Kim Taehyung ha tenido una vida difícil, su infancia ha sido un completo asco y quizá eso es lo que lo llevó a tener la amargura que tiene hoy.
Dotado de gracia y de belleza el muchacho es la joya más preciada para un jefe de la mafia que ha hecho...
La mirada de horror en aquellos bellos ojos era realmente dolorosa de ver.
Aunque al parecer no convenció al tal Bogum, porque solo afianzó su agarre contra su sien y habló con furia.
—¿Así que sobreviviste bastardo? —Una sonrisa burlona se instaló en los labios del más alto— siempre supe que serías una mierdilla difícil de matar.
La presión que SeokJin estaba sintiendo lo hizo desmayarse, la condición de aquel rubio era delicada y esta situación la estaba empeorando.
—Debo de informarle al jefe de esto —Con agilidad el fornido saco un teléfono de su bolsillo y comenzó a llamar— Si jefe, le tengo noticias interesantes... la primera es que Park viene en camino con el USB y la segunda es que... —La voz de Bogum tembló por un momento al igual que su agarre, así que pensó que tendría que aprovechar— la segunda noticia es que acabo de encontrar al bastardo de SeokJin vivo.
Un silencio cruzó por toda la sala, entonces vio su oportunidad, hizo uso de su entrenamiento de artes marciales y logró zafarse de aquel agarre.
Analizo sus opciones y podría correr de ahí, pero dejaría al rubio solo y no había cumplido su tarea, así que esa no era una opción válida.
Menos al ver el interés que tenían aquellas personas por SeokJin, sabía que fue considerado como traidor, pero generalmente los jefes se sienten saldados cuando destruyen la vida de la persona y la de Kim ya estaba más que perdida. No entendía porque le daban tanta importancia.
Por eso solo corrió y se posicionó a lado de él.
Si tenía suerte podría tomar aquella fotografía.
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Tanto tiempo espero recibir una noticia cómo esta, sin embargo, ahora que la tenía ya no era importante.
No era SeokJin a quien su corazón anhelaba.
Era cierto que amó con locura a aquel muchacho, pero ahora ya no era así, su corazón pertenecía a otro rubio de actitud salvaje y fría que lo hacía tener dolores de cabeza.
Y eso lo hizo sentir complacido, pero también temer.
—No me interesa SeokJin, haz lo que quieras con él —Se sintió tan satisfecho de poder decir aquellas palabras y de que sus manos no picaban por ir y poder tocarlo— solo necesito que Park te entregue ese USB y que lo hagas hablar de que tanto saben.
Exactamente, porque solo eso deseaba, si se apoderaba de nuevo de aquella USB la desaparecería para siempre y todo volvería a la normalidad.
Solo que ahora no permitiría que Taehyung estuviera lejos de él por ningún motivo. Quería encerrarlo en un frasquito y tenerlo cautivo del mundo porque Kim Taehyung era su joya más valiosa, quel chico tenía lo que nadie tenía, belleza, valentía, inteligencia y carácter, era la personificación de la gracia y la belleza, jamás en el mundo encontraría a alguien tan perfecto como él.
