~16~

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Otro día más de odiosa escuela. Sé que tendría que hacer reposo, pero en casa encerrada todo el día me amargo. A Ian no le hizo mucha gracia que decidiera ir, pero conseguí convencerlo. El maldito bicho infernal me empezaba a gustar un poquito más, ya que los brazos de Ian me hacían sentir muy segura... Aún que seguía teniendo ese nudo en el estómago y en la garganta cada vez que me subía.

Al llegar, Megan y sus zorras estaban hablando tranquilamente vestidas con ropa 4 tallas más pequeñas y que no dejaban mucho a la imaginación. No nos dejaban de mirar. Claramente estaba celosa y tenía que ponerme como si yo fuera la puta. Claro, uno nunca quiere ver sus defectos.

Ian parecía relajado. Era como si después de la guerra de ayer estuviera mucho más tranquilo. Todo sea dicho, se quedó a dormir en mi cama. Le insistí en que se fuera, lo eché del cuarto tres veces, lo empujé y le di algún que otro golpe... Pero nada servía. Era muy testarudo. Durmió conmigo en mi cama, cuando él se pensaba que yo estaba dormida, lo noté pasar un brazo por mi cintura y olerme el pelo. Parecía un gesto tierno, pero realmente era algo raro. No estoy acostumbrada a que me vayan oliendo el pelo así porque sí.

Al pasar por al lado de las guarras, le saqué el dedo medio a todas; cosa que hizo que Ian riera y pasara un brazo por mis hombros. Claramente la zorra de Megan, estaba que echaba humo.

¿Por qué soy tan genial?


-Eider, necesito que me ayudes en esto. Por favor. No sabes lo mucho que te lo voy a agradecer durante toda mi vida. Te necesito -¿que por qué tenía a un sexy jugador de football rogándome? Era obvio que era preciosa, pero esta vez no era por mí.

-Chris, si quieres una cita con Sky, lo que tienes que hacer es ir y pedírselo tú mismo.

Parecerá una locura que yo, la que más tarde ha llegado y "la nueva" del grupo, tuviera que hacer de cupido. ¡¿La gente no veía que yo de amor sabía menos que un perro de matemáticas?!

-¿Estás loca? -un poco solo- ¿Crees que podría hacerlo? ¡ES IMPOSIBLE! Me pierdo en sus preciosos ojos y ya dejo de escuchar lo que dice y mi cuerpo entero tiembla. Joder, que tengo déficit de atención, no es que no quiera escucharla. Me pierdo, simplemente idealizo como quiero que sea todo con ella... Y acaba siendo solo eso, pensamientos en mi mente. No me gusta eso, joder. Ayúdame. Te lo ruego y si quieres hasta me pongo de rodillas... -empezó a agacharse y tuve que decirle que dejara de hacerse la víctima. Más que nada porque la gente nos miraba raro, no todos los días un tío buenorro se ponía de rodillas para una chica.

-Christian, yo no puedo hacer simplemente que el amor surja. Tenéis que hacerlo surgir vosotros. Y para eso, uno de los dos tiene que dar el paso. Más que nada para ver si es recíproco. Sino siempre estarás estancado en esta mierda de friendzone. Coño, haz algo. Queda con ella alguna tarde. Id al cine, a la playa, a tomar un helado, de compras... Yo que sé. Ten iniciativa.

Vale, era verdad eso del déficit ese que tenía. No dejaba de mirar un puñetero cartel. Me ponía de los nervios. Así que me di la vuelta y me dirigí en busca de Ian... Digo de Sky. A Ian no tenía por qué buscarlo. ¿No?


Me entraba una felicidad tan grande cuando el timbre sonaba marcando que me tenía que ir a casa. Ese día no volví a ver a Ian desde que me llevó al instituto por la mañana. Era extraño. Como si hubiera desaparecido. Seguro que se había ido a follar con la fulana esa. Y claro, me tuve que volver sola andando. Maldito Idiota.

Llegué a casa muerta de hambre y cansada. Por suerte la nevera estaba esperándome. Me tenía tanto amor como el primer día, siempre esperando a mi llegada para ser devorada. Agarré una tabla de chocolate con almendras y me fui al asqueroso sofá lleno de miles de colores por culpa de las salsas que utilizamos ayer en la guerra.

Nota mental: ir a comprar más salsas. En especial ketchup.

Nota mental 2: mandar a mi idiota asistente a recoger toda esta mierda.

-¡IAAAAAAAAAAAAAN! -mi potente voz se hizo presente en toda la puta mansión -¡IAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAN!

Todavía no sabía si estaba en casa, pero de alguna manera tenía que averiguarlo. Claramente tenía que ser poniendo en peligro mis cuerdas vocales, porque soy demasiado vaga como para moverme y recorrerme toda la casa.

Al parecer, no estaba.

-¿Me llamabas? -dijo mientras entraba con un precioso delantal negro con lunares rojos. Por favor, qué sensual le quedaba.

-Hombre, mi sirviente -sonreí haciendo que levantara su maldita ceja como solo él jodidamente sabía -¿Has visto todo este desastre? -él asintió pero creo que empezó a captar por dónde iba la cosa cuando sonreí con malicia.

-No me jodas -bufó claramente disconforme.

-Es lo que tienes que hacer. Para esto te pagan.

Dio un largo suspiro, se quitó el delantal dejándolo encima de una silla y se fue a por el mocho.

-Se han cambiado los papeles, ¿no? Tú deberías limpiar y yo observar como lo haces.

Será machista el cabrón.

-Calla y dale al mocho.

-Podría darle a otra cosa si tú quisieras -dijo, claramente con picardía.

-¿Quieres jugar? A ver quién juega mejor.

Tengo una mente prodigiosa que me permite pensar cómo tocar los cojones en tan solo 3 segundos. Me levanté del sofá mientras lo veía moverse con gracia con el mocho y empecé a mirar todo a mi alrededor.

-Uy, ¿qué pensarán mis padres si se enteran de que tienes la casa así? ¡Oh! Y ni pensar cuando sepan que has roto este jarrón de 2500$.

-¿Qué dices de un...?

Dejé caer un precioso jarrón que mi madre compró en Tailandia haciendo que se convirtiera en millones de pedacitos. En verdad mi madre lo compró por tener algo que enseñar a sus amigas que tuviera cerca y poder restregarlo como buenos ricos que somos. Mi padre lo odiaba, al igual que Ben. Yo... simplemente lo ignoraba.

-¡¿Pero estás mal de la puta cabeza?! ¡¿Sabes lo que estás haciendo?!

-¡Oh Dios Ian! ¿Cómo te atreves a romper este valioso cuadro de hace más de 60 años con un valor de más de 500000$? -dije para luego destrozar el lienzo.

Es tan gracioso ver como su cara se pone pálida y como cada vez quiere matarme más por una mierda de cuadro que no cuesta más de 50$.

-¿¡PERO SE PUEDE SABER CUÁNTAS NEURONAS TE FALTAN AHÍ DENTRO!?

-Puede que alguna que otra. Sin duda tú me superas en número.





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Cuánto tiempo...

Han pasado como que muchas cosas después de la última actualización... Felicidades por todas ellas:')

Intentaremos actualizar más seguido de ahora en adelante, o por lo menos hacerlo.

¿Qué os parece el capítulo?

We <3 u

My AssistantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora