Eyes sun color. | YiZhan. +18• HIATUS

Día 85.5

China 1***

El palacio principal se había llenado de olores florales, jazmín y fresas frescas era lo que se podía distinguir en el aire, el día era cálido por lo que podía parecer, el sol se mantenía encima de nosotros brillando tan cálidamente, pero no de forma sofocante. Era un día agradable y todo mundo podía sentirlo así. Yuzu estaba admirando como todo parecía sacado de un paraíso, era extraño ver un lugar tan colorido, era como si un dios llegase a la tierra, muchas de las chicas estaban tan entusiasmadas por ver llegar a él futuro emperador de esas tierras tan febriles.

—Oye, deberías de ver por dónde te quedas mirando, estás estorbando a aquí—. Había dicho una chica que llevaba un jarrón de flores blancas y casi lo tiraba en sima de el.

Yuzu no dijo nada, era claro que se había quedado maravillado observando el lugar, pero no le importo, continúo mirando a detalle lo maravilloso que era ese lugar y lo feliz que lucía todo mundo celebrando, Yuzu observo el techo y de nuevo por el lugar para ver si no había nadie viéndolo y corrió para oler de más cerca las flores, dió un largo suspiro, pero la única palabra que encontraba para describir lo hermoso que olía aquellas flores había salido de forma tan natural de su lenguaje materno, el había suspirado y había dicho aquella palabra como si nada.

—*Es maravilloso* —Yuzu tocó las flores estaba tan maravillado por ver tantas y de tantas formas, nunca había visto una colección de flores tan coloridas.

Había muchas, grandes, y otras de colores tan brillantes que era demaciado molestas de mirar. Nunca en la vida había sentido tanta curiosidad por las flores hasta que había visto aquellas.

Por otro lado Ming había estado mirando a su nueva empleada, aunque no tenía mucho que decir, el la recordaba de algún lugar pero no sabía exactamente de dónde la había visto, ella era un poco torpe pero había un aura divertida sobre ella, le parecía peculiar porque su estatura no era la promedio de una chica que haya visto antes, aunque su ropa era de mala calidad se veía bien en ella, verla le recordaba un poco a esas flores pequeñas que salían en el agua sucia, eran hermosas y crecían en pésimas condiciones, ella era de ese tipo de chicas.

Ming continuo mirándola, ella estaba viendo las flores de cerca, parecía como si nunca hubiera visto algo así, estaba sonriendo como una niña cuando probaba un nuevo dulce, tomo una de las flores y la olió tan profundamente que inhaló todo el polen y después de eso le siguió un estornudo, Ming creyó que estornudaria tan fuerte pero solo lo hizo de forma baja lo que le pareció un poco gracioso. No podía evitar mirar a su nueva empleada aunque pareciera una flor delicada no podía dejar pasar por alto el hecho de que había llegado hace poco tiempo y había llegado entrado al palacio solo por suerte, ella era alguien de la que debía de cuidarse por más dócil que fuera nunca debía dejar pasar por alto a nadie en su territorio.

Sus pensamientos fueron cortados cuando se había encendido la señal de que las caballerizas del pelotón, era definitivo, el hijo del emperador había llegado y estaba atravesando los muros, Ming tomo su posición, corrió a tomar las riendas del caballo que había dejado en la entrada para escoltarlo, sus acompañantes le darían la bienvenida a él futuro heredero de las bastas tierras. Ming se apresuro a resivir a su futuro emperador junto a sus personas, el actual emperador tomo su posición en el palacio principal y espero paciente por las buenas noticias de su hijo que gobernaba una tierra no tan lejana, todo mundo se había quedado conmocionado era tal la formalidad que sus fieles gobernados hizieron dos lineas como un camino, le lanzaban flores mientras entraba en su sedan de color dorado. Era tanto la forma en que todo mundo lo reconocía incluso el sonido de un tambor le acompañaba, haciendo una llegada digna de un ser inmortal.

Este pueblo si que era algo serio. Se había dicho a si mismo.

Yuzu estaba pasmado por ver cómo todo mundo le mostraba respeto y lealtad, muchas de las chicas le lanzaban pétalos de rosas, era tal su respeto que había, hombres mayores haciendo una reverencia completa, sin duda el tenía que saber porque todo mundo lo amaba, o porque le temían.