CHAINSAW [ PREGAME! DANGANRONPA V3 ]

[ ROUND 3 - 1/2 ]

Algunas de las personas se encontraban con sus miradas enlazadas y otras con tinte escurridizo, todo en un escenario que poco a poco hacía que el lugar en el que estaban tiñera la atmósfera con un leve hedor metálico.

¿Minutos? ¿Tal vez una hora?

Ni si quiera estaban seguros de cuánto llevaban aún, mas lo que sí era cierto era que se había declarado la alerta roja en otra de las personas que había pasado a tener el cartel de "Asesina" tallado en la frente. Cerrados a cal y canto se encontraban los que parecían ser los conejillos de indias de un bizarro experimento con fines de mero entretenimiento, tratando de encontrar la forma en la que salir lo menos heridos posibles y, sobre todas las cosas, ver qué era lo que les tenía preparado el oso bicolor que se hacía llamar a sí mismo como Monokuma.

— Vaya, vaya, vaya... —un monitor se encendería sin previo aviso, causando un pequeño sobresalto en algunos de los presentes— Toda una aventura en la que el plot-twist le dio la sazón necesaria al asunto. A eso le llamo yo saber jugar con las reglas que yo mismo me invento sobre la marcha, sí señor.

— ¡¿Ya estás satisfecho con lo que ha pasado?! —gritó Angie alterada, pues la simple presencia del oso no le inspiraba nada bueno— ¡¿Hasta cuándo nos vas a tener aquí encerrados?! ¡¿Por qué nos estás haciendo esto?!

— Dale tiempo al tiempo y todo será revelado a aquellos que sepan aferrarse a la vida sin sucumbir a la más agridulce desesperación infinita...

Dicho aquello, de la pared pareció aparecer una escotilla que había sido abierta desde el interior por una especie de miniatura del robot bicolor, aunque por alguna razón en vez del color negro poseía un curioso tono amarillento. No estuvieron del todo seguros de qué podria ser esa especie de versión infantil del robot mayor, pero sabiendo que venía de quien venía, nada bueno podía traer. El robot no dijo si quiera algo al respecto, dejando en el suelo un sobre manchado de sangre y, por alguna razón, sellado con algunos cabellos azules de quién ya muchos sospechaban.

— Lo prometido es deuda y, como en cada ronda, un nuevo secreto será revelado al ojo público. —anunció en un tono divertido— Son libres de tomarlo y leerlo, aunque tampoco es como si fuera tan sádico como cierta persona que, aparte de abrirle los ojos a la mejor amiga de la primera fallecida, pareció cargarse por su mano a otra más sólo por entretenimiento. Sin duda eres de lo que no hay al haberte atrevido a burlar mi juego de esa forma, Harukawa...

Alguna que otra mirada de furia acompañada por gruñidos de rabia reprimidos iban dirigidos a la castaña, la cual rodaba los ojos como si el odio del resto la alimentaran, causando en ella la más cínica de las sonrisas.

Sin duda era una chica que no conocía el menor sentido de la empatía humana.

— ¿Acaso es mi culpa que sean tan idiotas como para haber caído en la automatización teniendo cerca a cualquier espécimen? —preguntó mientras reprimía una pequeña risa— No se lo tomen personal, pero entre tantos extraños poco o nada me importa hacer lo que tenga que hacer, así que al menos no me pueden ver mal si decido disfrutarlo en vez de hacerme la víctima en un círculo de falsa autocompasión que no me pega ni con cola.

— Q-Qué horror... —susurró para sí mismo un chico de baja estatura y de débil complexión con cabellos morados algo desordenados— ¿C-Cómo alguien podría...?

— Mira que no suelo coincidir con este pequeño saco de boxeo lleno de mierda y serrín, pero por una vez estamos de acuerdo en algo... —incluso Kaito, que solía ser algo egoísta, veía con desagrado el inigualable sadismo de la chica de largas coletas— Menuda perra tan malditamente loca.

— Y hablando de gente de escasa moral y de otro indeseable que acaba de describir solito el interior de su cavidad craneal, ¿alguien más va a necesitar que le cure o ya están bien? —preguntó en tono indiferente en de iris ambarinos con una cada vez más inexistente fe en la humanidad.