CAPITULO TRECE

1.6K 111 80
                                    

Los dos chicos finalmente entraron a la cocina, era muy temprano por lo tanto el menor iba hacer el desayuno, no sin antes ayudar a su hermano a sentarse en una silla.

Desde que Evan parecía mejorar en salud, William ya no se presentaba mucho en la casa por lo tanto el de ojos esmeraldas tenía libre albedrío de hacer lo que quisiese.

Y hoy era uno de esos días en dónde no estaba su padre, por eso Michael llevaba vistiendo esas ropas que dejaban descubierto casi todo su torso, si su padre lo viese el castaño no sabría cómo reaccionaria el azabache, las veces que actúa de manera impredecible son muy aterradoras.

Se apoyó sobre la mesa descansando su cabeza en sus brazos mientras veía como su hermano comenzaba a sacar las cosas para hacer el desayuno, sintiéndose incómodo en el asiento, todo su cuerpo le dolía y todavía no a tomado una pastilla para aliviar el dolor que sentía.

Tratando de no concentrarse más en eso y en la persona que le da un miedo absoluto, comenzó a pensar en lo que haría en el colegio.

El único lugar en donde al menos su mente estaría ocupada en vez de hundirse en los pensamientos y sentimientos que lo hacían sentir una verdadera miseria, olvidándose de los problemas y la culpa que lo corroe poco a poco.

Tan sumergido estaba en sus pensamientos que no notó el par de ojos que lo miraban fijamente, analizándolo en todo lo que hacía.

Se sobresaltó cuando un plato apareció en su campo de visión, viendo que el platillo se veía muy delicioso a simple vista, su estómago rugió por eso, junto al plato lo acompañaba un vaso lleno de leche fresca, entonces un poco dudoso probó un pequeño bocado de su comida.

Hizo un pequeño sonido de satisfacción, siguiendo con un segundo bocado hasta que finalmente comenzó a comer con suma confianza, en verdad tenía mucha hambre y más con todo la actividad física que estuvo haciendo últimamente lo dejaba muy hambriento.

Siguió comiendo hasta que terminó todo y que ya no había líquido en aquel vaso. Calmando el vacío que sentía su estómago, sintiéndose satisfecho con el buen desayuno pero había algo que el castaño no notó, no notó como su hermano lo miraba fijamente con una sonrisa astuta en su rostro ni los ojos que brillaban con intensidad al mirarlo.

Tampoco notó el hecho de que le habían puesto un extraño polvo en su comida.

No notó nada de eso cuando estuvo cerca del castaño oscuro, y ese fue su grave error.

Michael dejo escapar un sonido angustiado cuando sintió como todo su cuerpo comenzaba a ponerse flácido y el hecho de que esté mismo no respondieron a los comandos que daba, viendo como su hermano comenzaba a acercarse cada vez más hacia el, no podía huir, ni siquiera podía temblar.

No podía hacer nada absolutamente nada.

Sintió como su cuerpo estaba siendo alzado por su hermano, nada más ni nada menos que al estilo nupcial, a pesar de que su hermano había estado en coma se ha vuelto fuerte con el pasar del tiempo

Oh,tal vez solo era él que se había vuelto muy débil.

Su hermano los llevaba por todo el camino del pasillo en aquella casa, a pesar de que era de día todo el lugar se veía oscuro y muy fúnebre y eso solo lo llenaba de pavor.

Su hermano lo siguió cargando hasta que paro en una puerta de color marrón oscuro, era el cuarto del chico, Michael sintió pánico al ver que entraban en aquella habitación.

Después de lo que le hizo a su hermano menor, nunca quiso entrar en ese lugar pero aún así lo hacía para mantenerlo limpio, no quería ver nada que lo recordará a su hermano y aquel accidente.

Siempre recordando la sangre en su rostro, el cuerpo lleno de sangre en sus brazos, los ojos vacíos de su hermano, la mirada de ese monstruo como si lo juzgará por todo sus pecados-.

Sintió la fría cama acariciando su espalda y un par de brazos arrinconándolo por los lados de su cabeza, intentó moverse pero lo único que hizo fue ponerse de lado así dando acceso a un punto sensible que el castaño oscuro enseguida atacó.

Dando un pequeño suspiro en su sensible oído estremeciéndose visiblemente, su cuerpo estaba muy sensible debido a la droga que acababa de ingerir sin siquiera saberlo, no estaba muy seguro.

Pero había algo de que sí estaba muy seguro, y era el hecho de qué iba a salir de aquí con más dolor en sus caderas y en su parte inferior.

Las "caricias" bruscas lastimaban de gran manera su piel, dejándole con aruñadas, las manos que jugueteaban con sus muslos lo hacían sobresaltarse haciéndolo sentirse incómodo lo único que hizo fue encogerse y girar su rostro para no ver a su hermano a los ojos.

                                 ⋆✩⋆

El menor estaba apoyando su cuerpo con el del castaño moviendo sus caderas en el trasero del chico drogado, la presión de su erección en sus pantalones más el movimiento que ejercía lo hacían sentir muy bien, era tan placentero que siguió moviéndose rápidamente sacando leves jadeos.

La persona en sus brazos temblaba levemente incluso de vez en cuando podía escucharlo gemir, gemidos que intentaba reprimir cosa que no podía.

Estaba tan ensimismado en el placer que sentía que por casi no se daba cuenta del sonidos de la puerta principal abriéndose, así que molesto se apartó del castaño mirándolo con un deseo apenas reprimido.

_Te salvaste está vez Mikey, pero para la próxima no será lo mismo_Habló el castaño oscuro, acomodándose su ropa que estaba un poco arrugada.

Saliendo de aquella habitación logrando escuchar los sollozos que soltaba su hermano, viéndolo de esa manera lo hacía parecer tan tierno.

Sin duda le quedaba el papel de bebé llorón que a el.

Ahora dirigiéndose a la puerta principal para recibir a su padre, normalmente era Michael quien se encargaba de eso pero debido a que lo había drogado no podía, vió a su padre sacarse la corbata de su traje ambos se miraron fijamente.

Ambos con miradas frías y apáticas, se quedaron en silencio hasta que finalmente William fue el primero en hablar.

_Michael ¿Donde está?_

Nota:
Aquí está el cap, espero que les haya gustado.

Con esto dicho me despido
Bye bye

Revenge Donde viven las historias. Descúbrelo ahora