El amor viene en diferentes tipos y colores, puede ser inesperado, prohibido, secreto, no correspondido, dañino; sin embargo el sentimiento es tan grande que la mayoría de las veces es el que gana las batallas con los demonios y logra pintar de colo...
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Un par de días pasaron con tranquilidad, una tranquilidad algo aburrida ante los ojos de Venus, bueno, hasta que a mitad de semana maravillosamente se topó con la rubia de ojos café de sexto con la que se besuqueaba de vez en cuando ambas se encontraban aburridas o con ninguna tarea que hacer, la verdad es que no se gustaban ni pensaban tener una relación a largo tiempo, lo suyo era mero deseo carnal y nada más que ello, algo del momento y ya.
—Yo aún no entiendo como le haces Venus, a la que quieres la tienes, ¿cómo haces? — preguntó Juls con dramatismo una tarde que se juntaron a charlar en la habitación de Lyra la cual se hallaba extrañamente callada.
Venus rió echándose el pelo detrás de su hombro con exageración.
—Cuando una es bonita, lo puede todo —dijo con arrogancia y egocentrismo haciendo reír a la menor.
—Hey, ¿qué te pasa a ti pulgosa? —preguntó Venus hacia Lyra sin discreción alguna, su amiga había estado muy callada y eso le preocupaba.
—Nada, solo estoy algo cansada, no se preocupen —respondió la Black sonriendo con algo de cansancio tranquilizando a sus amigas, aunque no completamente.
—Luego te hago masajes —se ofreció Venus, y una realidad era que hacía muy buenos masajes, a decir verdad.
—Gracias Ven —agradeció la mayor con una sonrisa.
—De nada. El miércoles es el cumpleaños de Lunática, ¿te gustaría celebrarlo? —preguntó la Rosier hacia Juls.
—No estaría mal, pero tendría que ser a escondidas, y sería difícil —opinó la Gryffindor con una mueca.
—Venus es de las favoritas de Snape, que le pida permiso para hacer algo en los jardines por la noche junto al lago —comentó Lyra. Venus la miró ofendida.
—¡Oye! Yo no soy su favorita.
—Sí claro —dijeron Juls y Lyra al unísono con burla riendo luego de eso.
—De todas formas, no creo que deje en pleno miércoles —habló Juls aún algo desanimada.
—Podemos festejarlo el sábado 18, o el siguiente —propuso Venus con una cálida sonrisa.
—Me parece bien el siguiente, la tía Helen siempre dijo que festejar antes era de mala suerte.
—Tienes razón, el sábado luego de tu cumpleaños será, intentaré conseguir permiso con el profesor Snape para hacer una pequeña fiesta afuera y demás —dijo la Rosier con entusiasmo.
Sus amigas la miraron con una pequeña sonrisa, de verdad era muy entusiasta cuando quería.
—Está bien, pero no te pases de... glamour —pidió Juls buscando una palabra que definiera lo que quería decir, aunque glamour no era precisamente como lo diría la Lupin.
