1 3

253 45 11
                                    

· · ─────── ·𖥸· ─────── · ·

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

· · ─────── ·𖥸· ─────── · ·

Capítulo Trece
Museo

La rutina diaria de KiHyun —que involucraba todo aquello después del horario de clases— se resumía en estudio, un poco de ejercicio, más estudio y tal vez intentar una nueva receta de cocina que haya llamado su atención en los últimos días. Todo eso después de cambiarse el uniforme escolar por ropa cómoda que últimamente consistía en un pantalón holgado de algodón y un bonito suéter de color menta (el cual había pasado a ser de sus prendas favoritas).

Sin embargo, ese viernes, KiHyun cambió la rutina. Después de comer se dio una ducha, y mientras preparaba su vestimenta para aquella tarde especial podía sentir cómo su corazón latía rápidamente; la pequeña fierecilla se encontraba igual de emocionada, corriendo de un lado a otro, acicalando sus orejitas para verse lo más presentable posible. Había leído cientos de blogs y artículos en internet sobre cómo vestirse para una primera cita, aunque al final terminó por seguir el consejo de YoonGi.

Sobre la cama descansaban prendas muy bonitas que rara vez veían la luz del sol debido a la agenda académica del castaño: Unos pantalones de color crema se encontraban acompañados por una linda playera de color verde, de una tonalidad tan suave como el té de hierbabuena; sobre la alfombra estaba ese par de zapatillas blancas que KiHyun cuidaba de mantener tan limpias y brillantes como el día en que las compró.

Todavía recuerda la adorable mirada de HyunWoo cuando conversaron esa misma mañana; había ocurrido un ligero cambio de planes respecto a su cita y es que originalmente irían a la cafetería de la señora Lee, donde HyunWoo trabaja después de clases, pero algo le había dicho sobre unas pequeñas remodelaciones que le harían al local. En realidad mentiría si dijera que recuerda perfectamente sus palabras pues se encontraba preguntándose si los ojos marrones de HyunWoo se volverían de un suave color miel con la luz del sol y en ese tímido rubor en sus mejillas que se asemejaba a los pétalos de cerezo.

—Pe-pero hay una exhibición de Van Gogh en el museo de arte, podríamos ir ahí. Mi mamá dice que es una exhibición muy agradable y además es interactiva —dijo él, llevándose una mano a la nuca. KiHyun encontraba adorable el hecho de que intentara ocultar sus nervios. Parecía un osito—. Aunque podemos ir a donde tú quieras. Yo... sólo quiero que pasemos una tarde agradable juntos.

La pequeña fierecilla comenzó a brincar de emoción. KiHyun sintió cómo su pecho se llenaba de las dichosas mariposas ante el simple recuerdo de esa conversación. HyunWoo era diferente, HyunWoo lo hacía sentir cosas lindas, de verdad lindas.

—Ardillita, ¿Puedo pasar? —llamó YoonGi al otro lado de la puerta. KiHyun terminó de abrocharse los pantalones cuando dijo: «Adelante, pasa.»

YoonGi entró al dormitorio, cerrando la puerta tras de sí. No pudo evitar sonreír al ver los ojitos rebosantes de emoción de su hermano menor. Era como si aquella tarde lluviosa nunca hubiera existido en la vida del menor y se hubiera ido con la misma lluvia, y eso le daba gusto porque, desde entonces, lo único que quería era que su hermano fuera feliz.

monsta x high schoolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora