Pociones, una asignatura... ¿Peligrosa?

Saldando una deuda

- Pronto seremos libres, San Potter y la Sangre sucia, se encargarán de ello. Ellos serán los que nos saquen de aquí.

- ¿¡QUÉ?! -gritaron tanto mi esposa como mi hijo-

Pov *Draco Malfoy*

No sabía porque mi padre decía todo aquello, seguramente, el estar tanto tiempo encerrados comenzaba a pasarle factura en su mente, hasta el punto de delirar. Cuando volvió de reunirse con ese supuesto supervisor, vino bastante contento, era como si hubiese visto la luz; como si el hecho de ser enjuiciado en unos días no supusiera nada para él. Simplemente era algo completamente ilógico, no lograba entender a mi padre.

- Padre, ¿Por qué dices eso?, ¿qué te hace pensar que ellos van a ayudarnos?

- Muy fácil hijo, los gryffindors, son conocidos entre otras cosas, por tener honor y valor para enfrentar lo que sea, y todas esas mierdas. Pero en este caso, será gracias a su honor que nos salvaremos. Ellos dos tienen una deuda con nosotros y es momento de que paguen.

- ¿Y cómo piensas hacer que nos ayuden?, por si no te acuerdas padre, nosotros luchábamos en el bando contrario a ellos, deseábamos erradicar a personas como ellos del mundo mágico, en especial a los que eran y son como Granger.

- Lo sé, pero por suerte, ellos tienen una deuda de vida con nuestra familia y no voy a permitir que ninguno de nosotros, se pudra en Azkaban. Nuestro juicio será dentro de 5 días, pero he conseguido concertar una reunión con ellos dentro de dos días. Ahí, les recordaré que nos deben un favor.

La verdad, es que eso me preocupaba bastante. Pero, sobre todo, el hecho de que mi padre y Granger se encontrarán. Sé perfectamente que Granger es fuerte y que no se dejará amedrentar por mi padre, al contrario, sé que le enfrentará al igual que Potter. También sé que no cederán, porque Granger es además de inteligente muy astuta, y pensará en algo para hacer lo correcto. Por desgracia, lo correcto era que nosotros fuéramos a Azkaban por los crímenes cometidos contra personas como ella. Eso era lo correcto, pero... si iba a Azkaban nunca tendría la oportunidad de pedirle perdón por todo lo que le he hecho. Ni mucho menos, nunca tendría la oportunidad de estar con ella. Si antes era difícil ahora era algo imposible, un sueño, una utopía que jamás podría alcanzar. Y aunque parezca poco probable, así era; yo estaba completamente enamorado de Granger, por desgracia no me di cuenta de ello hasta que no fue muy tarde. Jamás le dije algo amable, algo por lo cual me mirará con algo que no fuera asco y odio y..., aunque lo hubiera hecho, de nada habría servido. Ya fueran por nuestras familias, amigos, casas, o estatus social, nosotros dos, jamás habríamos podido estar juntos. Era algo casi contra natura, nosotros dos éramos como una parodia cutre de Romeo y Julieta; dos amantes que se quieren, pero no pueden estar juntos, o al menos, era lo que a mí, me gustaba pensar.

Aún recuerdo la primera vez que la vi, me llamó muchísimo la atención, no era muy agraciada físicamente en aquel entonces, pero demostraba con sus conocimientos y con sus actitudes, que merecía claramente estar en ahí, en el mundo mágico; superando a todos en todo, incluido a mi, un mago sangre pura, que pertenecía a la elite de la sociedad. Con el tiempo, ella se convirtió en una obsesión y tardíamente descubrí que lo que sentía por ella no era otra cosa que amor, a pesar de mis muchos intentos por olvidarla o negarlo, ella siempre estaba en mi cabeza y en mi corazón.

Fin del Pov

----------------------------------------------------------------------------------------------

Dos días más tarde, llegó el día en que Lucius se tenía que reunir en una sala con Hermione y Harry. En cuanto llegaron los dos héroes del mundo mágico, los llevaron a una sala en el tercer piso dónde aguardaba el señor Malfoy. Esa habitación del tercer piso era en realidad una "sala de conciliación", se utilizaba antes de los juicios para ver si la parte actora y la parte demandada llegaban a un acuerdo antes de que se dictaminará sentencia. Si llegaban a una conciliación el juicio no solía llevarse a cabo.