Crisalidas Brillantes

5. Mirabel (parte 2)

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Habían pasado algunos días donde Alma había intentado averiguar en donde sería útil el don de Mirabel, hasta que un día sus dudas fueron respondidas.

Una vez al caer la noche, en la casa de una familia del pueblo, habían tenido un accidente al prender las velas para alumbrar su hogar, lamentablemente se necesitó una pequeña chispa para crear una inmensa llamarada, la familia se salvó pero su casa era otro caso, las personas ayudaron a apagar el fuego pero todo se perdió.

Al final toda la comunidad se juntó para ayudar a construirles una casa nueva, y darles todo lo que necesitaban para empezar de nuevo, pero Alma pensó que eso no debería a volver a ocurrir, que sería mejor que el fuego solo se utilizara para cocinar o para ayudar a los artesanos con su trabajo, así que se le ocurrió la solución, Mirabel.

Alma había notado cómo funcionaba el don de la pequeña, vió como al empezar a oscurecer, las mariposas que seguían a su nieta de ser coloridas empezaban a tomar un hermoso color dorado y empezaban a brillar con luz propia, y solo se necesitaban unas cuantas para poder iluminar toda una habitación, era perfecto.

—Mirabel, encontré la forma perfecta en que puedes usar tu don,— empezó a decirle a la pequeña mientras le acariciaba la cabeza, —recuerdas que una de las familias del pueblo hace poco perdió su casa a causa de un incendio?— la pequeña solo asintió con la cabeza, —Bueno creo que sería mejor que en lugar de iluminar las casas y las calles con velas que utilizan el fuego, que como vez si no se tiene cuidado puede llegar a ser peligroso y causar estos desastres, tú puedes ayudar al pueblo dándole luz con tus mariposas, así será más seguro, de acuerdo?—, no, no era una sugerencia, era una orden, —De acuerdo Abuela, lo intentaré— dijo Mirabel un poco intimidada.

Mirabel había estado usando su don para su propósito verdadero, guiar a las personas del pueblo, por eso tomaban diferente apariencia dependiendo de la hora del día, así llamaban la atención de la gente, e inconscientemente realizaban actividades y actuaban de cierta manera para mejorar su vida, era complicado describir cómo funcionaba la magia en ellos, no los controlaba pero si trataba de que todo lo que se hiciera fuera bueno.

Pero ahora que su abuela le había dicho que realizara esta nueva tarea, no sabía cómo sentirse al respecto, era obvio que su carga aumentaría, no sabía que tanto le afectaría el usar más magia, estaba un poco preocupada, pero mientras fuera para ayudar a su pueblo debía de valer la pena, no?

Así que ese mismo día su Abuela invitó a todo el pueblo a su casa, y dió el anuncio de que ya no iba a ser necesario el usar más velas ni lámparas de aceite o gas para alumbrar su hogar, que el fuego se utilizaría solo para cosas realmente necesarias como para los trabajos o cocinar, y solo a veces para encender fuegos artificiales, pero de ahora en adelante su nieta más joven se encargaría de iluminar todo el Encanto con su don para que ninguna otra familia volviera a perder su hogar.

Ese día, cuando empezó a anochecer nadie prendió ni lámparas ni velas, todos estaban confiados en que Mirabel se encargaría y todo saldría bien, muchos esperaron afuera de Casita para ver cómo resultaría todo, la abuela acompañó a su nieta a la puerta principal, —Solo tienes que hacer lo mismo que hiciste el día de tu ceremonia, solo que ahora tendrás que hacer suficientes,— se suponía que la estaba animando.

Mirabel se cerró los ojos para concentrarse, junto sus manos hacia el frente, y una luz dorada empezó a iluminarla a ella y a las mariposas que la acompañaban, al abrir sus ojos se vió como estos también brillaban de color dorado y así muchas mariposas empezaron a crearse entre sus manos, cada vez eran más y más, se empezaron a extender por todo el Encanto, y llegaron a posicionarse en la casas de todos, incluso en la propia Casita, todos miraban el hermoso espectáculo que realizaban las mariposas todas juntas.

Cuando sintió que había creado suficientes para abastecer a todos paró e incluso sus ojos dejaron de brillar, todos los que estaban cerca la felicitaron y después se retiraron, la pequeña se había mareado un poco, pero no quería decepcionar a su abuela a si que se tuvo que controlar, —Lo hiciste muy bien mi vida— dijo Alma acariciando la mejilla de Mirabel, la pequeña solo le pudo sonreír, esa noche después de cenar se fue directo a su cama, y cayó rápidamente dormida, el usar demasiado su poder la había agotado, era solo una niña.

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Así fue como desde entonces, cuando empieza a anochecer, el crear mariposas para iluminar al pueblo se convirtió en su tarea principal, ya que al amanecer las mariposas se desvanecen, al principio era difícil controlar una gran cantidad de magia, pero mientras iba creciendo se iba volviendo más soportable, hasta ahora que ya no era difícil crear esa cantidad.

Claro que nunca se olvidó de él verdadero objetivo para el cual se debía usar su don, por eso, dejaba algunas mariposas para ella y así pudieran ayudar durante el día, y cuando cumplían su deber solo desaparecían, así funcionaba, tampoco quería abusar de su magia.

Con el tiempo la gente minimizó su don, "ella solo crea mariposas", "su don solo sirve para iluminar", "su don solo es útil durante la noche", le dolía, pero tampoco podía hablar sobre su verdadero poder, ella siempre a puesto a su familia y al pueblo primero, siempre a intentado ayudarlos todo lo que pudo para que las preocupaciones de las que le había hablado el Encanto no se cumplieran.

Pero ahora en el presente parece que todo había sido en vano, había fallado, les había fallado, grietas en las paredes?, pero que era lo que estaba pasando?, qué más podía hacer?, ya no podía hacer nada?, las imágenes de cómo Casita se fracturaba, seguían pasando una y otra vez ante sus ojos, esto no podía estar pasando, tendría que hacer algo para salvar el milagro, pero que?

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Continuará...