen que hacerme un chequeo cada mes, sucede lo mismo, me mantienen todo el día encerrada en el laboratorio, haciendo chequeos, análisis de sangre y revisando qué tan desarrollado tengo el sistema.

Me ponen en una situación de rata de laboratorio que me pone de malas, aunque ellos tratan de hacer el procedimiento menos doloroso para mí, no quitan que sea tedioso estar aquí soportando todos los maltratos que recibe mi cuerpo.

Terminado el chequeo interno, la cápsula se abre dejándome ver a Santiago moverse a mi lado para proceder a quitarme el tubo de la boca. Mi padre lo mueve con cuidado de no lastimarme, pero aún así cuando lo aleja de mí un ardor recorre mi garganta, provocándome una espantosa tos. Me siento dentro de la cápsula y cubro mi boca con el trapo blanco que otro médico me tiende. Mi tos es tanta que cuando lo retiro puedo observar la mancha de sangre en él.

Los enfermeros me ayudan a salir. Giro mi cabeza a la pantalla donde muestran el escaneo de mi cuerpo hecho por la máquina, hay varios médicos analizando el resultado y Santiago les explica algunas cosas mientras a mí me llevan a una cama donde me colocan cables en las sienes para la prueba neurológica.

—¿Estás bien?— los ojos de Santiago me observan desde arriba.

No contesto, solo parpadeo. De nada sirve que le diga que no, muy poco hará algo para detener esto.

—Inicien la examinación— ordena como jefe del laboratorio.

Siento como la electricidad recorre mi cabeza, mi cuello y el resto del cuerpo hasta llegar a las puntas de mis dedos de los pies. Me mantienen así por más de una hora donde se la pasan revisando mi sistema nervioso y los avances que ha tenido.

—Todo en orden— escucho que dice mi padre.—Continúen con la extracción de sangre y el análisis de la misma para descifrar el ADN y cómo insertarlo en alguien más.

Todos acatan las órdenes de Santiago sin refutar, me levantan y un mareo me sacude haciendo que me apoye en los dos enfermeros que me sientan en una silla de ruedas y me sacan de la sala de análisis. Me llevan por todo el pasillo blanco hasta llegar al área donde sacan mi sangre como vampiros.

Hermoso Caos (#1. Bilogía Atracciones Peligrosas) (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora