𝐏𝐑𝐎𝐋𝐎𝐆𝐎

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El timbre de la residencia Wei sonaba por tercera vez sin nadie quien atendiera la puerta.

  —¡Ya va! —gritaba del otro lado una voz femenina—. Dianxia, qué impaciente es la gente de hoy en día —dijo la mujer en un murmullo mientras abría la puerta.

  —Cang'e-Aí (CangSe-Āyí) —saludó.

  —Oh, Ā-Sang. Eres tú, pasa.

CangSe SanRen ya se había dado la vuelta para regresar a la sala, donde se encontraba junto a su esposo, hasta que algo hizo 'click' en su cabeza.

  —¡Ā-Sang! ¿¡Qué te paso!? —giró rápidamente y se dirigió hacia el muchacho.

Nie HuaiSang tenía el rostro hinchado y una venda en el contorno de este, además de algunos matices púrpura en las mejillas. CangSe SanRen estaba a punto de colocar sus manos en las mejillas contrarias, pero se retractó por miedo a hacerle daño.

  —¿¡Quién se atrevió a golpearte!? —Iba seguir hablando hasta que otra persona la interrumpió.

  —Ā-Ren, primero déjalo pasar y que él mismo te lo explique.

  —Gacias Ei-susu (Gracias, Wei-Shūshu) —intentó decir el Nie.

  —¡Pero lǎogōng! Mira como dejaron a Ā-Sang... —Se mostró preocupada.

Wei ChangZe se acercó donde su esposa y le dio un beso en su frente. Era normal que esté preocupada por Nie HuaiSang, a quien conocen desde que estaba en pañales por la estrecha relación que tienen con sus padres; técnicamente era como un hijo más.

Wei ChangZe asintió hacia Nie HuaiSang, para luego dirigirlos a la sala. Antes de continuar su camino, CangSe SanRen, se detuvo en las escalares para llamar a su hijo.

  —¡Ā-Ying! ¡Ā-Sang está aquí! ¡Baja! —dicho ello siguió su camino con el resto.

Segundos después se escucharon pasos por las escaleras y finalmente acercándose a la sala de estar.

  —Māmā, él siempre esta aq... —Se detuvo cuando vio a su amigo—¿¡Quién te golpeó!? —preguntó pasmado, dirigiéndose hacia el otro chico.

Wei ChangZe solo suspiró.

  —Dà-Gē 'e lle'ó al den'is'a 'or 'i 'olor 'e 'u'la (Dà-Gē me llevó al dentista por mi dolor de muela) —respondió el Nie.

Aunque no se le entendía, los Wei hicieron un esfuerzo por hacerlo.

  —El den'is... —Nie HuaiSang se calló por el dolor punzante que sintió; dolor del cual los presentes se percataron.

  —Ā-Sang, no creo que se buena idea que hables —intervino Wei ChangZe, a lo que el Nie solo asintió.

  —Nie-Xiōng, ¿por qué mejor no me mandas por mensaje lo que quieras decir y yo les explico? —sugirió Wei WuXian.

Nie HuaiSang comenzó a teclear lo mejor que pudo mientras sostenía una de sus mejillas hinchadas.

Luego de un par de minutos, una notificación de mensaje nuevo sonó en el lugar. Wei WuXian comenzó a leer lo que decía, mientras lo hacía su rostro tomó una mueca rara por el intento de evitar reírse; sin embargo, no lo logró y estalló en risas.

  —¡Āiyā! Nie-Xiōng, te dije que te descubrirían —dijo mientras se limpiaba la pequeña lagrima que se le escapó.

  —¿Qué paso? —preguntó intrigada su mamá.

  —HuaiSang tiene un escondite donde guarda todos sus dulces, dice que Jue-Gē encontró rastros de envoltura cerca de su "escondite ultra secreto".

  —¡E'a un gan es'ondi'e! (¡Era un gran escondite!) —interrumpió indignado, arrepintiéndose después por el dolor que le provocó.

𝐿𝐴 𝑀𝑈𝐸𝐿𝐴 𝐷𝐸𝐿 𝐽𝑈𝐼𝐶𝐼𝑂 - 𝐴𝑑𝑎𝑝𝑡𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑊𝑎𝑛𝑔𝑋𝑖𝑎𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora