𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟓

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  —¿Qué? —preguntó serena. Sin embargo, cuando asimiló mejor la pregunta se levantó de su asiento con rapidez—. ¡No! Nosotros somos... compañeros de clase. ¿O amigos? No estoy segura... —murmuró lo último—. ¡Pero le aseguro que no somos pareja! Yo ya estoy en una relación, doctor, y créame que no es con YunD... Wei WuXian. —Dejó el apodo de lado, no quería generar más confusiones.

  —¿Cómo puede tu compañero de clase acompañarte a todas tus consultas y además pagarlas? —cuestionó tratando de no sonar exaltado por toda esa ridícula confusión.

Luo QingYang solo se alzó de hombros: —De la nada se ofreció a pagar por mi tratamiento hace algunos meses, y cuando le pregunté la razón no me la quiso dar —explicó—. Antes ni nos hablábamos, es en todo este tiempo que recién nos hemos estado tratando y conociendo, pero aun así no lo entiendo. No entiendo a los ricos en general —concluyó.

  —¿Qué ocurre con los apodos, el juego de palabras? —Sabía que estaba preguntando demás, pero ya había llegado hasta ahí y no iba dar marcha para sacarse las dudas que tenía clavadas desde hace un tiempo atrás.

  —¿El juego de pala... ¡Ah! ¿MianMian y YunDao? —Él asintió—. Déjeme decirle que Wei WuXian es un completo desvergonzado. Mis amigos me llaman MianMian, ese es mi apodo. Él solo vio la oportunidad de molestarme, y comenzó con el juego —resopló mostrando frustración falsa—. Al comienzo no estaba de acuerdo, pero él es muy insistente cuando se lo propone, y sin darme cuenta le terminé siguiendo la corriente —terminó de explicar con resolución.

Lan WangJi no sabía qué hacer con toda esa nueva información.

  —Ahora que lo pienso... —continuó la joven— últimamente él se ha estado comportando extraño. Hace poco me dijeron que durante una de las carreras de atletismo se lastimó el tobillo.

Eso desconcertó por completo al Lan. Sin mencionar que su mente no dejaba de maquinar.

[ —Doctor Lan, ¿usted me recuerda? ] La segunda vez que vio a Wei WuXian.

[ —Me gustaría esperarla aquí, ¿se puede? ] A pesar de venir con su "novia" quiso quedarse en vez de acompañarla.

[ —¿Qué tanto miras embobado? ] Había dicho en ese entonces Luo QingYang. «Así que sí me estaba mirando», pensó con absoluta resolución.

La torpe excusa que utilizó Lan WangJi en última cita de "no pasar por la puerta" para tenerlo cerca por unos segundos había funcionado. Aún recuerda la dulce fragancia del joven, sin mencionar que todavía cree poder sentir la cálida sensación en sus manos después de tocarlo.

Ese mismo día fue un tortura para Lan WangJi concentrarse en su labor, pues le fue difícil quitarle la mirada de encima al ojigris.

[ —La novia de HánGuāng-Jūn está aquí en China. ] Se acordó de las palabras de Lan JingYi, y de su estúpida confirmación a ellas.

La viva imagen de la expresión que hizo en ese momento Wei WuXian le llegó como si de un golpe en el estómago se tratase. Resulta que no era un espejismo creado por su mente en solidaridad con su corazón anhelante, no fue solo Lan WangJi fantaseando con una vida donde a Wei WuXian si le importase él y todo lo que le pase.

Lan WangJi se dio cuenta de lo equivocado que había estado. Debía solucionar cuanto antes este malentendido.

  —Señorita Luo —llamó.

  —¿Si? —preguntó despegando la vista de su celular.

  —¿Tiene el número de teléfono de Wei WuXian?

  —¿Tiene el número de teléfono de Wei WuXian?

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𝐿𝐴 𝑀𝑈𝐸𝐿𝐴 𝐷𝐸𝐿 𝐽𝑈𝐼𝐶𝐼𝑂 - 𝐴𝑑𝑎𝑝𝑡𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑊𝑎𝑛𝑔𝑋𝑖𝑎𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora