Es el primer año de Raquel Weasley en el colegio de Hogwarts de magia y hechicería, va a entrar junto a su hermano mellizo Ron después de un gran linaje familiar en el colegio, todos sus hermanos mayores ya entraron. Allí la seleccionaran para su ca...
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Raquel llevaba dos días en la enfermería recuperándose del golpe, cojeaba porque se había fracturado una pierna por eso no la dejaban andar y todavía no habían dejado a nadie entrar a verla. Aprovecho para terminar su dibujo y escribirle una carta a Ginny y sus padres para ver como estaban.
Después de rogarle mucho dejaron que Harry, Ron y Hermione pasaran a ver a su amiga. En cuanto entraron Ron fue corriendo a abrazarla.
—Estarás contenta, que susto me pegaste —Dijo Ron fingiendo estar enfadado con ella.
—Yo también me alegro de verte Ron—Le respondió Raquel riendo dolorida porque le estaba abrazando muy fuerte y todavía le molestaban los moratones y heridas.
Hermione también la abrazo, todos sus amigos estaban muy felices de verla. Finalmente Harry y Raquel se miraron sonrientes y Harry se lanzó para abrazarla.
—Menos mal que estás mejor, me asusto que pudieras haberte hecho mucho daño por mi culpa —Dijo con voz triste mientras la abrazaba.
—¿Por tu culpa Harry? —Dijo la pelirroja separándose del abrazo— ¿Cómo que tu culpa?
—El troll... El troll te soltó justo cuando yo me tiré encima suyo...
—Harry, tú solo lo hacías para ayudarme, si no hubieras saltado contra el troll podría haber acabado mucho peor —Continuó diciendo y le volvió a abrazar pero esta vez mucho más fuerte sin importarle el daño que le hacían las heridas. Miró a Hermione y a Ron sonriendo por encima del hombro del chico y se unieron al abrazo. Por fin todos eran buenos amigos sin peleas constantes.
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Iba a comenzar la temporada de quidditch. El primer partido de Gryffindor sería el sábado y a Harry se le notaba nervioso aunque había entrenado muchísimo. Raquel y Hermione le ayudaban con los deberes para que le diera tiempo a todo.
Hermione se había vuelto un poco más flexible en lo que se refería a quebrantar las reglas desde el suceso del troll. El día anterior al primer partido los tres estaban fuera, en el patio helado, durante un recreo, y la muchacha había hecho aparecer un brillante fuego azul, que podían llevar con ellos, en un frasco de mermelada para calentarse.
Snape cruzó el patio. Los cuatro se juntaron para tapar el fuego, ya que no estaban seguros de que aquello estuviera permitido. Por desgracia, algo en sus rostros culpables hizo detener a Snape. Se dio la vuelta, arrastrando la pierna.
—¿Qué tienes ahí, Potter? — Era el libro sobre quidditch. Harry se lo enseñó.
—Los libros de la biblioteca no pueden sacarse fuera del colegio —dijo Snape—. Dámelo. Cinco puntos menos para Gryffindor.
