Capítulo 29 (capítulo nuevo)

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Estados Unidos

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Estados Unidos

/Nueva York/

—No voy a ir con ustedes— me zafo de su agarre.

Todo estaba saliendo mal. No podía meter a Thomson y a mis compañeros en problemas por culpa de Liam Trembley. Si Carlos se enterara de lo que había pasado entre nosotros ahora si me suspendería por tiempo indefinido y posiblemente, ganarme una expulsión.

—Ya escucharon a la dama— Habló Thomson, poniéndose a mi lado y pasando su brazo por mi cintura.

—Tiene que venir con nosotros— demandó el mismo hombre. Las puertas de los dos elevadores se abrieron y de ellos salieron cinco hombres de cada uno, rodeandonos a nosotros.

—No queremos problemas— hablé, paseando mi mirada por los doce hombres a nuestro alrededor, para entonces ya teníamos la atención de todas las personas.

—Son ordenes. Viene con nosotros por las buenas o por las malas.

—Creo que serán por las malas— le solté un golpe en su entrepierna que lo dobló hasta el suelo.

Los demás hombres se pusieron en alerta y se nos vinieron encima con el propósito de agarrarme. Le solté un golpe a uno en la mandíbula que lo envió al sueño. Giré en mi eje y le di una patada en las costillas a otro de los hombres.

Todas las personas estaban alteradas y corrieron a los elevadores y a la puerta para alejarse de esta escena. Thomson, Siria y Nate también peleaban a mi lado deshaciéndose de los tipos. Dos de ellos me tomaron de mis antebrazos. A uno lo tome de la corbata, dándole un jalón para impactar mi rodilla en su rostro y al otro le encaje el codo en la garganta. Saqué mi arma del cinturón de en mi pierna y le disparé a varios en la cabeza. Ellos no se quedaron atrás y también empezaron a disparanos. Nos fuimos tras los pilares, disparando desde ahí, cargaba mi arma y los demás me daban cargadores de repuesto.

—Saquen a Thomson de aquí— le dije a mis compañeros.

—No te vamos a dejar— contestó Siria.

—Tendrán que hacerlo— tomé la Polímata y se la dí para que se la llevara con ellos.—Yo los cubro— iba a replicar pero no le di tiempo, salí de mi escondite con una glock en cada mano disparando a diestra y siniestra. De reojo vi cómo entraban a uno de los elevadores y cómo este cerraba sus puertas.

Estos desgraciados me quieren a mí, esto es conmigo.

Me quedé sin balas y lo primero que hice fue tirarle a uno de los hombres con ella, dándole en la frente y mandandolo directo al suelo. A otro le pegué con ella en la cabeza cuando se acercó.

Quedaban cinco hombres que estaban dispuestos a atraparme y llevarme con Trembley. Uno de ellos me tomó la muñeca de la mano dónde tenía el arma, la otra mano la colocó en mi cintura. Presionó mi muñeca provocando que soltara la pistola. Me deshice de su agarre en mi cintura y giré dejando una pierna alrededor de su torso mientras me enganchaba en su espalda para después quebrar su cuello.

Hermoso Caos (#1. Bilogía Atracciones Peligrosas) (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora