| 20 |

3.1K 413 22
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Por amor. 


El joven bostezo estirando sus brazos escuchando el suave sonido de los huesos de su mano tronar por haber estado escribiendo desde la mañana, cruzo sus piernas en el momento que el medico que lo revisaba dejo de observar las marcas que tenían sus muslos.

— Puedo ver que el joven príncipe esta teniendo muchos dolores. —respondió el hombre de cabellos marrones guardando sus utensilios. — Y lo he de suponer debido a que las pastillas que le recomendé para que los dolores en su vientre por el estrés casi están vacíos.

— Si. —Orión desvió la mirada con cierta calma cuando recordó las veces en el pasado que solía retorcerse de dolor ante los fuertes cólicos que sufría. —

— ¡Ya le he dicho que tiene que ser mas responsable con ese medicamento, su alteza! —El adulto regaño con una expresión algo seria al rubio que solo lo miraba tranquilo. — ¡Sabe que esas pastillas son muy difíciles de fabricar! Por eso le pidió, que trate de mantener un ritmo de vida algo más tranquilo a diferencia del actual.

— Está bien...

— Le diré a Sir. Asher que mantenga vigilado su paquete de medicamentos nuevo.

— ¿Ash-a? ¡No se lo des!

— Muy tarde.

El hombre que ya estaba a punto de salir dejo el frasco en la mano del mencionado, quien recién ingresaba al lugar para solo mirar confundido el objeto, aunque se quedó callado por la sonrisa tensa que le dedico el hombre antes de salir refunfuñando.

El azabache contempló inexpresivamente el rostro nervioso del joven rubio que acomodo sus ropas con algo de vergüenza, tosiendo suavemente en busca de relajar el ambiente que se formo ante su cuidador.

— ¡Ash-a!  —Canturreo el de mirada enjoyada para tomar unos documentos cercanos. — ¿Q-Qué haces aquí?

— ... Vengo a dar mi informe sobre las cosas que suceden en la capital del imperio. —Dijo con simpleza el mayor acercándose hasta el sillón donde reposaba el otro. —

— Por favor, dime lo que sucede ahí...

— Como la última vez, la tienda en la cual invirtió para que los más pobre pudieran adquirir prendas con más facilidad está siendo un éxito y todas las personas que no tenían un trabajo están siendo destinadas a trabajos que puedan cumplir, más he visto que hay algunos niños que roban y viven en las calles más alejadas de la capital.

— ... Ya veo —El rubio miro los papeles antes de suspirar. — Haremos un orfanato para esos niños y quiero que contrates a gente de confianza que no malgasten el dinero que se les dará para que tengan; comida, salud, comodidad y estudios. Los que demuestren un talento serán mandados a las academias para que puedan pulir sus habilidades...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 09 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Sangre dorada | Who made me a princessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora