Chocolate ᴴᵃʳʳʸ ᵂᵃʳᵈᵉⁿ

3. Caja de chocolates

Bartholomew Darcy, el hijo menor del señor Stephen Darcy, dueño de la más grande fábrica de chocolates de todo el hemisferio norte. Aquel joven de tan sólo veintiún años era popular entre las damas, a los ojos del público era la imagen del chico perfecto, era guapo, y poseía un porte aristocrático, para algunas damas era como un Adonis, con una cara angelical y un cuerpo tan seductor como el de un demonio, y con un par de palabras y una sonrisa las mujeres caían rendidas por él. Lo único malo era que se rumoreaba que era gay, aunque muchos no lo creían, cuando lo conocían en persona se daban cuenta que no era tan perfecto como aparentaba. Era arrogante, bastante orgulloso y algo narcisista. También hacia sentir menos a las mujeres con las que hablaba, para él tan sólo eran hienas que buscaban un poco de su carne. Pero cuando comparas el como trata a las mujeres con como trata a los hombres cualquiera diría que era gay, se diría que era más lanzado cuando se trataba de un hombre. "Bartholomew Darcy desprecia a las mujeres y a los hombres les abre las piernas" aquel fue el título que le pusieron en una revista, un artículo escrito por Anthony King (un antiguo amante de Bart), un articulo que hablaba de aquel escándalo en el que estuvo metido, aquel en el que se lo mostraba en medio de una orgía, eran muchas las fotografías y la mayoría de ellas estaban censuradas. Y así el mundo se enteró que el menor de los Darcy al final si era gay. Aquel joven tan conocido por meterse en problemas, terminado siempre en una celda en la estación de policía luego de ir a una joda, pero si les soy sincera, él nunca recuerda porque motivo, razón o circunstancia terminó en una celda con un ojo morado, con el labio partido y oliendo a hierba de la buena.

Pero en esta ocasión si sabía que hacia en la estación de policía, sólo que está vez había estado consiente y fue llevado por un oficial de policía hasta allí (da gracias a Dios de no estar dentro de una celda), el motivo está vez de su visita a la estación de policía no era por meterse en algún pleito estando borracho como había pasado en el pasado, está vez estaba allí como testigo.

Al parecer, se había cometido un masacre en el motel en el que había ido a coger con aquel sujeto, y que no sólo ese hombre ahora se hallaba muerto, sino otras dos mujeres, todos asesinados por un pico, pero, eso no se lo comentaron en ningún momento. La policía había visto en una grabación de una cámara que encontraron en escena, no sólo una grabacion en la que se muestra a un posible sospechoso, sino también aquella escena que había montado el menor de los Darcy pisoteando en ella, el orgullo de aquel sujeto, que en paz descanse.

Ahora el encargado de resolver el caso tenía en un interrogatorio en contra de su voluntad, Bart no había dicho palabra alguna, primero porque aún no le comentaban el porque de su presencia allí y segundo, era porque exigía un abogado, como el suyo se encontraba del otro lado del país, tuvo que escoger a uno local. Un caballero de blanca armadura llegó a su rescate, vestía de traje, uno tan blanco como la nieve que cae del cielo, con una corbata de color rojo vivo que hacia resaltar la blancura del traje, era bastante alto, como lo son normalmente los jugadores de básquet. Era de piel morena... No me gusta como suena eso. Era un hombre negro, y su cabello era del mismo color, teniendo un corte al estilo militar. Sus ojos eran de un avellana opaco, lindos, y le sonrió por compromiso al llegar, sus dientes eran blancos como perlas. Era guapo debía admitirlo. Aquel hombre se presentó como-Soy Aaron Davis-sonaba a nombre de jugador de tenis, o básquet... Sonaba al nombre de un jugador de algún deporte. No se mucho de deportes así que es mejor permanecer callada, me fui del tema, mejor regresamos con el menor de los Darcy.

Bart no le tomo mucha importancia al recién llegado, ahora si, podría responder a gusto las preguntas que le fuera hacer el contrario. Aunque su mente estaba más concentrada en la voz de su estómago, sonaba un ruido super extraño provenir de ese lugar, un sonido que él interpretaba como "¡COMIDA!" Y por alguna razón que desconocía esa voz que escuchaba en su cabeza cuando oía a su estómago rugir era como la voz de Venom. El repentino codazo por parte de su nuevo abogado lo quito de su asoñación de forma repentin, am parecer, el policía le había estado repitiendo la misma pregunta ya por quinta vez consecutiva.

-Señor Darcy-dijo cansado, estaba harto de esta situación, era como si estuviera hablándole a la pared- ¿Me puede decir que es lo que hacia en ese motel anoche?

-Yo creo que la respuesta es bastante obvia-comento burlón el chico-Fui a coger. Pero si le soy sincero, ha sido una experiencia de lo más aburrida sin mucha acción, o al menos, no la acción que esperaba. Y como aquel tipo ni siquiera hacia que me pusiera semiduro, así que lo mande a la mismísima mierda, y me largue de esa pocilga, me lleve una botella de whisky barato, choque sin querer con un tipo vestido de minero y lugo de discilparme con el sujetl me regrese al bar en donde me cogí al barman en los baños. Esa si que fue una linda experiencia, sin lugar a dudas.

Hay algo llamado "información de más innecesaria", pues como vieron, eso fue lo que hizo cierto ninfómano. Su respuesta sorprendió e incómodo en demasía a los dos hombres presentes, quienes no se esperaban tal respuesta, lo peor había sido que había sonado demaciado sincera, no parecía haber mentido en ningún momento. Pues aquello era algo que caracterizaba al Darcy, su increíble sinceridad, jamás decía mentiras y si lo hacia de forma instantánea contaba la verdad. A Bart lo educaron de una forma peculiar, le hicieron ver que la mentira estaba mal. Pero jamás le dijeron que decir siempre la verdad aveces llegaba a incomodar a las personas, como en este caso.

Por eso a veces se guardaba algunas cosas para él, o directamente dejaba su mente viajar para no revelar la verdad.

La policía lo dejo ir ya que no habían motivos por lo cual mantenerlo dentro de la comisaría, aunque algo que les dijo el muchacho les llamo la atención, ¿un hombre vestido de minero? Y casualmente aparecía dicho hombre en el vídeo que había hablado la cámara de una de las víctimas. No se sabía bien si aquel hombre era Harry Warden, pero por ahora todos estaban más concentrados en pensar la razón por la que este asesino dejo irse al muchacho sin hacerle daño, eso era tan extraño.

Regresando con el menor de los Darcy, ahora estaba almorzando con suma tranquilidad en la habitación del hotel, mientras veía la Sirenita por la TV. Disfrutaba mucho de ver películas animadas y más si eran de princesas, serán para niñas y que se cuanto más, pero él no se puede negar a ponerse a ver alguna película animada de princesas, y si era de Disney o alguna película de Barbie, obvio que las vería, ¡porque Barbie es la jodida hostia! Esa era la mujer de diecisiete años con más trabajos en el jodido mundo, si no me equivoco rondan por los doscientos a los trescientos, por esa cantidad Barbie tenía de trabajos. Pero no estamos aquí para hablar de Barbie- ¡PERO NO SEAS TAN TARADA! -le gritaba al televisor, o bueno, más bien a Ariel que estaba firmando el trato con Ursula- ¡Pobre alma en desgracia que es esta cría! -recito; tuvo que bajarle el volumen a la tele cuando sintió como la puerta era golpeada con brusquedad, arreglando un poco su cabello y ropa, abrió la puerta para encontrarse con literalmente nadie. No había ni un alma rondando por los pasillos. Instintivamente su cabeza bajo hasta el suelo, viendo una caja de chocolates-Jaja. Que chistoso, me estoy muriendo de la risa-espeto con claro sarcasmo- ¡Si sigues cerca te informo que soy alérgico a estas porquerías!

Cerró la puerta y dejo aquella caja de chocolates sobre la mesa, ni ganas tenía de abrirla, se iba a intoxicar con el olor a chocolate si lo hacia. Se lo dejaría a Liz, ella ni tardaría en llegar y sin dudas aceptaría a comerlos gustosamente. Y continuó disfrutando de la película. No muy lejos de allí, alguien había escuchado lo que le había dicho, tal vez se sorprenda cuando vea que dentro de la caja no hay chocolates.