CAPÍTULO 8| EL PODER DE PISCIS

13 1 0
                                    

— Deja de mirarme asi— me quejé por quinta vez en la mañana en cuanto salíamos del bus y nos dirigíamos al gimnasio. Por dentro podía sentir como mis huesos dolían, y mi cabeza solo quería estallar.

Necesitaba otro ibuprofeno, y probablemente otra siesta reparadora.

—No te he mirado de ninguna forma—se excusó como si tuviera la palabra pendeja pegada en la frente y no noté la manera en como sus ojos se agrandaron nada más verme y la mueca que puso al ver como iría al entrenamiento de hoy.

Siendo honesta precisamente hoy no era uno de mis mejores días, sabía lo horrible que me veía, las ojeras que tenía bajo los ojos, lo grasiento que estaba mi cabello por no lavarlo está semana, y probablemente mi estado de estranocho diga más que mil palabras. Era capaz de meterme en una pelea y dejar en silla de ruedas a cualquiera que quisiera pasarse de listo conmigo hoy, ¿Era ilegal? por supuesto que sí, ¿Acaso me importaba?, claro que no.

— Te ves..., Dios como lo digo sin que suena feo—lo pensó por unos segundos, hasta que una sonrisa apareció en su rostro, como si el foco por el que llama cerebro se hubiera encendido —te ves como si hubieras salido del vídeo de Michael Jackson de thriller.

Gracias Jhonny pero no me importa verme decente precisamente hoy.

— Que decepción — lo escuché decir por lo bajo y no dude en mirarlo mal— además..., hablando de decepciones aún no me has dicho nada, y estoy esperando que me pongas en contexto.

— ¿Contexto de qué?— me hice la desentendida cuando ambos sabíamos que había sucedido anoche, y cuando me refiero anoche, no solo se debía al suceso de mi patético llamado de emergencia en el bar, sino al segundo patético llamado de emergencia después de lo ocurrido con Xander, aunque ahora después de horas ni siquiera puedo recordarlo bien.

—¡Jhonny, ahora sí me estoy volviendo loca!— había gritado con histeria frente al teléfono, que hasta ese momento no me había percatado que lo había puesto en altavoz, Sara me gritó del otro lado del pasillo que me callara pero justo ahora me valía todo, hasta incluido ella y el libro de vampiros que había comenzado a leer la semana pasada.

Necesitaba internarme pero ya.

— Pero que coño...— escuché a Johnny vociferar soñoliento pero no lo deje terminar.

— Él... Mmm estuvo aquí.

— ¿Quién?

— ¿Cómo que quién?, ¡Él!

— ¿Él quién?— gritó el idiota aún sin entender.

— Lo preguntas de nuevo y te cuelgo— amenace enojada.

— Por mi,  mejor querida...

— ¡Por Dios, Jhonny!— grité, al cabo que me ponía de pie y empezaba a comenzar a caminar por mi cuarto nerviosa. Creo que consumí algo y no me percaté hoy..., sí, debe de ser.

— ¿Qué pasó, ahora?

— No lo sé— solo respondí, porque esa era la verdad no lo sabía, él solo había llegado así como si nada, me había arropado con las mantas, se aseguró que me encontraba bien, y se había marchado, o en realidad desapareció. Mierda.

¿Y si?

No, carajo no.

Nada de eso podía ser real, es decir, no podría podría... ¿Cierto?

— Aria...— Johnny me llamó, y por su tono sabía que había colmado su paciencia hasta el límite, iba a replicar algo más pero lo cierto era que no sabía que decirle, y una parte de mi no quería mencionar nada de lo ocurrido. Porque era una locura, algo completamente irreal, Jhonny pensaría que en serio estaba loca.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 14 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Poder De PiscisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora