Dumbledore en acción

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Pov *Draco Malfoy*

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Me encontraba en los amplios y extensos jardines de mi casa; no sabía cómo había llegado o cuándo, mucho menos porqué estaba ahí, pero efectivamente, ahí estaba, sintiendo los cálidos rayos de sol calentar mi piel, mientras la suave brisa mecía delicadamente las ramas de los frondosos árboles y las plantas que habían allí, haciendo que se pudiera percibir el aroma de las flores silvestres que habían en aquel lugar. Estaba en completa paz; aquel sitio era tal y como lo recordaba antes de que Voldemort reviviera; un lugar tranquilo y hermoso. Era un sitio especial dónde podías disfrutar del espectacular paisaje que te ofrecía la naturaleza. Había una gran variedad de plantas ya que teníamos rosas, lirios, tulipanes, gardenias, jazmines, orquídeas, margaritas, ..., todas ellas armónicamente combinadas para que ningún color desentonará con otro y así pudieran apreciarse todas las flores.

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Decidí dar un paseo por el lugar sin un rumbo fijo, simplemente dejé que mis pies me guiarán por el verde pasto. Así estuve alrededor de diez minutos. Sin darme cuenta, había llegado al "pequeño" lago que teníamos en lado oeste del jardín. Sin embargo, hubo una cosa que hizo que me sorprendiera considerablemente. No estaba solo. A los pies del lago podía ver la esbelta y torneada figura de una mujer de espaldas a mí. Su piel bronceada por el sol y su cabello rizado castaño hacían que resaltará el vestido blanco que portaba aquella chica. La dulce brisa hacía que tanto la falda como su pelo, bailaran al son de aquel agradable viento, dándole a aquella mujer desconocida la apariencia de un ángel que había bajado del cielo para descansar en aquel magnifico lugar.

Solamente cuando lentamente se dio la vuelta y me miró fijamente con sus grandes y expresivos ojos marrones me sentí desfallecer. Y cuando me dedicó una suave sonrisa mientras elevaba una mano en mi dirección, instándome a ir a su lado, fue cuando pensé que había muerto y me hallaba en el paraíso. No sabía si era real o simplemente era un sueño, pero eso, poco me importaba en ese momento. Únicamente quería estar allí con ella, por lo que me restará de vida.

Cuando llegué a su lado, nos quedamos los dos en un agradable silencio durante un rato, poco después, Granger se giró completamente hacía mí y tomándome de las manos me dijo "Recostémonos en aquel árbol, parece un buen sitio para descansar". No emití queja alguna, solamente la miré y asentí, dándole a entender que estaba de acuerdo. Una vez llegamos, los dos nos sentamos bajo la sombra de aquel árbol. No dijimos nada, simplemente estábamos en silencio disfrutando de la compañía del otro. En ese momento las palabras sobraban y eran nuestras miradas las que expresaban todo cuanto sentíamos en ese momento.

Sintiéndome un poco atrevido y temeroso de su reacción, decidí apoyar mi cabeza en su regazo, rezando internamente porque no se molestará por ello. Pero inesperadamente, en vez de enfadarse y golpearme por mi atrevimiento, solo me sonrió con ternura y comenzó a darme sutiles caricias que lo único que hacían era relajarme por completo, haciendo que cerrará los ojos para disfrutar aún más de aquel fantástico momento. 

Pociones, una asignatura... ¿Peligrosa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora