Mirada enjoya fría como un pilar de hielo, cabellera rubia alborotada, aspecto desordenado y libre pero sensual ...
- Uhm~ El emperador es un irritante al igual que la encantadora y dulce princesa -el joven ladeo su cabeza mientras observaba a ambo...
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Ilusiones.
Orión sentía como si su cuerpo flotara en una gran extensión de agua junto a una sensación de pesadez invadirle por completo, abrió la boca jadeando por la sensación hasta que una luz dorada apareció al final del lugar para rodearlo completamente.
Entonces parpadeo confundido ante unas caricias en su cabeza a lo que alzo la vista y no pudo evitar sorprenderse.
El rostro de su hermana justo como lo recordaba estaba frente suyo, con una sonrisa muy linda y con aquel vestido verde que en más de una ocasión usaba porque era su color favorito.
— ¡Hermano Orión! Al fin despiertas.
— ... Nisha...
— Hermano Orión me tenía muy preocupada, pensé que te quedarías dormido durante mucho tiempo. —la niña dejo de mover su mano para fruncir un poco el entrecejo. — Mamá se iba a molestar si no te levantabas.
— ... ¿Dónde...? Ah...
Llevo sus manos hasta su garganta por el tono de voz que se le escapo, un tono de voz algo chillón y no la de un tono un poco más grave.
"¿Qué...?"
— ... ¿Estas bien? Actúas muy raro, hermano.
— Si, solo que imagine algo. —sonrió a su melliza para levantarse del pasto donde antes estaba recostado. — Vamos con mamá.
— ¡Hm!
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Su mundo cambio y ahora se encontraba sentado en una silla frente a una mesa repleta de bocadillos con muchos postres, en su mano sostenía un pequeño pastelillo de vainilla con una decoración de ositos, miro silenciosamente el postre analizándolo con atención.
