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Chirschel: ¿Morgan o Lewis? Parte 3

*Rachel*

Han pasado dos días desde la llegada de Christopher, dos días en los que he puesto en práctica cada uno de los métodos habidos y por haber para mantener mi cuerpo bajo control<me es imposible mantener la cordura cerca de él>

Tuve que inventar una vil excusa para ausentarme a la central el día de ayer cuando simulé que tenía fiebre y me sentía decaída, al igual que hoy que fingí los dolores de cólico menstrual.

Me pesa engañar a Bratt porque el se preocupa mucho por mi estado de salud y se qué no podré correr por siempre<el maldito volvió para quedarse> pero al menos he tenido tiempo para asimilar mi nueva situación, enfocarme y calcular cuáles serán mis pasos a seguir.

Me arropo bien en el cálido albornoz y me cubro con la manta en lo que trato de conciliar el sueño de media tarde, no he hecho nada útil durante la mañana y aunque me pese un poco en la conciencia tampoco haré nada en lo que resta de día, el destino se empeña en restregarme en el lodo y lo mínimo que me merezco es un momento de paz.

Capto el chirrido de las bisagras cuando la puerta de la alcoba se abre y Bratt se adentra en el sitio.

—¿Como te sientes cariño, ya mejoraron los cólicos?—se acerca y posa la mano en mi vientre pero finjo incomodidad y la aparto disimuladamente.

—No aún me duele un poco, no quiero ser grosera pero me gustaría dormir un poco.

—No hay ningún problema amor—me besa la frente—si eso es lo que necesitas adelante, yo tengo que encargarme de algunos pendientes de la central y en la noche nos invitaron al evento de apertura de la Convención pero si estás así tendré que asistir solo.

—¿Evento de apertura?—pregunto sobre lo único que capté de todo lo que dijo.

—Si, es un baile de Gala para los invitados y sus familiares, también hay altos mandatarios y miembros de otras ramas invitados—explica—le prometí a Gauna que asistiría pero si te sientes muy mal puedo cancelar.

—No te preocupes por mí, no quiero que te metas en lios, esto de seguro en un rato se me pasa—miento para no alargar el tema.

Se dirige al closet y elige un traje de dos piezas junto a una camisa blanca de alta costura dignas de cualquier celebración, toma una ducha rápida y se marcha prometiendo que volverá apenas tenga oportunidad cuando se clausure el evento.

<La verdad es que me da igual>

Me da pena por Bratt porque el solo se merece que yo sea una esposa buena y ejemplar como el lo es conmigo, pero hay veces que simplemente las cosas no salen como uno quisiera y forzarlas solo hace que sea peor.

Cierro los ojos y trato de conciliar el sueño pero esta vez me interrumpe el sonido de la notificación de mensajes de mi iPhone desde la mesita de noche, lo alcanzo y lo primero que diviso es el nombre de Laila en la pantalla, desbloqueo el aparato y leo el mensaje el cual trae dos fotos adjuntas dónde se prueba varios vestidos y me pregunta cuál de los dos se le ve mejor.

—El negro, definitivamente te hace ver cómo una delicia Colombiana—respondo.

—¿Cuál vas a llevar tu?—pregunta de vuelta.

—Ninguno, no me apetece ir y estoy muy cómoda en la cama.

—¿Como que no vas a ir?, te preparas ya mismo o voy yo y te traigo por los pelos, hace tiempo que no salimos todas juntas y no podemos perder está oportunidad de tomarnos una copa por muy formal que sea.

—Laila en serio, no me apetece, diviértanse ustedes—intento convencerla.

—Después no digas que no te avisé, aquí tengo a Brenda al lado mío y Luisa dice que como no vengas va a llamar a Lulú y juntas te van a destrozar el closet.