Gen salía del trabajo, había sido otro día normal con gente gritando ahí por allá, personas corriendo y un público ignorante de todo eso, como siempre.
Ser presentador y mago era muy agotador, como era de costumbre, pasó por la casa de un viejo amigo para ponerse su disfraz y volver a su verdadero hogar.
—Bienvenido Gen-sama— saludo François dando una leve reverencia.
—Un placer volverla a ver, querida— correspondió mirando a su alrededor —¿Y Ryusui-chan?—
—El joven amo se encuentra en su oficina, puede pasar si gusta—
—Por supuesto— sin más rodeos, fue a saludar a su querido amigo.
Camianaba por las escaleras al segundo piso, desde que Ryusui se hizo inversionista con algunas empresas no dejaba de viajar y ya pocas veces se veían. Sería lindo ir a hablar como en los viejos tiempos y tal vez ponerlo al día con la linda invitada.
—Si, claro...— se escuchaba al otro lado de la puerta, tal vez sea una llamada —¡Jaja! Claro que no es problema, mándelo inmediatamente— una muy curiosa.
Así que como vieja chismosa que le gustaba ser, Gen se pegó a la puerta para escuchar un poco mejor al conversación.
—...ajá, descuide, si es tan capaz como lo dice, puede empezar apenas llegué...— ¿Quien? —Viene de América ¿Verdad? Si, un doctor. Pero ¿Me puede repetir su nombre?— un nuevo trabajador, interesante —¿Yūgen...? Si, lo tengo— colgó la llamada.
Solo llegó a escuchar la voz de Ryusui, pero parecía muy interesante, aunque el nombre que soltó al final, le resultó inquietantemente familiar.
Escuchó la puerta abrir, lo descubrieron.
—¿Se te ofrece algo, querido camarada?— saludo como era de costumbre, con su sonrisa de "ya sabía que estabas ahí"
—Jojojo me descubriste Ryusui-chan, a este paso serás tan atento como Ukyo-chan— que miedo.
—¡Jaja! Mi instinto nunca falla— chasqueó los dedos —Ahora dime ¿Cual es el chisme en esta ocasión?—
—Que directo, adivina ¿Quien crees que llegó a Japón mientras tú estabas en la India?— decía mientras entraba a su oficina. Sería una charla un poco larga.
—Cuéntame más...—
Solo esperaba que sus hijos no se preocupen por llegar un poco tarde.
.
Volvieron a pasar los días, como cada tarde Kohaku esperaba a Kanade con algún bocadillo o bebida que compartían mientras hablaban. En el proceso la niña le contó varias cosas.
Resulta que Senku, su padre, trabajaba casi siempre afuera de casa, uno de los motivos por los cuales más de una vez tuvo que esperarlo afuera.
—¿Y no te sentías sola?— pregunto mirando a la niña, después de todo, solo tenía como seis años.
—Para nada Kohaku-one— negaba mientras comía unas masas de arroz con relleno, olvidé su nombre —Padre es muy bueno y llega unas dos horas después de la puesta de sol, pasamos mucho tiempo juntos— parecía feliz.
—¡Ja! Nunca creería que esa lechuga mutante fuera tan buen padre— comentó, aunque conociéndolo tampoco le sorprendía, era un buen hombre, demasiado para ella.
—Si...a diferencia de madre...— susurro lo último, siendo apenas escuchado por Kohaku.
—Ah...verdad, dime ¿Como es tu madre? ¿Senku dijo algo de eso?— seguro no lo hizo, pero tenía un poco de curiosidad.
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Tú DOLOR (SenHaku)
RandomElla lo llama "Error" Él lo llama "Vida" Distintos puntos de vista los han separado, ahora ni se pueden ver a la cara. Él volvió a Japón para estar tranquilo junto a su hija, pero el destino los traicionó y volvió a traer su pasado [...] La volvió...