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Dejé la taza de té en la mesa, mi espalda apoyada en el respaldo de la cómoda silla y mi vista se fue al gran ventanal que tenía a mi lado izquierdo. Me parecía algo increíble ver a las personas comenzando sus rutinas, ver como unos iban caminando -casi corriendo- porque llegarían tarde a sus trabajos, otros con sus rostros llenos de temor y fastidio porque el chofer del bus no se detuvo, y luego estás tú, mirando todo aquello sentado con una taza de té hirviendo y con mil cosas en la mente.

La cafetería de Namjoon contaba con unos cuantos clientes, unos disfrutando de un rico desayuno en una heladísima mañana de febrero, y otros pidiendo sus café para llevar, el ambiente aquí dentro era como Namjoon; cálido, y con un aroma muy rico. 

La campanilla de la puerta sonó anunciando la entrada de alguien a la cafetería, no le tomé importancia, pero cuando sentí la mirada de Namjoon en mí supe que algo no anda bien...o quizás no del todo.

Frente a mi mesa un chico  se sentó, se sentó a modo que quedó frente a mi, se sacó su bufanda y la acomodó detrás de él en el respaldo de la silla, quedó con su abrigo negro puesto, se miraba pacífico. Una chica se acercó a tomar su pedido, ella anotó en su pequeño cuaderno y se marchó, él por su parte sacó su teléfono y se quedó en ello. Que bueno que no me se ha fijado en mi porque no estoy preparado mentalmente para lidiar con el, perdón Mahelee, no soy tan valiente como crees.

Me distraje volviendo mi vista hacia la calle, el cielo estaba nublado y pareciera que en cualquier momento llovería. 

-Hola, ¿te molestaría si me siento aquí? -Giré mi vista hacia donde provenía aquella voz, y mi corazón revoloteó como nunca.

-¿Q-qué? D-digo si, p-puedes sentarte, de todas formas yo ya me iba. -Hice el ademán de levantarme con el propósito de irme a la florería, pero él puso una mano en mi hombro y no me dejó completar mi acción.

-No pregunté si podía sentarme aquí para que te fueras, lo hice porque quiero sentarme contigo.

Tragué; ¿Qué mierda fue eso?

-Me mudé hace poco al gran Seúl, no conozco a nadie, y ahora que quiero conocer a alguien resulta que me dejará sentado solo en la mesa, ¿será que podemos compartir el desayuno? -Lo miré fijamente para asentir despacio con mi cabeza, volví a mi puesto y el chico se sentó en la silla de enfrente, la chica que tomó su pedido minutos atrás vino a dejar el mismo a su puesto, él agradeció y comenzó a poner azúcar en su café.

¡Lleva 3 cucharadas¡ ¿Cómo es que lo sigue sintiendo amargo? 

-Deja de ponerle azúcar a tu café, llevas 3 cucharadas. -Tomé su manó indicando que se detuviera, él me miró en silencio.

-¡Es que está amargo! ¿Cómo se supone que beberé esto si está malísimo?

-¡Pediste un café robusta, por dios, claro que estará amargo si es el café más fuerte que hay! -Ambos estábamos hablando en susurros, así la gente no nos miraba como dos bichos raros.

-¿Acaso me estás diciendo que por curioso me pedí el maldito café más amargo? -Él lloriqueó. Reí por su acción.- Da igual, necesito algo fuerte en mi sistema o me dormiré en cualquier momento,-Dio un sorbo y continuó hablando.- A todo esto ¿Cuál es tu nombre?

-Taehyung, Kim Taehyung, ¿Y el tuyo?

-Jeon Jungkook, un gusto. -Estiró su mano y yo la mía, un apretón de mano que ante los ojos de las personas y los de él se vio como algo normal, pero ante los míos se sintió como si fuegos artificiales explotaran en mi interior, ¿Por qué?

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El día transcurrió en calma, luego de aquel extraño desayuno con ese extraño chico yo me vine  a mi florería, no ha venido mucha gente, solo quienes tenían un pedido pendiente por retirar, sin embargo el chico no ha salido de mi cabeza, no, el chico no, el nombre de él, sé y siento que he escuchado su nombre en alguna parte mas no recuerdo donde y cuando.

Me encontraba ordenando las últimas cosas en la tienda antes de irme a casa, la cafetería estaba en las mismas, solo que Namjoon tuvo que irse antes por una cita que tenía, es todo un rompecorazones. 

Los floristas ya se habían ido y Nancy estaba en los camerinos ordenando sus cosas, yo ponía los maceteros en sus respectivos lugares cuando Nancy se aproxima a mi. 

-Hey Tae, -La miré.- Me voy a mi casa, encima del mesón dejé un ficha con las flores que no están en stock, deberías de hacer el pedido puesto que se viene el día de San Valentín y tú bien sabes que los pedidos se disparan. 

-Claro Nancy, no te preocupes, mañana a primera hora haré el pedido, gracias por realizar el  inventario, me ahorraste tiempo valioso, cuídate camino a casa.-Le regalé una sonrisa y ella camino a la puerta.

-Adiós Tae, nos vemos mañana.-Hizo una reverencia y finalmente se marchó.

Caminé al mesón a tomar dicha ficha que Nancy dejó, estaba leyendo y vaya que las flores se acaban rápido, en especial las rosas rojas y blancas. Los girasoles y tulipanes no se quedan atrás.

Escuché la puerta principal siendo abierta, pensé que a Nancy se le había olvidado algo, pero como no oí otro movimiento pensé que un cliente estaba mirando qué comprar.

-Disculpe, estamos cerrand..-Mi voz se acalló cuando vi a quién estaba frente a mi.- ¿Jungkook? ¿Q-qué haces aquí? Ya estoy por cerrar. 

-Lo sé y perdón por venir a esta hora, pero no quería llegar a casa aún, estoy viviendo solo y es bastante abrumante para mi estar solo, y no sé, pensé en invitarte a cenar, no conozco aquí y ¿Qué mejor que un amigo me recomiende algún lugar para comer?

-O-oh, yo...me falta un poco para poder irme, debo acomodar estos adornos y barrer el piso.

-No hay problema en ello, yo puedo ayudarte.-Se dirigió a donde se encontraba la escoba, no sin antes sacarse su abrigo y dejarle encima del mesón, arremangó sus mangas y comenzó a barrer. -¿Qué esperas? Ya tengo hambre y si te quedas de pie allí no saldremos nunca.

Yo salí de mi trance y caminé al mueble acomodado a un costado de la tienda para poner los adornos en sus respectivos lugares. No pasó más de media hora cuando yo estaba bajando la cortina metálica para dejar todo cerrado. Presioné un botón del control que tenía con mis llaves y la alarma sonó dentro dándome a entender que todo esta bien cerrado y asegurado. 

Con Jungkook comenzamos a caminar llegando a la avenida, buscábamos un lugar donde comer y todo esta muy lleno, los únicos lugares que estaban prácticamente vacíos se debía hacer una previa reserva y una plato costaba una fortuna. De tanto caminar llegamos a un carrito que se encontraba en una esquina, aquí vendían los famosos Corn Dog así que sin pensarlo tanto pedimos uno para cada uno, como el carrito quedaba a una cuadra de distancia del Río Han decidimos caminar y llegar allí para tomar asiento en una banca desocupada.

Ambos comíamos en silencio, no sé si porque realmente teníamos hambre o porque ninguno sabía sacar un tema de conversación. 

La noche estaba fría, el cielo nublado y gris, de nuestras bocas salía vapor cada vez que dábamos un mordisco a nuestra saludable cena, el río seguía su curso sin detenerse, las luces de los edificios se reflejaban en el agua dando un espectáculo precioso. El silencio que había entre nosotros no era incómodo, sino que todo lo contrario.

Jungkook elevó su mirada al cielo, frunciendo el ceño iba a darle otra mordida a su comida pero una traviesa gota de salsa cayó en su pantalón. Reí y él hizo lo mismo.

Se limpió y me miró para luego hablar. 

-Que curioso ¿No?

-¿Qué cosa? -Fruncí mi ceño no entiendo a qué se refería.

-En el cielo no se logra apreciar ninguna estrella, y no es por las nubes, pero ahora ya sé porqué no se ven. 

-Miraba el cielo buscando la respuesta a lo que acaba de decir, sin éxito bajé mi mirada y para ahora ponerla en él.-¿Por qué no se aprecian las estrellas según tú?

-Porque ahora que te miro me doy cuenta que todas ellas están en tus ojos, Taehyung.

¡Joder! Dios, ¿Acaso hice algo malo en mi vida pasada que lo estoy pagando ahora mismo?

Lookin' For You |KTH + JJK|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora