26

847 114 60
                                    

Estaba seguro que el 70% de mi cuerpo ya era alcohol, no tengo ni la mínima idea de cuanto tome pero tenía claro que si no ponía un alto a mi consumo excesivo, afectaría mi nervio óptico y me quedaría ciego, ya lo venía venir, tendría que buscar por Amazon de esos bastones que te ayudaban a caminar. Hace tiempo mi mente dejó de funcionar con claridad y en su lugar, todas mis ideas coherentes se veían borrosas.

Según yo, todo estaba bien, pero creo que Bangchan quien estaba sentado a un lado no pensaba lo mismo.
Su voz llegaba distorsionada a mis oídos, lo único que alcance a escuchar fue que me decía que no estaba bien y que me llevaría a casa.

¿No estar bien? Puf, yo estaba de maravilla junto a mi amigo Bob Esponja, ignore a Chan, el no sabía nada y en su lugar le preste atención a Bob quien al parecer tenía una charla más importante que andar escuchar al ese australiano diciendo que dejara de tomar.

- Deberías acercarte -me sugirió la esponja habladora.

- ¿S-Seguro?

- Si, no tienes nada que perder.

Jungwon asintió dándole la razón.

Lentamente me fuí acercando al hermoso hombre que yacía sentado en el sofá en un estado igual o peor al mio.

Mi parte racional decía que no lo hiciera pero mis pequeños Jungwon's no paraban de animarme como si estuvieran viendo un partido de fútbol en un estadio tratando de alentar a los equipos.

- J-Jay *hip* -lo llame, poco a poco iba bajando mi colita pero no podía lograr que tocara la superficie del sofá. Estaba muy mareado y mis acciones no eran las más normales.

En un movimiento descuidado, caí encima de JongSeong sacándonos una carcajada por lo gracioso que me vi.

- ¿Qu-Qué pasó pequeño? -me atrajó más a él, rodeando mi cintura con sus fornidos brazos. Mi cuerpo sintió una corriente eléctrica al sentir como escondía su cabeza en mi cuello y me dejaba un húmedo beso.

- ¿Po... Por qué eres tan pero TAN caliente?

Jay solo sonrió en grande al escucharme, reí al sentir sus heladas manos sobre mi espalda, sus toques me estaban dando cosquillas y eso solo incrementó mi risa.

- ¿Co-Cómo un pequeño *hip* como tú me puede decir eso? -me tomó del mentón- Estás chiquito.

- No soy chiquito -le golpee el pecho, haciendo un puchero. Ya estaba grande, ya me iba a graduar y no aceptaba que me dijeran eso.

- Claro que estás pequeño, eres un niño, tan solo mira estos cachetitos -Jay pinchó mis mofletes con gracia.

- Ya! -me queje tratando de quitar su mano- Yo no soy un niño, los niños no harían esto.

No se ni en que parte del mundo agarre la valentía para abalanzarme a sus labios y capturarlos con fuerza.

Nos quedamos unos cuantos segundos sin hacer algún movimiento, dios, estaba dando mi primer beso y ni siquiera sabía como besar. Jay al parecer se dio cuenta de mi inexperiencia así que empezó a mover lentamente sus labios en una pequeña danza tratando de seguirlo, en cuanto abrió su boca pude deleitar el sabor a tequila junto con su lengua moviéndose delicadamente, me sentía en las nubes.

Estuvimos así por unos cuantos minutos hasta que sentí como era cargado y sacado del dormitorio, lamento no haber estado lo que restaba del cumpleaños de Sunghoon hyung pero al parecer estábamos demasiado ansiosos.

Lo poco que recuerdo fue cuando nos introdujimos a alguna habitación de su dormitorio, los besos eran románticos y las caricias no se quedaban atrás, me estaba tratando con demasiado cuidado. Con sutileza me fue dejando en la cama pero lo más extraño fue que sentí en mi espalda un bulto extraño.

- ¡Pero que... Jay, está no es tu habitación!! -inquirió su compañero de dormitorio al sentir mi cuerpo sobre el suyo.

- Minho lo siento -se disculpó tomándome de la mano para poder dirigirnos a su habitación.

Sin duda fue una de las mejores noches de mi vida.

- Y así fue como empezamos a salir -le explicó Jungwon a su madre totalmente contento.

La señora Yang abrió sus ojos expectante mientras tomaba su té tratando de procesar la información.

Creía que su pequeño bebé había conocido a ese apuesto muchacho en el trabajo o en la escuela y que su relación se fue formando a base de salidas y escapadas románticas.
Nunca se imagino que cuando empezaron su relación fue gracias a que se pusieron ebrios en el cumpleaños de su mejor amigo y terminaron revolcándose.

La señora Yang volteo a ver a Jay quien estaba junto a ella, el estadounidense trató de hacerse chiquito en su lugar a causa de la vergüenza. No se imaginaba que su pequeño novio le iba a contar a su madre todo con lujo y detalle.

- Y... ¿qué planes tienen en mente? -la dama trato de hablar para que no se notara la incomodidad.

- Jay me pedirá matrimonio.

Al escuchar eso, Jay no pudo evitar escupir el té de manzanilla.

- ¿Yo? -se señaló.

- Si tonto, tú. Espero ya estés organizando mi pedida, ¿verdad? -le lanzó una mirada de advertencia.

- Jungwon no intimides a Jay, tal vez no estén aún preparados.

- Es eso o Jay no me quiere -puchereo cruzándose de brazos.

- Bebé no es eso, simplemente vamos muy rápido, estoy esperando el momento indicado.

- ¿Ir rápido? ¡Jake y Sunghoon ya llevan un año y medio de matrimonio!

- Si pero esos tontos llevaban más tiempo de noviazgo, nosotros nada más tenemos dos años.

- ¿Y qué dices de Ryujin y Yuna? Llevan un año juntas y ya adoptaron a su primer bebé.

- Eso es porque son unas desesperadas.
No quiero que nos pase lo mismo que a Sunoo y Ni-ki, están casados pero sus peleas son más grandes al grado de que se van del país y luego el otro lo tiene que ir a buscar al otro lado del mundo para reconciliarse.

- Así es su relación, ambos se aman pero su amor es diferente al resto.

- Cariño, no hay prisa, tengo todo planeado.

Jay trató de tranquilizar a su bebé, podía sentir la presión que tenía al ver que todos sus amigos ya se habían casado e incluso estaban formando una familia, ellos eran los únicos que aún no tenían ese tipo de compromiso.
Tenía miedo de que su pequeño creyera que no quería casarse con él pero solo necesitaba tiempo para tener todo organizado.

𝗖𝗼𝗺𝗽𝗮𝗻̃𝗲𝗿𝗼𝘀 𝗗𝗲 𝗗𝗼𝗿𝗺𝗶𝘁𝗼𝗿𝗶𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora