Aquí encontrarás One Shots de lo personajes que me pidas, solo espero saber cuáles sean.
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⚠️ Puede que tarde mucho en sacarlos.
⚠️ En la primera parte me puedes pedir qué personaje quieres y...
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La casa quedó en silencio. Los acelerados pasos por las estancias desaparecieron dejando a la mujer del lugar respirar hondo.
Había logrado acostar a su hijo a duras penas. Ahora en la sala, dejó su cuerpo caer en el gran sofá. Masajeó su cuello con lentitud hasta lograr destensar sus agarrotados músculos por el trabajo.
Se relajó unos minutos hasta que escuchó un ruido en la habitación del pequeño.
Se levantó con un suspiro y fue a mirar. Al entrar vio con la luz del pasillo, como su hijo se movía. Se arrodilló ante la cama frente a él.
— Sssh...tranquilo amor, no pasa nada – habló con delicadeza y amor – Nuka, amor, estoy aquí – acarició su pelo relajando sus espasmos, probablemente debidos a alguna pesadilla.
El pequeño de tan solo seis años se giró tomando la mano de su madre. Apretaba ligeramente haciendo muecas. Los casi imperceptibles sollozos del pequeño alertaron a _____. Dada su naturaleza antropomórfica de transformación, sus orejas de león salieron para escuchar el leve llanto que estaba por formarse.
Se sentó a su lado sin soltar su mano. Lo levantó con cuidado y lo acurrucó en su falda. El pequeño, más tranquilo, se acomodó en el pecho de su madre sintiendo sus latidos y paró sus sollozos.
Ella tarareó una vieja canción mientras se balanceaba. Cuando hubo soltado su mano lo volvió a acomodar en la cama.
Salió de la habitación sin cerrar del todo la puerta. Volvió al salón para recoger algunos juguetes y prendas para lavar. Se tomó su tiempo para cada tarea hasta que todo se quedó vacío y en su lugar.
Miró el reloj de la pared, 12:42 de la noche. Volvió a sentarse en el sofá y cogió un libro. Los minutos parecían no tener efecto en ella al estar inmersa en la lectura. No fue hasta que unos toques en la puerta lograron sacarla del mundo en el que se hallaba.
Volvieron a tocar. Se extrañó y se preguntó quién sería a esas horas. Dejó el libro en la mesa, cerró la puerta que daba al pasillo y se asomó a la mirilla.
Oh, no.
Eso fue lo que pensó. Frente a ella y separados por un trozo de madera, quien fue el hombre que más amó en su vida, se encontraba expectante ante la respuesta que pudiera recibir.
