COFFEE LOVE ♡ 《EunSan》

5. "Café negro".

Sanha asintió, caminó a la cocina y empezó a preparar el pedido del joven Cha. Sus piernas estaban débiles, sentía demasiada adrenalina en todo su ser. Miró sus manos y estaba temblando.

—¿Estás bien? ¿pasó algo afuera? —Se acercó Lee Know tras verlo entrar pálido a la cocina.

—Creo que... me gusta.

—¿Quién?

—Ch-Cha Eun Woo... —Apretó con fuerza el pequeño cuchillo con el que estaba cortando el flan y se quedó mirando a la nada.

—¿Y? ¿A quién no? Es muy guapo. —Tras lo dicho se recargó en la barra de los meseros y analizó a detalle las expresiones y facciones del menor—. Aunque, tú también lo eres, ¿cuál es tu preocupación?

—Que cada semana trae una chica diferente y... en esta ocasión parece tener más interés en ella y eso me...

—Te provoca celos, te pone histérico porque no quieres verlo con otras chicas, porque bueno, no eres una chica y tu pequeña mente que aún no se abre al mundo del todo sigue creyendo que el chico es heterosexual ¿no?

—¿Qué...?

—Eso, crees que Cha es hetero y que jamás tendrás posibilidades con él, sin embargo, hay una pequeña espinita en tu ser gritándote que, bueno, puede existir oportunidad y cada que lo vez con una señorita se desvanece esa ilusión.

Sanha se quedó escuchando atentamente cada palabra dicha por Lee Know, porque tenía razón, eso que acababa de decirle era completamente cierto, acababa de dar con cada punto en su mente y con aquellos que no lograba rescatar.

Antes de poder decir otra cosa Rocky entró y le pidió que se diera prisa, acababan de llegar más mesas y debían atenderlas.

Lee siguió observando al menor, sonrió y regresó a lo suyo tras tomar un poco de crema batida y llevarla a su boca.

Al salir, caminó directamente a la mesa de Cha, entregó el pedido y nuevamente fue ignorado, aunque bueno, recibió un "gracias" por parte del chico.

¿Qué pasaba con esos cambios de trato? Le molestaba demasiado.

Como si no fuera suficiente, por la puerta acababa de cruzar Taeyong y sus miradas conectaron instantáneamente, pero la del otro sujeto era altiva.

—¡Pero qué sorpresa! ¡Sigues aquí! —Expresó con burla y tomó asiento. Sanha estaba indeciso sobre si atenderlo o dejarle el trabajo a Rocky—. ¿Qué? ¿No piensas atenderme? Dijo con molestia.

— ¿Qué desea? —Se acercó y preguntó desganado.