Yoongi
Una mañana tan gris como todos los días de ese mes fue la primera vez que lo vi, con un paraguas rojo, un color demasiado fuerte y brillante que fue inevitable verlo en la mitad de todos los demás paraguas de colores neutros.
Antes de ese día todos los rostros de las personas me resultaban sombríos, como una mancha sobre hombros hablando palabras incomprensibles. el sol no calentaba, el frio no era tan helado, el viento a veces no lograba sentirlo, los sabores me parecían insípidos y todos los días eran tan monótonos y aburridos que en ocasiones me preguntaba porqué debía levantarme, pero ese día por primera vez agradecí haberme levantado.
Las gotas de una suave llovizna empezó a formar charcos en el piso y todos los estudiantes pasaban sobre ellos hasta que un pequeño llavero cayó en uno, era un oso de peluche blanco, se empapó y también se ensució, era del chico que tenía un paraguas rojo, se agachó y cuando lo tomó el peluche levantó un poco el paraguas y cuando lo hizo pude ver su rostro y su mirada triste provocó en mi un latido extraño.
Desde ese día no supe porque pero quería ver esa mirada de nuevo o tal vez quería que sus ojos me observaran a mí, sin embargo eso no sucedió. Intenté llamar su atención, en verdad lo intenté, quise ser amable con él, pero a menudo me ignoraba o tal vez solo no me miraba como alguien digno de poner atención y eso cambió una mañana en la hora del almuerzo.
Fue sin intención lo juraría ante cualquiera, derramé leche en su rostro cuando quise entablar una conversación y quise disculparme pero en ese instante su mirada se posó sobre mi, al fin me estaba mirando y su rostro confundido era tierno y eso de alguna manera me puso de mal humor. ¿Por qué el rostro de un chico me parecía tierno? Eso era extraño y sin decir una palabra me levanté y observé a todos como si les estuviera advirtiendo no decir una palabra, parecía que todos estaban escuchando mis pensamientos y eso me enfureció aún más.
Desde ese día busqué maneras de poner toda su atención en mi y lo logré, toda su atención estaba en mi, apuesto que pensaba en mi aún cuando no estábamos en la escuela, de seguro también soñaba conmigo y eso me alegraba demasiado, pero luego llegó alguien que quitó su atención y ese alguien fue mi querido primo. Lo odie demasiado, tanto que imaginaba clavarle un cuchillo en medio de los ojos.
Aún cuando Jungkook lo alejó se preocupaba por mi.
La llegada de Jungkook no sólo alteró mi vida escolar, en casa fue aún peor. Jungkook siempre fue un adolecente que tiene un fuerte carácter, algo que yo llamo ser un malcriado total. Dice lo que quiere, hace lo quiere y las consecuencias no lo detienen, tal vez es su actitud la que me hace odiarlo o tal vez es saber que yo no puedo hacer eso. Mi padre miraba a Jungkook, su sobrino con malos ojos, sin embargo de una cierta forma le gustaba que fuera el primero en todo sin ningún esfuerzo, en cambio yo debía esforzarme cada vez más en todo y cuando no lo ganaba al extraño hijo de su hermano con gustos cuestionables, se enfadaba y mucho.
Cuando Jungkook me ganó en la maratón que cada año organiza nuestra escuela, al llegar a casa me fue tan mal que terminé sangrando en medio de la calle afuera de mi casa y ahí una mano se extendió para tomar la mía.
Jimin me extendió una bolsa de medicamentos esa tarde, seguramente observó cuando mi padre me echó de la casa arrastrándome al exterior y dejándome como un perro que ya no quiere. Debía sentirme humillado pero al ver que me estaba viendo a mi con esos hermosos ojos centelleantes, me sentí feliz pese a las costillas que seguramente debía tener rotas.
-Deberías ir al hospital-fueron las únicas palabras que dijo para luego caminar lejos, pero lo detuve, le dije que no podía ponerme de pie.
-Ayúdame a ir al hospital.
Jimin suspiró al escucharme pero me ayudó, me ayudó a ponerme de pie. En el camino pude oler su perfume y ver su rostro de cerca, parecía un sueño hecho realidad y quise más, mucho más.
Me encontré desesperado al no tener su atención por culpa de mi primo que no dejaba que me le acerque, tanto y sentí como mi cordura se perdió por completo, más aún cuando escuché de mi padre que esos dos irían a vivir juntos en Seúl, eso no podía suceder, ese Jeon no podía quitarme a Jimin de esa manera, no iba a permitirlo, él era mío y nadie me lo quitaría, entonces lo tomé, como debí haberlo hecho desde un inicio.
Desde ese día mis acciones han ido en esa dirección, mantener a Jimin a mi lado como sea y ahora siento que lo pierdo, lo tengo debajo de mi y siento que se me está escapando de mis manos y no lo puedo sujetar tan fuerte, quisiera hacerlo, quisiera sujetarlo tanto que su respiración se quede conmigo para siempre.
Un capítulo cortito
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Manto Obsesivo (Yoonmin)
FanficTras la lluvia, tras el viento helado que congela mis dedos y la punta de mi nariz se esconde la verdad, mi verdad. Aquella noche de lluvia estrepitosa te perdí, me perdí y ahora que mis recuerdos se han ido voy en busca de lo que un día olvide. Mi...