Una película

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Pese a mi mal estado y luego de algunos intentos puedo comer un poco, la comida se queda en mi estómago y las pastillas que me da Yoongi ya no me marean, al menos no como antes, pero la debilidad en mis piernas persiste. Yoongi dijo que el médico me receto algunas pastillas que van a debilitar mi cuerpo, pero solo será hasta que mejore.

Los días pasan lentamente, Yoongi intenta hacer que recuerde los momentos más felices de nuestro matrimonio, pero no puedo hacerlo, no recuerdo nada. En sus ojos puedo ver la frustración y un poco de enojo pero sobre todo angustia y preocupación, sin embargo no se da por vencido y me tiene paciencia.

Después de una semana en la que he estado durmiendo en la habitación de ambos, solo, Yoongi piensa que ya es hora de volver a dormir juntos.

-No creo que sea buena idea-digo cuando estamos en la mesa desayunando.

Aún sigo en la silla de ruedas, mis piernas se han debilitado demasiado, tanto que ya no me puedo sostener por mi mismo.

-La habitación de invitados es muy fría, ¿qué te parece si coloco otra cama?

-¿No sería mejor comprar un calefactor para la habitación de invitados?

Con mi sugerencia Yoongi parece enojarse pero no dice nada, simplemente me sirve el desayuno.

-Lo pensaré, come, debes comer mucho.

Durante la anterior semana me mantuve la mayor parte del tiempo en cama, muy débil como para ir a cualquier parte, pero hoy me siento mejor. Me atreví a manejar la silla de ruedas por la primera planta del departamento. La cocina es muy amplia y preciosa, todo brilla y los muebles de material negro es muy elegante, sin embargo no me imagino caminando por aquí en un feliz matrimonio con Min Yoongi.

Por un momento intento imaginarme en un ambiente hogareño al lado de Yoongi, donde él me abraza mientras intento cocinar o hasta besarnos y cuando puedo divisar un pequeño rastro de recuerdo, la voz de Yoongi a mis espaldas me distrae.

-Si estás de ánimo para merodear, ¿quieres ir a tu taller?

-¿Taller?-pregunto muy curioso.

-Tienes un taller en casa, ahí pasabas la mayor parte del tiempo pintando y bailando-responde Yoongi tomando la silla de ruedas y llevándome a través de la sala hasta una puerta al otro lado de la habitación y cuando la abre me quedo con la boca abierta al ver todo lo que hay dentro.

Hay tantos cuadros en el interior que me sorprende, hay pinturas por todas partes y botes de pintura de diferentes colores en una estantería al fondo, todo está lleno, de techo a piso con diferentes tonos y marcas de pinturas, también hay un sin número de pinceles por todas partes, todo está aparentemente desordenado pero hay cierto encanto en este desorden, en especial las manchas de pintura en el piso y paredes.

-¿Qué te parece?

-Es muy am...está un poco desordenado-digo con sinceridad.

-Te gusta mantenerlo de esta forma, cuando intentaba ordenar un poco me echabas tan pronto como tomaba un pincel del suelo.

-Debiste haberte enojado.

-Es tu espacio, ¿por qué enojarme? ¿Quieres probar tomando un pincel y ver cómo te sientes? Tal vez puedas atrapar un pequeño recuerdo.

Yoongi estaba tan esperanzado que no pude negarme, avance con mi silla de ruedas hasta llegar a un trípode, en la base hay pinceles limpios y a un lado hay un bote de pintura cerrado, tomé el pincel y abrí el bote de pintura y cuando tome un poco de pintura con la punta, lo extendí en el lienzo. Algunas imágenes de mi y de Yoongi en este lugar empezaron a hacerse claras.

Las palabras que dije entonces las puedo escuchar con claridad, casi como si pudiera ver lo que sucedió en este lugar como un espectador.

-¿Este es mi estudió? No puedo creer que hicieras esto por mi, te amo tanto.

Yo estaba abrazando a Yoongi justo en la mitad del estudio, le agradezco por mi estudio, me lanzo a sus brazos y lo beso profundamente, las manos grandes de Yoongi me toman de la cintura y me empuja a la mesa, me sube en ella y besa mis labios, cuello y acaricia mis muslos, sube mi camisa hasta quitármela, succiona mis pezones y yo gimo, tanto y tan alto que hasta parece que puedo escuchar mi propia voz estruendosa.

Suelto el pincel rápidamente porque hace un momento no podía ni imaginarme abrazando a Yoongi y según parece habíamos tenido sexo en esta habitación.

Yoongi nota inmediatamente mi cambio de humos y mi rostro pálido, se ha dado cuenta de que algún recuerdo ha venido a mi cabeza. Espero por si dice algo, pasa el tiempo como si fuera eterno y Yoongi no dice una sola palabra, solo me mira con sus ojos calculadores y con una pequeña sonrisa en la esquina de sus labios, luego toma mi silla de ruedas y la empuja hasta la ventana, toma mis hombros y besa mi cabeza.

-Pronto todo será como antes-dice con esperanza, sus palabras son acompañadas por las caricias en mis hombros, largas y suaves haciendo que un pequeño cosquilleo pase por mi piel por donde me toca.

Unos largos minutos pasan antes de que Yoongi me lleve a mi habitación, me carga en sus brazos y yo bajo la mirada, no puedo ver su rostro, mucho menos sus ojos. Tengo tanta vergüenza de mis recuerdos que solo puedo imaginar estar en otro lugar mientras Yoongi me deja suavemente en la cama.

Su rostro está muy cerca al mío, siento su respiración en mi mejilla y luego sus labios me besan suavemente. Mi cuerpo reacciona inmediatamente antes que mi propia cabeza, saltó en mi lugar y mis manos lo empujan con rapidez.

Yoongi aprieta una de sus manos en un puño y sus ojos gentiles se transforman en un manto helado, creí que diría algo pero no lo hace, en cambio gira su cuerpo para salir tan rápido que al momento de cerrar la puerta lo hace de un solo golpe haciendo que mi corazón salte nuevamente y no de una buena forma.

Durante el resto de la mañana Yoongi no vuelve a aparecer por mi habitación y yo miro el televisor, cambio de canales constantemente hasta que encuentro una película que no había visto en años, no puedo recordar el nombre, pero sí puedo recordar las veces que vi esta película, una que no tiene buenos efectos especiales pero que, en su momento era muy entretenida para mi y para Jungkook, la veíamos siempre que podíamos, era de esas películas que sin importar la miramos de principio a fin una y otra vez sin cansarnos.

Una tarde Jungkook me encontró curando la herida de mi labio en el baño de la escuela, un regalo de Yoongi por atreverme a pasar a su lado y no saludarlo.

Lo vi cuando atravesó la puerta del baño con una gran sonrisa diciendo que había encontrado el dvd de la película que tanto nos gusta, pero su sonrisa rápidamente se desvaneció cuando me miró.

-¿Fue Yoongi verdad?

-Fue un accidente-dije nervioso tomando un poco del maquillaje de mi madre que siempre cargaba conmigo para cubrir las heridas que Yoongi y sus amigos me dejaban.

-Voy a darle una paliza-hasta hoy recuerdo sus palabras y la forma en la que se enfureció tanto que casi no pude detenerlo. No quería que inicie una pelea con Yoongi, no cuando Jungkook era nuevo en la escuela y cuando era primo de Yoongi.

Los padres de ambos son hermanos y por desgracia Jungkook es ese primo que fue expulsado de la escuela, el que se pelea con matones a cada momento por defender a alguien y Yoongi por otro lado es el primo perfecto que mantiene buenas notas y aparentemente es un buen chico. Jungkook no tiene oportunidad contra Yoongi y no por la fuerza física, no tiene oportunidad de defenderse cuando Yoongi se atreva a acusar a Jungkook de haberlo golpeado. El resultado es fácil de predecir y yo no quería que el único amigo que tengo en la escuela se vaya.

Lo convencí de ir a ver la película, casi le supliqué. Esa tarde Jungkook se quedó dormido en mi hombro y por primera vez sentí el palpitar de mi corazón en la garganta.

El hombre en la película estaba luchando con los muebles de la casa que tomaron vida y cuando recordé la primera vez que sentí el palpitar de mi corazón, la puerta de mi habitación se abrió, era Yoongi con una sonrisa complicada en su rostro, sus ojos fríos me observaron y yo sentí recorrer una brisa helada en mi espalda.

Manto Obsesivo (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora