De Narcisos y Camelias

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Capítulo único

Sakura había encontrado nuevamente en su corazón los fragmentos de su amor, intactos y resplandecientes, justo como habían sido siempre desde que tenía siquiera uso de memoria. Había comenzado como una atracción infantil meramente visual hacía el chico más lindo y genial de la academia, lo que poco a poco se convirtió en un sentimiento maduro de pureza, incluso reconocido por ella misma como el más grande de sus sentimientos. Pero ¿Cómo es que la grandeza de un sentimiento tan puro arrastra consigo al dolor? No mentiría si decía que había gastado mil y una noches en vela ante la brillante luna del cielo nocturno, antes de encontrar aquellas respuestas que buscaba. Y la única verdad que pudo concluir es que: Entre más profundo se ama, más profunda es la desolación y el vacío causado por la partida de un amor nacido a partir de un sentimiento especial. Y él, mejor que nadie, conocía esa perdida. Fue la primera lección aprendida.

Conocer al amor de tu vida durante la infancia y estar prendada de él suena como una historia de amor envidiable ¿Cierto? Pero, el destino suele ser algo caprichoso cuando se trata de unir a dos almas gemelas, pone obstáculos y trabas, mismas que deben ser superadas si se quiere encontrar a esa persona que complementa a cada uno.

¿De qué obstáculos se hace el destino para probar a sus almas gemelas?

Acababa de colocar uno de sus mechones rosados por detrás del canal de su oreja cuando una palabra le llegó a la mente. Tan pronto como se había cuestionado la susodicha pregunta, esta apareció rondando en su cabeza e implorando ser contemplada como respuesta.

Era la palabra "pasado".

Si bien Sakura no consideraba su pasado como un obstáculo, aquella persona especial que guardaba en su corazón cargaba con uno. Y uno muy cruel y despiadado. Aquel mismo que le había consumido la vida desde que era solo un niño. Cuando Sakura se enteró, cuando escuchó de su boca la tragedia que lo marcó, su ingenuidad propia de los doce años le había gritado internamente: "¡Estará bien si yo estoy con él! Puedo darle felicidad, hacerlo olvidar" Pero no fue así. Quizás esa fue la segunda lección de su vida: Cuando alguien está tan roto por perder lo que ama, olvida que puede ser amado también.

Sasuke necesitaba ser salvado y ella fue la primera en comprenderlo. Necesitaba salvarlo y demostrarle que podía volver a recibir amor, y que ese amor con el tiempo lo ayudaría a superar la pérdida y el vacío que se albergaban dentro de su corazón. Sin embargo, fue demasiado tarde cuando lo comprendió, incluso a pesar de haber sido la primera en hacerlo.
Allí vivió la primera noche negra de su vida. Abrió su corazón a él, trató de hacerle entrar en razón. Pero Sasuke ya había elegido el camino de la venganza, y a la mañana siguiente, cuando despertó sintiendo la fría roca de aquella banca bajo su piel, supo que, aunque él eligiera otro camino ella siempre intentaría salvarlo. Porque así era cuando se amaba a alguien. Cuando amas de verdad no desistes ni abandonas a esa persona, tratas de encontrar su felicidad, incluso si eso significaba ir en contra de él. Había muchas cosas de las Sakura se arrepentía, incluyendo el haber involucrado a su mejor amigo en una promesa que lo llegó a herir, pero jamás se arrepentiría de haber luchado hasta el final para regresar y salvar a Sasuke. Siempre que la amargura de la soledad le recordaba que él ya no estaba, volvían a sus oídos aquellas últimas palabras que escuchó de sus labios en aquella noche negra: "Gracias". Fue esa frase la que la incentivó a no perder la esperanza. La esperanza era lo único que le quedaba, si la perdía entonces ya no tenía nada.

El pasado y el dolor son cosas con las que se tiene que aprender a vivir, cosas que se deben de superar, aunque puedan llegar a derrumbar el corazón. Se debe recuperar la cordura, existir al mismo tiempo que el olvido y dejar todo atrás como un recuerdo. Sakura tuvo su tercera lección luego de reencontrarse con él durante su adolescencia: No puedes encontrar la felicidad si no dejas ir el dolor. Sasuke estaba tan aferrado al dolor que eso le producía odio. Ya no encontraba en él los pedazos de aquel niño que, aunque serio y frío, era amable y protector. Confirmó sus pensamientos al verlo perder la estabilidad, quería destruir todo lo que le arrebató la felicidad. Eso significaba la aldea, y a ella misma si se interponía.

• 𝗢𝗻𝗲 𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀 | 𝑺𝒂𝒔𝒖𝑺𝒂𝒌𝒖 •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora