capitulo 18

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MARENA RUSSO.

Estaba ansiosa por lo que fuera a pasar en este momento.

—tan diosa. —me miro de arriba abajo—

Me daba pena, mi cuerpo había cambiado durante todo este tiempo, estaba más grande.

—no tienes porque sentir vergüenza nena no me importa como te veas ahora, mucho mejor, así tendre más lugares para poder agarrar.

Eso me dio duro, me hizo sentir un poco más segura.

—dimitri..

—shhhh nena. —puso su dedo en mis labios—disfruta.

Quedo entre medio de mis piernas y las separo dejando un beso en ambas antes de centrarse en mi clitoris donde comenzo a pasar su lengua lentamente.

—soy yo o cada día te pones más deliciosa.

—umm! —me agarro de las sabanas—sigue así.

—te dije nena estas muy necesitada, siempre sere el unico capaz de llevarte al cielo con solo tocarte.

—oh Dios! —mordio y volvió a
chupar—

—es como mi dulce favorito, tu coño siempre será mi favorito cariño.

—oh! Uh! Aggg.

—ahora amor te necesito montandome.

—estas loco. —niego—no podria, dimitri mi vientre..

—es precioso pero quiero que me montes.

Es una locura peso el doble que antes no podría hacerlo.

—yo te ayudare a subirte encima mio, necesito verte disfrutar.

En un movimiento rápido ya estaba encima de el, no se como lo logro, pegué un fuerte gemido cuando lo sentí dentro mío, estaba muy profundo.

—ohh! —mordí mi labio—

Me agache para darle un poco más de acceso y aprovecho para atacar mis labios en un apasionado beso para  callar mis gemidos, descubri hace días que este departamento es unico de este piso de arriba, eso era lo bueno que nadie podría oírme gritar.

—como te amo nena, te amo como no tienes idea.

No podía responderle en ese momento,  las palabras no salían de mi boca.

—se que también me amas.

Proteste cuando me bajo de arriba de el.

—no estes tan asiosa nena quiero tomarte por atras.

Me puso con cuidado boca abajo.

—¿porque me amas? —logro
articular—no soy perfecta hay muchas mujeres.

—porque nadie puede igualarte, eres tan diosa que no puedo posar mis ojos en otra mujer, para que quiero a otra si te tengo a ti, eres mi mujer marena, solo mia. —entra de una estocada en mi interior—

Disfrutaba tanto de la atención que el me estaba dando, sabía como tomarme, conocía mis puntos debiles.

—siempre te daría toda las noches la atención que necesitas, no deberías de pensarlo, se completamente mía.

Estaba tan cerca, sus palabras me llevarían más rapido a mi orgasmo.

—mierda. —gemi—estoy tan cerca.

—¿la nena quiere venirse?

—por favor, necesito..

—quieres más duro marena.

Una hija con mi hermanastroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora