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Chrischel parte 2

Abro los ojos lentamente con el suave repiqueteo de las gotas de lluvias que azotan la ventana, la escasa luz del sol se cuela entre las rendijas de las cortinas y el reloj de pared de mi habitación marca las 7 de la mañana.

<Maldición>

Maldigo tres mil veces por segundo mientrase me arrojo de la cama, la alarma no sonó, me quedé dormida y ya se me ha hecho tarde para estar en la central.

Me dirijo al baño, tomo una ducha rápida, aplico una rápida capa de maquillaje improvisado  y me visto con el uniforme oficial de la FEMF, acomodo la insignia que me reconoce como Vice Ministra frente al espejo.

—¿Señorita Rachel ya está despierta?—pregunta la empleada desde el pasillo.

—Salgo en un segundo—respondo.

Anoche se me hizo tarde mientras estudiaba los fundamentos y materias necesaria para la persona que ocupa mi cargo y caundo por fin me decidí a dormir, Milenka se despertó y no paro de llorar hasta que no se prendió del pezón y quedó redonda de tanto chupar leche.

Hasta en eso se parece al padre, hace lo que quiere cuando quiere y se cree que mis tetas también son de su propiedad, aunque haría cualquier cosa por ellos.

Intento apartar el recuerdo de Christopher que me viene a la mente pero me es imposible, por mucho que trate e intente es inútil, y se que nunca lo podré olvidar, pero al menos he aprendido a vivir con ello.

Aunque me acuerde de él cada vez que veo los finos rasgos de la cara de Owen o los ojos grises de Milenka.

                              *********
—¿Si algún día tuvieras hijos que nombre les pondrias?—pregunto.

Christopher mira al techo, pensativo.

—Si te sientes incómodo por la pregunta igual no me tienes que contestar, yo solo............

—Milenka—me dice—Si algún día tuviera una hija me gusatria que se llame Milenka.

Analizo en silencio su respuesta, se que es un tema delicado para él, no es que tenga la mejor relación con sus padres.

—¿y tu?—me pregunta.

—¿Cómo te gustaría que se llamaran nuestros hijos?—dice con una sonrisa pícara en los labios.

—Bueno ya que tenemos nombre para la niña, entonces me gustaría que el varón se llamara Owen, que sea el pequeño guerrero que siempre cuide de su mamá.

Finge sorpresa y frunce el seño en señal de duda.

—¿Y quién dijo que solo vamos a tener un par de hijos?

No controlo la carcajada que sale de mis labios y se me viene encima envolviendome con su cuerpo.
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Aparto el amargo recuerdo que me toma por sorpresa y hace que se me nuble la vista con la tristeza que me abarca, se que tome una decisión egoísta al apartarlo de sus hijos yéndome sin siquiera decirle de su existencia, pero fue lo mejor que se me ocurrió en ese momento.

Huir

Huir de esa situación de mierda en la que me encontraba, tenía un embarazo de alto riesgo y de por si ya vivía con bastante estrés que estaba repercutiendo en mi cuerpo ya dañado por el Hacoc y en las criaturas que crecían en mi vientre.

Actúe mal, lo confieso, pero no me arrepiento de nada, no si gracias a eso pude tener sanos y salvos a las dos personitas que hacen que mi vida brille todos los días con más colores que los que tiene cualquier arcoiris.