Kim Taehyung ha tenido una vida difícil, su infancia ha sido un completo asco y quizá eso es lo que lo llevó a tener la amargura que tiene hoy.
Dotado de gracia y de belleza el muchacho es la joya más preciada para un jefe de la mafia que ha hecho...
Miró el papel en su mano para asegurarse que la dirección era correcta y solo pudo sonreír cuando se dio cuenta de que si lo era.
Caminó y buscó a alguien con la mirada hasta que al fin lo hayo.
—Smith, tenemos que irnos ahora —Dijo con prisa.
El detective estaba tomando su café con calma, pero él no tenía tiempo para eso, él espectáculo comenzaría pronto y si quería llegar a tiempo debía de apresurarse.
—¿De qué hablas Jackson? —Smith dejó a un lado su taza y lo miró con atención.
—Sé donde está Taehyung y si no quieres que cometa una locura debemos de ir a detenerlo —El detective lo miró con horror antes de levantarse.
—Llévame ahora mismo.
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Habían pasado aproximadamente tres horas desde que estaban ahí y RM todavía no llegaba.
—¿Estás seguro de que la forma en la que nos acomodaste va a dar resultados? —Preguntó Jimin, quien jugaba con las llaves del camión— Quiero decir, ¿No le diste una posición muy importante a Jk? Aún no hemos trabajado con él y puede traicionarnos, aparte de que no sabemos si es tan bueno con las armas.
—Confío en él —Fue todo lo que tuvo que decir para dar a entender que no aceptaba reclamos.
Enseguida Jimin se calló y siguió jugando con las llaves en sus manos.
El castaño y Hoseok serían quienes manejen el camión, mientras que Jk estaría oculto en las sombras para avisarles de la llegada de RM y ser un francotirador secreto.
La idea lo hizo sentirse más cómodo, porque como dice Jimin, no lo habían visto en acción y no quería que algo malo le pasara, así que lo mejor que pudo hacer fue dejarlo oculto.
Iba a decir algo, pero un mensaje de Jk llegó a su teléfono avisando que RM había llegado, comprobó la hora y tal como había dicho Jk, eran las dos.
—Bien, a sus posiciones, está aquí —Con agilidad se subió al techo del camión y trato de ocultarse para no ser visto.
—¿Estás listo Tae? —Preguntó Hoseok.
—Si, arranquen —En cuanto dijo eso Jimin arrancó y comenzó a hacer disturbios en la vía pública.
Arrolló mesas, autos, e incluso estaba dispuesto a arrollar personas si no se quitaban, con confianza se preparó cuando vio que los hombres de RM miraban con angustia a su alrededor sin saber que pasaba.
Y logró dispararles a los dos que estaban cuidando a esa escoria.
RM levantó la vista buscando quien fue el que se atrevió a disparar, así que con orgullo se puso de pie sobre el camión y lo miró con enojo.
—¡¿Qué haces ingrato?! —Gritó RM en su dirección.
Estaba dispuesto a dispararle, sin embargo, una bala rozó contra su brazo y lo hizo irse para atrás.
