La mañana del mundial ya había llegado y la primera del trío de amigas en despertar fue Venus, la cual que, por una mera costumbre, sin importar la hora en que se durmiera la noche anterior siempre despertaba 7:30 AM, realizó los estiramientos matutinos en total silencio para no despertar a ninguna de las chicas y luego de terminar se calzó con sus pantuflas poniéndose un delicado albornoz de seda blanco para luego bajar a al comedor en lo que ataba su largo pelo rizado en una coleta alta.
Una vez en el gran comedor que poseía la casa se sentó en su acostumbrado lugar mientras se servía su té de anís, como todas las mañanas era la primera en levantarse por lo que alzando una mano y recitando un hechizo en su mente atrajo volando hacia si el libro que en la tarde pasada había estado leyendo, libro que fue esquivado por su padre que también venía entrando en la estancia.
Debido a que la ubicación de la Rosier Manor era indetectable y a los montones de hechizos de protección que poseía la casa, la magia de los menores de edad no era sabida por los del ministerio.
—Buenos días pequeña criatura —saludó su padre sentándose en su lugar frente a Venus. Su pelinegra cabellera se encontraba mojada y peinada hacia atrás dando a saber que acababa de haberse dado una ducha, la verdad era que ese peinado le daba un aire más jovial al padre de familia resaltando la natural belleza que el hombre poseía.
—Buenos días papá, ¿qué tal dormiste? —preguntó la menor sonriendo cálidamente hacia su padre.
—Bien, y me he despertado aún mejor, tengo todas las energías al cien gracias al grandioso día que es hoy y que hará, ¡es el Mundial de Quidditch! —dijo con emoción haciendo que Venus simplemente lo mirara con algo de aburrimiento.
—La verdad es que no entiendo qué le ven al Quidditch, es algo peligroso, aburrido y que se realiza a demasiada altura —comentó la chica apoyando su cabeza en su mano.
—Y eso es lo emocionante del Quidditch Venus, osea, abre los ojos chica, ¡el Quidditch es genial! —dijo Julieth apareciendo en el lugar junto con Lyra que entraba leyendo por seguramente décima vez el libro de Quidditch a través de los tiempos.
Tanto Juls como Lyra eran aficionadas del Quidditch y ninguna podía entender cómo era que a su amiga le desagradaba tanto el deporte.
—Pues yo lo considero aburrido —opinó Venus comiéndose una tostada con mantequilla aún sosteniendo su postura sobre el Quidditch.
Mientras Venus seguía con su lectura mientras desayunaba escuchó como momentos después la silla junto a su padre donde se había sentado Juls había sido arrastrada para eventualmente ver a la despeinada chica correr del lugar. Miró a su padre para intentar saber qué era lo que pasaba y se encontró con el traje de su progenitor empapado lo que la hizo soltar una pequeña risa, a veces Juls no tenía remedio.
[...]
Luego de un agradable desayuno los cinco se pusieron manos a la obra para agrupar sus cosas y así partir hacia el Mundial.
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Déjate amar ||Pansy Parkinson||
Fiksi PenggemarEl amor viene en diferentes tipos y colores, puede ser inesperado, prohibido, secreto, no correspondido, dañino; sin embargo el sentimiento es tan grande que la mayoría de las veces es el que gana las batallas con los demonios y logra pintar de colo...