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Cuando conoció a su novio, creyó que le habían mandado un ángel del cielo, porque no podía haber tanta perfección en la Tierra.

Rubio de ojos azules, con unas marcas en su rostro que lo hacían ver tierno, y con una sonrisa que podía encantar a cualquiera.

Lo vio caminando por la calle, venían uno en frente del otro, y aunque ninguno de los dos se había notado, caminaban en dirección hacia un mismo lugar.

— Ten cuidado — menciono el rubio cuando chocó con el chico, por poco y caía al piso.

— Lo lamento — menciono este, con su típica sonrisita, que cautivaba a cualquiera según Sasuke, aunque las personas no pensaban eso, bueno está sí.

— Está bien, soy yo el que no vio bien — agrego apenado, dando a relucir su encantadora sonrisa.

Sasuke había quedado anonadado, como si hubiera visto al amor de su vida, un flechazo de cupido, cualquier cosa, que explicará su corazón alocado.

— ¿Estás bien? — pregunto el rubio.

— Si, estaba pensando en otra cosa, lo siento.

— De acuerdo, debo de irme o llegaré tarde a la escuela — fue en ese preciso momento en cuál noto el uniforme que traía que casualmente era el mismo que el suyo, al parecer ninguno lo había notado.

— Podemos ir juntos, si no te molesta — hablo mientras observaba el suelo.

El rubio hizo una mueca, Sasuke creyó que hasta ahí había llegado su oportunidad de hacer al menos un amigo, pues ya parecía que le caía mal.

Pero contrario a sus pensamientos el rubio sonrió de vuelta.

— ¿Estás seguro?, No quiero meterte en problemas con tus amigos, soy nuevo y quizás no les caiga bien a todos, no quiero molestarte.

Ante esto Sasuke negó inmediatamente, ni siquiera tenía amigos, y la verdad Naruto tenía cara de volverse el más popular de todos.

— No me molestaría, si quieres puedo acompañarte y enseñarte la escuela.

— Eso sería grandioso.

— Entonces vamos...

— Naruto, Naruto Uzumaki.

— Sasuke, Sasuke Uchiha — agrego dándole la mano, el rubio la tomo, y no la volvió a soltar.

A pesar de que Sasuke temía que una vez conociera la escuela, a los demás estudiantes y a su nueva vida, se olvidaría de él, eso no pasó, al contrario, solo logro unirlos más.

Naruto almorzaba con él, se iba de la escuela con él, y lo esperaba a la hora de la entrada, pronto su amistad avanzo a otro tipo se sentimiento.

El moreno sabía perfectamente lo que sentía, sabía que su corazón latiera con fuerza al verlo, y que mariposas aparezcan en su estómago con solo dirigirle la palabra, era algo más que una amistad, y aunque le asustaba dar otro paso y arruinarlo todo, no hizo falta, porque Naruto sentía lo mismo, y dio el paso antes que él.

— Eres muy hermoso, Sasuke — hablo el rubio mientras se encontraban descansando en un parque.

El azabache abrió los ojos, y sus mejillas se colorearon, no esperaba esa frase, y menos de su mejor amigo.

— Se que somos amigos, pero si te soy sincero, quisiera ser algo más, ¿Me lo permitirías? — pregunto sin ser capaz de verlo a los ojos directamente lo invadía la pena.

Sasuke no estaba mejor, jamás se hubiera imaginado que su sueño se cumpliría de esa manera, pero estaba tan feliz que las dudas pasaban a un segundo plano.

— Si, estaba esperando para decírtelo también — agrego con una de sus únicas sonrisas.

Naruto tomo su mano, para darle un dulce beso, devolviéndole una sonrisa.

No podía estar más feliz.

Eres Un ImbécilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora