-Nada importante -susurré y armándome con un valor increíble me senté en la moto- Vámonos.
Ian se sentó detrás de mí.
-Tranquila princesita, no te pasará nada si estás conmigo -susurró en mi oído haciéndome estremecer.
Alejé la cara de él lo máximo de mí. Oí un suspiro de su parte y me rodeó con los brazos para agarrar el manillar otra vez. No sé por qué pero me sentí segura al estar entre sus brazos.
Al llegar a casa Ian me ayudó a bajar de la moto, nos dirigimos a la puerta y la abrí para entrar e ir directamente hacia la cocina. Tenía un hambre de mil demonios ya que por culpa del idiota no pude desayunar nada antes de ir a la escuela.
Una vez en la cocina, fui hacia la nevera y cogí la botella de zumo de naranja, y como la señorita que soy, bebí directamente de esta. El idiota apareció a mi lado.
-En 20 minutos estará preparada la comida- dijo serio- Te aviso cuando esté lista.
No me hizo falta oír nada más para salir disparada hacia mi habitación. Una vez llegué a mi habitación, me tiré a la enorme cama. Los recuerdos no paraban de llegar a mi cabeza y no pude retener más las lágrimas.
Caían como cascadas por mis mejillas, corriendo el poco rímel que llevaba. Y así estuve, llorando en mi cama hasta que escuché unos golpes suaves en mi puerta, me giré hacia esta para ver la cabeza de Ian asomada por ella.
-La comida ya está lista, princesita.- susurró fruciendo el ceño al ver mi cara. Me puse de pie y me quité las lágrimas con el dorso de mis manos.
-De acuerdo, gracias por avisar.- salí por la puerta dirigiéndome a las escaleras.
-No tienes por qué estar triste, todo se solucionará.-dijo Ian detrás de mí para luego bajar las escaleras.
-Ya no hay nada que solucionar...-suspiré.
Ian preparó rissotto para comer, me sorprendió que hubiera cocinado eso él solo sin quemar la cocina.
En la mesa había dos platos con sus respectivas porciones de rissotto, los cubiertos y los vasos. Me acerqué a la nevera para coger la bebida, coca cola.
-¿Todo esto lo has hecho tú solito?¿Y sin quemar la cocina?-hice un gesto hacia los dos platos sobre la isla de desayuno.
-Si princesita, espero que no te intoxiques.-soltó una risita divertida. La verdad es que tenía una pinta deliciosa. Me senté en mi silla con el idiota delante de mí.
Toda la comida pasó en un increíble silencio, los dos estábamos metidos en nuestros propios mundos. Cuando me acabé todo lo que había en mi plato, que la verdad estaba todo exquisito, quise levantarme pero la voz de Ian me lo impidió.
-¿Que te ha parecido la comida?-preguntó realmente interesado. Sabía que solo lo hacía porque le extrañaba haberme encontrado en mi cuarto de esa manera.
-Realmente estaba deliciosa, gracias por cocinar.-dije en un susurro.
-Eider, puedes contarme qué es lo que va mal...-dijo incitándome a contarle mi historia.
-No Ian, no puedo...No voy a poder aguantarlo... Es demasiado duro recordar...-dije notando el escozor de las lágrimas en mis ojos.
-Está bien... cuándo estés lista podemos hablar...-dijo mostrándome una sonrisa cariñosa.
Por un momento se me paso por la cabeza contarle todo lo que viví aquella fría noche... La sonrisa que me dedicó y el tono de preocupación con el que me habló me dio seguridad, me provocó una sensación de confianza que solo había sentido con mi antigua mejor amiga Morgan, a la que dejé en Los Angeles, y con Ben. Por un momento realmente pensé que podía confiar en él, y contarle aquél trágico momento con el que sueño cada noche y el cual no hubiera ocurrido si no fuese por mi culpa. Y cuando lo miré a los ojos y vi en ellos un destello de verdadera preocupación, me dio igual que fuera Ian el mujeriego o que fuera el idiota de mi asistente, las palabras salieron de mi boca como si hubieran estado esperando años para poder salir.... y así era realmente. Hacía mucho tiempo que no hablaba de ello con nadie y había llegado el momento de desahogarse.
-Bien... tú has querido saberlo...- susurré.
Llegó el momento de confesar.
_______________
PERDÓN! no nos mateeeeeeis! la culpa es toda de julia, bueno en verdad no, pero digamos que si.
ahora subire el 6 para compensar:$
we ♡ u
skdkaksjs
ESTÁS LEYENDO
My Assistant
Fiksi RemajaTodo empezó como un simple juego. Él era el idiota que limpiaba, yo la cabrona que ensuciaba. -Se han cambiado los papeles,¿no? Tú deberías limpiar y yo observar como lo haces. -Calla y dale al mocho. -Podría darle a otra cosa si tú quisieras. -¿Qui...