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• Kim Taehyung •

Como el señor Choi había dicho, hoy debía hacer los envíos. Me prestó su camioneta, como es costumbre, no solo porque no suena tanto como mi auto si no porque en él no entra ni la mitad de lo que entra en su camioneta.

Cuando estuvo todo dentro, subí para emprender mi viaje. Tenía en mi celular todas las paradas que debía hacer y una estaba demasiado lejos, quiero decir, más de lo normal. Llegué a la primera parada que era la más cercana a la granja del señor Choi, era una señora que francamente, había que darle un reconocimiento por haber vivido tantos años. Fue muy simpática y amable, me invitó un par de bocadillos y luego me entregró la paga. Lo mismo con una familia numerosa, un hombre que vivía solo y el penúltimo viaje no salió nadie,  por lo que debía devolver las cosas a la granja y entregarlo otro día.

Lo que me pareció extraño fue la última parada. La casa no era muy grande, de hecho podía deducir que solo vivía una persona, pero si la mía estaba descuidada, está si le ganaba y por mucho. Las plantas y flores de su deredor estaban bien cuidadas y habían muchísimas y detrás de esta casa, había un bosque que no se veía el fin.

Por alguna razón, tragué grueso. Comencé a sentir algo en mi estómago que no supe el por qué de su origen, pero intenté ignorarlo, no había razón para estar nervioso.

Me acerqué a la puerta sin el pedido aún, quería confirmarlo primero para luego traerlo. Según tengo anotado, eran nueve manzanas rojas y nueve verdes, nada más, entonces preferí corroborar el pedido.

Cuando iba a tocar la puerta, se abrió por completo y dejando ver a una bella joven. Tenía unos suaves y largos rizos rubios junto con una tez blanca y nariz fina, ojos color almendra y unos rosados labios delgados. Vestía de una forma muy particular, era un vestido naranjo chillón con unas flores de un amarillo suave, iba descalza y en general, con solo verla me dió frío. No iba a mentir, era hermosa y al abrir la puerta no se había percatado de mi presencia a si que supuse que tenía otros planes.

Nuestras miradas conectaron por unos segundos que para mí fueron eternos. Internamente me cuestioné la idea de que estuviera viviendo sola, tal vez si tenía familia viviendo en su pequeña casa o simplemente vivía con alguna pareja que tuviera, pero sola... Se me hacía difícil imaginarlo, se veía muy indefensa para sobrevivir sola y tan lejos de todo.

- B-Buenos días- Dije al ver que podríamos continuar con este juego de miradas mucho más tiempo- Mi nombre es Kim Taehyung, soy el repartidor del granjero Choi de algunos kilómetros, usted es la señorita Hanika?

- Buenos días- Respondió con una pequeña sonrisa- Si, esa soy yo.

- Pidió una caja de manzanas verdes y otra de manzanas rojas?- Pregunté acercándome a la camioneta.

- Si, sólo es eso- La voz suave.

- Podría...- Impulsivamente hablé y mi curiosidad salió a flote- preguntarle por qué pidió ambos tipos de manzana?

La vi ponerse nerviosa, a si que simplemente comencé a sacar las cajas que tenía en la camioneta, no esperé su respuesta, a mi no me incumbía de todos modos. Cuando tomé ambas, le cuestioné con la mirada si le apetecía que las entrara a su casa, ella asiento indicándome dónde ponerlas exactamente.

Me sentía un poco mal al examinarla de esta maenra, pero era inevitable cuando ella a simple vista se notaba misteriosa, pero al entrar a su hogar pude confirmar muchas cosas. Vivía sola, no tenía ni una sola cosa que adornará su sala a demás de los muebles y un par de plantas.

- Bien, aquí están sus manzanas- Saqué la libreta que tenía para anotar los pedidos- Según esto usted ya pagó, a si que si no necesita nada más, puedo...

Exponentia •kth•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora