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—¿No te quedarás a estudiar tampoco hoy? —le pregunto Jungwoo al finalizar la clase, Doyoung estaba bastante apurado organizando sus materiales.

—No, lo siento. Tengo que irme temprano otra vez.

—Espera Doyie, ¿pasa algo? Te haz ido muy temprano estos días.

—No, todo bien.

—¿Seguro?

—Si, es solo que... —rápido piensa en una excusa — Tengo que lavar ropa, mucha ropa... Y tengo tanta tarea.

Jungwoo frunció el ceño confundido —: Doyoung, solo Junmyeon dejo tarea pero es para dentro de dos semanas.

—¿Y-y qué? Siempre es bueno adelantarla, no quiero que me pase lo mismo que a ti cuando perdiste un punto extra en su materia.

—Fue porque se me olvidó, pero si la hice. —Rodó los ojos fastidiado, después de ese incidente la fachada de Jungwoo responsable se había perdido y sus amigos varias veces lo molestaban con eso.

—Bueno, nos vemos.

—¡Espera! Do- —Pero el pelinegro ya se encontraba caminando rápidamente hacia la salida, dejando a su amigo abandonado y confundido.

Jueves por la tarde, Johnny se encontraba mucho mejor, el dolor había disminuido y podía pararse unas cuantas veces al día aún así era cuidadoso con sus movimientos.

Durante esos pocos días se podría decir que ya habían establecido una rutina, Doyoung antes de ir a la escuela desayunaba con él si no tenía clases por la mañana (aunque solo era los martes), si era así, solo pasaba a saludarlo y a llevarle el desayuno, sin que el lo pidiera. Regresaba más temprano de la escuela, una vez terminadas las clases volvía al departamento, ya no se quedaba a estudiar con Jungwoo como era costumbre lo que hacía que este empezará a sospechar acerca de su comportamiento.

Una vez en el departamento cocinaba para ambos o a veces Johnny lo hacia o le ayudaba, ya no comían en su cuarto pues la mayoría del tiempo el castaño ya no se la pasaba acostado, platicaban horas hasta que Doyoung decidía qué era hora de hacer tareas o estudiar un poco.

Después de terminar sus deberes, de nuevo iba con Johnny a platicar hasta que le pedía que leyeran otro capítulo.

Doyoung terminaría desvelándose como los días anteriores, pues a pesar de que cada capítulo abarcaba una extensión considerable no hacía nada por detenerlo. Finalmente se dormía a la una o dos de la mañana, dependiendo de a qué hora empezarán a leer.

Y llegaba desvelado a la universidad, pues Johnny tenía razón era como un anciano, antes cuando apenas y se hablaban cinco minutos en el día, la rutina del pelinegro consistía en terminar sus deberes antes de las diez, tomarse una hora para prepararse y antes de que den las once irse a dormir.

Ni el se imaginaria que en menos de una semana Johnny le pondría toda su rutina de cabeza, pero no le molestaba tanto. Le gusta pasar tiempo con el, era agradable, le gusta su voz, su carisma y era muy atractivo.

Le gusta.

Doyoung aún no lo aceptaba, pues no quería considerarse un enamoradizo precoz, no porque Johnny tenga consideración con el y le leyera su libro, se supone que ya le gustaba. No quería hacerse la idea de que con un poco de atención ya había caído ante él.

Simplemente trataba de no pensar en eso, y disfrutar su tiempo con él.

Ese día no fue la excepción, era cierto que no tenía más que una tarea y no era cierto que tenía mucha ropa por lavar, simplemente quería pasar tiempo con el castaño y de nuevo la idea de estar atraído por el apareció pero la dejo pasar.

Historias de media noche - JohnDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora