UNFORGOTTEN ❀ kookmin au

XVIII

El nerviosismo de Jungkook era evidente.

Y es que si Jimin no lo conociera tan bien, probablemente no se habría dado cuenta de que parecía ocultar algo.

– ¿A dónde vamos? – preguntó observando por la ventana del auto

– ¿Quieres comer algo?

– Eso estaría bien, no almorcé aún – de inmediato sus manos se posaron sobre su estómago y un puchero ligero se formó en sus labios, sacándole una sonrisa al más alto.

– Bien.

Minutos más tarde llegaron a un grande salón, la decoración era preciosa, y parecía incluso, algo lleno.

– Hay una fila enorme para entrar – murmuró él pelirosa algo decaído señalando el tumulto de personas

– No los veas, ven conmigo

Su mano fue tomada con suavidad y precisión, llevándolo con él a la puerta del local, delante de toda la gente.

– Jungkook, no creo qué..-

– Disculpe – llamó el más alto a uno de los personales que caminaba de un lado a otro y se acercó con amabilidad

– Buenas tardes, si necesita una mesa tendrá que esperar con los demás, lo siento mucho pero no podría hacerlo pasar si es lo que desea. En caso de querer reservar una para otro día con gusto lo atenderemos.

«Los había rechazado de forma amable, por lo menos» pensó Jimin

– No se preocupe, lo que quería era ver si me podría pasar con el señor K..-

– ¡Joven Jeon!

Un hombre mayor, de cabellos blancos y de contextura gruesa se acercó con rapidez, poniéndose de pié delante del empleado que los había atendido.

– Señor Kim, un placer verlo – saludó el chico

– El placer es mío, joven Jeon. Realmente no esperaba verlo por aquí, el lugar está lleno, pero ¿Ingresará a consumir?

El asentimiento por parte del tatuado mientras levantó ligeramente la mano que ya hacía entrelazada con la del pelirosa dándoles la ligera señal de que no venía solo.

– Entiendo, pasen conmigo por favor. Hyujin por favor ve a atender a los demás comensales, yo me encargaré de ellos – el menor solo asintió y luego de una pequeña reverencia se alejó.

El lugar era hermoso, y Jimin podía jurar que si no fuera porque odiaba las colas iría a ese lugar las veces que fuera. El estilo del local era completamente el suyo, lo amaba.

– Es hermoso – murmuró mientras se sentaba en el asiento y se acomodaba en la mesa mientras observaba el lugar.

– No creo que más que tú – coqueteó el mayor, burlón – sabía que te gustaría.

– Es extraño que nos hayan dejado pasar, ¿Eres amigo de alguien aquí? – preguntó el menor intentando desviar su vista mientras sus mejillas se teñían de un tenue carmesí

– El señor Kim trabajó en mí casa durante mucho tiempo, es un gran amigo de mí padre y junto a él lograron abrir éste lugar.

Luego de charlas sin importancia y comentarios que sin dudar fueron especiales para ambos, disfrutando de una cena exquisita, riendo juntos, y siendo felices en ese instante.

No había nada mejor que estar juntos, nada mejor que sentir la calidez del contrario y recibir ese cariño único que el otro le brindaba.

Casi dos horas después se encontraban caminando en la playa, con el viento chocando su rostro y el frío calando sus huesos.

– ¿Quieres ver algo? – preguntó Jungkook

– ¿Abrirás el mar o algo así? – burló el menor rodeando con sus manos el cuello del más alto

– Eso podría ser en una próxima cita

– Me gustaría verlo – rió

A solo unos metros, Jungkook pudo observar a un Yoongi sentado en la arena junto a Namjoon mientras reían y al sentir su presencia alzaron la vista, dándoles la señal de que por fin se irían.

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