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Sasuke estaba emocionado por comer con Naruto en el receso, a pesar de que lo hacía todos los días, este lo sentía especial, porque estaba más hermoso que nunca.

Fue a la cafetería con una sonrisa, estaba demasiado contento, y no se molestaría en ocultarlo.

Naruto reía y hablaba con sus amigos, todo el grupo de amigos se sentaba en una mesa juntos, Sasuke solía sentarse ahí, aunque no fueran todos sus amigos.

Podía reconocer a varios, Kiba era el mejor amigo de Naruto, castaño y algo impulsivo, ruidoso como lo nombraba él.

De ahí podía nombrar a Hinata, esa chica no le caía del todo bien, se le acercaba y se le insinuaba mucho a Naruto, aunque el rubio nunca hacía nada al respecto, no le molestaba, Naruto era muy buena persona, así que no se metía en problemas con nadie, estaba claro que Naruto no quería hacer enojar a la chica, por lo que la dejaba ser, de todos modos, no había problema, ambos tanto Sasuke como Naruto, eran fieles y confiaban el uno con el otro.

De la bola, también podía nombrar a un tipo llamado Sora, no le caía tampoco, era demasiado enojón, y siempre parecía perdido en sus pensamientos, la verdad dudaba de su sobriedad.

Igual camino hasta la mesa y se sentó justo al lado de Naruto, como le era costumbre, para su mala suerte el banco crujió un poco, y con ello llamo la atención de todos.

La mesa entera volteo a verle, se sintió insignificante ante tantas miradas, pero su confianza interior surgió, ignorándolos y sacando su comida.

A diferencia de lo que creía que pasaría, los chicos de la mesa empezaron a aguantarse la risa, y lo miraban divertido, eso termino por romper su corazón y las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos.

Miro su plato, tratando inútilmente que ninguna lagrima se escapara, no quería hacer una escena ridícula.

Naruto lo miro, le dedicó una sonrisa, y le dio un beso en su mejilla, limpiando una pequeña lágrima que salió de su ojo derecho.

Sasuke recordó que no está solo, que hay alguien que lo ama, y que su vida era hermosa, no importa lo que las demás personas pensaran de él, él estaba feliz consigo mismo.

Le sonrió a su novio y se dedicó a comer lo que había traído.

Por su parte el rubio se dedicó a observarlo haciendo caso omiso a las burlas de sus amigos, lo distraían de su objetivo, no reírse el también.

En cuanto termino el almuerzo, los dos se despidieron y se fueron por caminos diferentes, Naruto tenía clase de valores, como le aburría esa clase.

— Naruto, ¿Qué harás estás noche? — pregunto la ojiperla.

— ¿Por qué guapa?, ¿Quieres salir? — pregunto coqueto.

La chica sonrió complacida, estaba totalmente flechada por ese atractivo rubio, lamentablemente tenía novio, pero bueno eso no era nada relevante.

— Si, esperaba que me invitarás a cenar, y luego camináramos por ahí — añadió mientras trazaba una línea de su pecho a su entrepierna.

Naruto la miro sorprendido y luego sonrió ante lo dicho.

— Por supuesto, todo por ti, guapa.

Su plan estaba hecho.

Eres Un ImbécilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora