CAPÍTULO 6| LEGIÓN

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— ¿Qué carajos está pasando aquí?— escuchó la voz de Pedro vociferar con fuerza. Reacciono al sentir el cuerpo pesado de Xander abandonar mi cuerpo y en eso, lo veo ponerse la malla que antes me había encargado de quitar de su rostro. Pese a que todos reaccionan y todas las miradas están sobre puestas en el hombre grande sudoroso que justo viene entrando por la puerta, mi cuerpo se siente estático y complemente congelado. Sin poder hacer nada observo el cuerpo de Xander correr y empujar masas de cuerpos hasta llegar a la puerta de salida, su rostro mira el mío por micro segundos , los cuales me sirven para ponerme de pie y tomar rápidamente mi máscara y pasarla por mi cabeza.

Me pongo de pie y voy en su búsqueda.

— ¡Aria!— siento el agarre de Johny en el brazo, en cuanto llego a la puerta— no lo hagas.

 Miró sus ojos cafés y niego con la cabeza. Tengo que hacerlo.

— Lo siento Jhony— empujo su cuerpo a un costado y me abro camino con el fondo de sus gritos por el pasillo de antes.

Debo encontrarlo.

Salgo del establecimiento y me detengo a mirar en cada  extremo de la calle. A esta hora la mayoría de las veces este sector está vacío, y al observar de un lado a otro no encuentro más que soledad. Me dabato internamente por ir al club del fondo, en el cual, puede que no lo encontraré, pero de seguro habrá alguien quien lo haya visto antes. 

Cruzo con prisa la calle y voy directo hasta el colorido y electrizante club "Miami". El edificio me da cara en cuanto paso por sus puertas y Lana del Rey me da la bienvenida con su música a través de los altavoces. El ambiente huele a tabaco y ron, las personas bailan y saltan en medio de la pista de baile, mientras que otras se mantienen entretenidas admirando el espectáculo. Un par de chicas crea un número de baile improvisado en el escenario, muchas de ellas utilizan un tubo alto para sujetarse y deslizarse como ayuda, mientras que otras solo mueven su cuerpo de una forma sensual al compás de la música.

Me siento mareada y drogada con el olor y las luces que aprecian mis ojos, el rojo y el verde parpadean una y otras vez frente a mis narices, a la vez que veo y siento a cientos de camareros pasearse de un lado a otro en mi alrededor. Por una parte me siento estúpida al pensar que podría encontrarlo aquí, o tal vez, sopesar la idea de encontrar alguien que pudiera ayudarme. 

Las personas me miran y se fijan en mi vestimenta, y por mucho que hacen por disimularlo, sé perfectamente que mi ropa llama demasiado la atención en este lugar.

Intento irme en cuanto pasan algunos minutos en los que me tomo mi tiempo para recorrer el lugar y no encontrar lo que me interesa. Siento una oleada de calor recorrer mi cuerpo al bajar por unas escaleras, sintiendo la gran necesidad de quitar alguna prenda de mi cuerpo. Desprendo la malla de mi rostro y cansada me siento en uno de los escalones.

Estoy increíblemente agotada y aún no explico por qué, siento un zumbido en mi oídos y los músculos dolorosos debido al ejercicio, la música no para y en vez de relajarme, mi cuerpo no hace más que tensarse y hacer presión en mi cabeza. Cierro los ojos tratando de nivelar los dolores y aprieto mis manos a mis costados implorando paciencia.

No sé lo que me pasa.

Quiero quitar mi ropa y sumergirme en una bañera con agua helada. Quiero correr y gritar y descargar todo lo que siento sin importar que todos piensen que soy una lunática.

Tengo sed, y estoy tan lejos de la multitud que solo las paredes negras llenas de dibujos extraños de grafito sean mi única  compañía. Mi cabeza no para de repertime lo que ha sucedido, yo lo he visto, lo ví a través de sus ojos, me ví a mi misma sobre ellos, ¿Cómo es eso posible? ¿Acaso estaré enloqueciendo?

El Poder De PiscisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora