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- Jake, tenemos que ir a clase.

- Ño.

Sunghoon rió enternecido por el comportamiento del rubio. Desde que la alarma del despertador se había echo sonar, Jake no a querido separarse del coreano al grado de que este lo tuvo que cambiar ya que no tenía intenciones de ir a la escuela y en su lugar, se quería quedar todo el día abrazando a Hoon.

Park, con bastante esfuerzo, se agacho para poder dar con sus zapatos, claramente varios quejidos salieron de sus labios al estar cargando en la espalda a Jake como si fuera un koala.

Rápidamente se los puso y salió del departamento, agradeció que los chicos se hayan ido en la madrugada, obviamente los tuvo que llevar a sus dormitorios al ver que estos estaban inconscientes a causa del alcohol en sus entrañas.

Se adentró a la facultad de Arquitectura, mientras caminaba pudo observar algunos rostros de confusión y otros de sorpresa al verlo junto a Jake.

- ¿Qué clase te toca hoy?

- No - se rehusaba a separarse del contrario.

- Jake.

- No...

- ¿Te toca con el ese señor barrigón, verdad?

- ¿El señor Bang?

- Él.

- Ajá -respondio sin ganas.

- Pues mira, justamente estamos enfrente de su salón.

Al decir eso solo ocasionó que se aferrara más a su cuerpo.

- Cariño vamos, tienes que entrar a clase.

- Hoon, no quiero.

- Vamos.

- Ño...

- Si entras, cuando salgamos prometo que vendré por ti.

- Continúa.

- Podemos ir al departamento y estar toda la noche viendo películas.

- No quiero ver películas.

- Pues podemos solo quedarnos acostados, sin hacer nada.

- ¿Me vas abrazar?

- Te voy abrazar toda la noche.

El rubio no lo dudo ni dos veces y de un solo brinco se bajo, se posicionó cara a cara del menor e hizo un piquito con sus labios.

Sunghoon sonrió en grande y rápidamente lo beso en forma de despedida.

- Vengo por ti más tarde ¿de acuerdo?

Jaeyoon asintió contento.

- Ay pero que cursis!! -chilló Nishimura, tratando de entrar al salón pero no podía ya que ambos sujetos bloqueaban la entrada.

- ¿Tú que haces aqui?

- Solo vine a corroborar si ya habían terminado.

- Pero a penas llevamos un día -mencionó Shim.

- Mentira, llevan once horas con cincuenta y tres minutos, aún no pasa un día -recibió una mala mirada de ambos sujetos, había conseguido hacerlos enojar tan temprano.

- ¡Ni-ki! ¿Qué te dije de andar metiendo tus narices en donde nadie te llama? -gritó Sunoo, desde el otro extremo del pasillo.

Todas las personas que recorrían el corredor para poder llegar a sus clases se exaltaron ante el grito enojado del lindo pelinegro.

Un fuerte estruendo hacia eco al chocar sus piecitos con el piso.

- Ayuda -suplica el menor, escondiéndose detrás de Jake tratando que su novio no lo mate como por quinta vez en la mañana.

𝗖𝗼𝗺𝗽𝗮𝗻̃𝗲𝗿𝗼𝘀 𝗗𝗲 𝗗𝗼𝗿𝗺𝗶𝘁𝗼𝗿𝗶𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora