Lookin' For You |KTH + JJK|

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-¡Tae! ¡Tae! -Sentí que alguien me tomaba de los hombros de manera bruta.- ¡Dios mío Taehyung! ¡Despierta!

Agh, odiaba cuando me despertaban, más cuando es una siesta.

-Yo sé qué hacer -Escuché y de inmediato sentí una mano en mi mejilla, me habían dado una bofetada causando que abriera mis ojos y me sentara en mi cama.

-¿Qué les pasa? ¿Por qué me pegan? -Mis ojos se cristalizaron y mis labios formaron un puchero involuntario.

-¡Fue Jimin, a mi no me metas!, ¿estás bien? -Hoseok se acercó a mi y puso una mano en mi roja mejilla a causa del golpe que Jimin me había proporcionado, su mano estaba fría así que eso alivió un poco el ardor.

-Tae necesitas venir con nosotros, es urgente -Jimin jalaba mi brazo, Hoseok en seguida tomó mi otro brazo imitando la acción de Jimin.

-¿Me dirán ya lo que pasa? -Me sentía cansado, como si mi cuerpo no hubiese descansado lo suficiente.

A todo esto, ¿en qué momento anocheció?

-Es Jungkook, Tae, se lo quieren llevar -Aún somnoliento no entendí a lo que Jimin se refería.

-Está bien Jimin, dile que tenga cuidado -Solté mis brazos de sus manos y me volví a acostar, en serio necesitaba dormir un poco más.

-¡Taehyung, a Jungkook lo adoptaron y está a nada de irse! ¡Levantate ya! -Hoseok gritó y abrí mis ojos, me senté en la cama mirándolo directamente a los ojos, serio y pidiéndole con mi mirada que acabe ya con esta broma.

-Taehyung, por favor, ven con nosotros -Esta vez Jimin tomó mi mano y me jalaba suavemente, haciendo que yo bajara de mi cama y siguiera sus pasos, Hoseok venía atrás de nosotros con un rostro preocupado y una de sus manos estaba sobre su pecho. Como si su corazón doliera.

Al llegar al salón principal pude notar que la gran mayoría del orfanato estaba aquí presente, y como no, si Kookie era una persona muy querida por muchos.

Jimin me arrastró hacia el frente de todos para finalmente soltarme a unos centímetros de Kookie.

Él...él estaba con su mirada en el suelo, sus labios en un puchero y su pequeño peluche de Spiderman entre sus manos. 

-K-kookie -Dije en voz baja esperando que pudiese escucharme.

Él levantó su cabecita mirándome con ojos triste, su labio comenzó a temblar como si en cualquier momento se largaría a llorar. 

-Perdón Tete, perdóname, yo no sabía, yo no quería -A estas alturas los ojitos de Kookie comenzaron una carrera para saber quien botaba lágrimas más rápido. Me acerqué a él tomándolo de los hombros y haciendo que me mirara directo a los ojos.

-¿No querías qué, Kookie? -Pregunté con parsimonia, no quería provocar un llanto más fuerte en él, ni en mi corazón.- ¿No querías qué, Kookie?

-No quería dejarte solito, no quería irme de tu lado Tete, eso es lo que no quería. 

Lo abracé.

Lo único que podía hacer ahora era abrazarlo, no llorar, no rogar porque se quedara o porque me llevaran con él. Lo apreté muy fuerte, todo lo que mis delgados y débiles brazos podían, él sollozaba en mi pecho mientras que sus manitos cubrían su cara. No quería llorar, no debía, no aquí, no delante de él, no delante de ellos.

-Tae, es mejor que vayan a hablar afuera, no hay nadie allí. -Hoseok habló cerca mío, levanté mi mirada hacia él. Debía preguntarle a Mahelee si podía hacer eso; al mirarla a ella esta ya estaba mirando hacia mi y asintiendo levemente en señal de que sí podía. ¿Acaso escuchó?

-Vamos un momento afuera ¿si? -Kookie asintió, así que abrazándolo sólo con un brazo nos encaminamos hacia el jardín. Una vez afuera nos sentamos bajo ese árbol que más de una vez nos sacó una risa. 

-Tete, ven conmigo por favor, prometo ser un buen hermano, darte mi cuchara para que no te cueste tomar los palillos, prometo también aprender a cocinar comida sin pica pica -Reí levemente ante aquella palabra, Pica Pica era la comida con picante, Kookie siempre la llamó así. Tierno.- Prometo revelarte mi identidad de Spiderman, pero no me dejes solo. -Basta Kookie, por favor.

Kookie sorbió su nariz, y me miró, yo tomé su cara con mis manos.

-Kookie, ¿no te das cuenta? ¡Fuiste adoptado! Hubo alguien allá afuera que tenía la esperanza de encontrar a un niño a quien llamar hijo, alguien a quien darle amor, a quien darle un hogar. Estoy seguro que fuiste tú quien tocó sus corazones ¡y como no! si eres el mismísimo Spiderman -Él soltó un risa al fin.- Si es aquí donde nos veremos por última vez, déjame decirte que eres mi mejor amigo, eres mi hermano, dudo que esa sonrisa de conejo que tienes se me olvide algún día.

-¡Pero tú eres mi hogar, Tete! Eras tú el que lograba que los monstruos se esfumaran de mis pesadillas.- Mis ojos estaban demasiado cristalizados mas no quería soltar una lágrima frente a él. -Eres el mejor amigo y el mejor hermano que he tenido Tete, gracias por cuidar de mi.- Volvió a abrazarme, yo le correspondí prometiéndole telepáticamente que cuando sea mi turno de salir de aquí lo buscaré por cielo, mar y tierra. 

-Además -Volví a hablar- Mira esa estrella -Apunté hacia el cielo donde yacía una estrella tan brillante como sus ojos.- ¿La ves? -Asintió- Recuerda lo que me dijiste, es la estrella más brillante las que nos guiará a nuestro hogar, tu hogar soy yo, el mío eres tú.

Kookie seguía mirando la estrellas al mismo tiempo que sonreía, nunca pensé encontrar la lealtad, el amor de hermanos, el apoyo y todo adjetivo positivo en la misma persona, y menos que esa persona tendría 8 añitos.

-Ten -Me extendió su peluche -Dejaré a arañita contigo, debes prometer que lo cuidarás como me cuidaste a mi Tete.

-Créeme Kookie, te buscaré para decirte lo mucho que arañita a crecido y lo mucho que le he enseñado, dejo mi papel de hermano mayor para convertirme en papá de arañita.

Ambos reímos, decidimos volver adentro, la nueva familia de Kookie le regalaron una sonrisa; era hora. 

Kookie se despidió de la gran mayoría de niños, incluidos Hoseok, Jimin y Mahelee, todos botaban una que otra lágrima, yo por mi parte estaba tranquilo, tranquilo porque Kookie al fin tendrá una vida normal, tendrá una familia, un perro y muchos amigos. Estoy muy feliz por él.

Al último venía yo, Kookie me sonrió para finalmente tirarse sobre mi para envolver sus brazos en mi cuello, ambos reímos. Nos separamos y el me miraba en silencio, le regalé una gran sonrisa "como un rectángulo" tal como él le decía a mi sonrisa. 

-Siempre serás mi hermano, Tete.

-Siempre serás mi hermano, Kookie, por favor, sé feliz.

-Lo seré porque tú me lo pides.

Al finalizar nuestra pequeña conversación, él caminó a su maleta, la arrastró y tomó la mano de su ahora mamá, le asintió a modo de que estaba listo para dejar el orfanato, para dejar sus ocho primeros años de vida, para dejar a sus amigos, para dejarme a mi.

Los vi salir, caminaban con parsimonia hacia el jardín para posteriormente llegar a la gran reja de la entrada, yo estaba en la puerta viendo de lejos con el peluche en mis manos, Kookie se despidió de Mahelee para al fin emprender a su nueva y feliz vida.

Sonreí, le debo tanto a ese niño de grandes dientes y auténtica sonrisa.

-Adiós, pequeño Spiderman.