muro de hierro

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Don kried en una rabieta de niño pequeño ordenó a sus piratas que atacarán el restaurante, comenzando un enfrentamiento entre los miembros del baraty y los piratas de don kried, teniendo la ventaja los piratas de don kried.

Rimuru: no tenemos tiempo. Ustedes dos lleven se a un lugar seguro a Zoro, Luffy y yo iremos a romper brazos.

Dijo el espadachín en un tono autoritario, mientras mantenía de pie a Zoro al sostener lo con su brazo, la herida que Mihawk le había acertado lo había dejado gravemente herido, era un milagro que se hubiera levantado después de aquel ataque o el que siquiera siga respirando.

Rimuru: vallan y encuentren a Nami pero no dejen que nadie los descubra. No me gusta lo que le está pasando a Nami.

Usopp que recién había llegado con un botiquín de primeros auxilios, podía notar como la forma en la que hablaba su compañero y su tono transmitían una gran preocupación.

Pirata: no nos comparen con los otros piratas inútiles nosotros somos parte de la mejor tripulación de todo el mar.

dijo un extra cualquiera antes de que de un puñetazo lo mandara al mar. Había sido el hombre de barba de candado que había golpeado a gin, junto a otro chef que vestía similar a seff con la excepción de que el si tenía sus dos piernas y que su sombrero no era igual de grande que el, además de unos lentes negros, redondos, como los que usualmente usan los ciegos. Los dos se iban a avanzar contra los piratas hasta que de pronto un haz blanco pasó entre ellos y los piratas, frenando sus avances. Tanto los chefs como los piratas fijaron su mirada en la dirección en la que se había movido el haz azul, notando como aquel al que el mejor espadachin del mundo había nombrado como digno rival. El el pelo azul parecí estar apuntó de dar un paso largo, sosteniendo con su mano dominante la empuñadura de la katana, dejando expuesta una pequeña parte de la hoja y con la otra sostenía la funda de la misma. Rimuru les daba la espalda a todos los presentes, hasta que este con un leve movimiento de su cuello dejó ver que su rostro había sido cubierto por su larga cabellera azul, de pronto este embozo una diabólica sonrisa, mientras rápidamente una luz roja salía de su pupila dándole un aire demoníaco.

Rimuru: no sean así, podrían romperle las manos y así no podrían cocinar estas delicias culinarias.

Dijo en fundando su katana completamente. De pronto los hombres de don kried cayeron sin soltar un solo quejido, poco antes de que un sinfín de cortes aparecieran por todo su cuerpo.

Rimuru: es un verdadero fastidio tener que intervenir, pero no dejaré que este lugar sea tomado por un montón de matones.

Dijo Rimuru agarrando del rostro a un hombre que parecía vestir dos escudos gigantes, junto a otros de tamaño normal en sus rodilla, codos y en sus manos, como unas especie de puños americanos, además de llevar un gran sombrero que parecía una perla, más grande que su cabeza.
Chef: ¿oye viste eso?.

Chef 2: si, el solo corto a todos en un instante y les tomo varios segundos a sus cuerpos notar que habían sido heridos.

Chef: es como lo que le hizo ojo de halcón a roronoa Zoro.

Chef 2: así es, escuche una vez que un espadachín de una tierra lejana era tan hábil que sus enemigos les tomaba unos segundos darse cuenta de que fueron cortados.

Dijeron sudando frío al ver cómo el hombre pelo azul sostenía de la cabeza a un hombre que era casi el doble de alto que el con una mano como si nada.

Rimuru rápidamente noto que en el centro de sus escudos habían perlas como la de su sombrero, siendo éstas un poco más pequeñas. Antes de que el hombre sí quiera logrará presentarse, nuestro Dio lo tomó del rostro, estampado lo en uno de los trozos flotantes de madera que habían por todo el lugar, tensado todo su cuerpo al haberle hundido hasta el cuello, para poco después su cuerpo se relaje, chocando su cuerpo contra el suelo, junto una máscara de gas. al chocar el cuerpo del contra el suelo, Rimuru lo soltó, caminando a su alrededor de el, mientras mantenía su mirada fija en la perla del escudo gigante que tenía en su pecho.

Un Dios Entre PiratasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora